Revista Velvet | Joaquín Niemann: “Me gusta exigirme y sentirme un poco incómodo”
Entrevistas

Joaquín Niemann: “Me gusta exigirme y sentirme un poco incómodo”

Joaquín Niemann: “Me gusta exigirme y sentirme un poco incómodo”
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Joaquín Niemann: “Me gusta exigirme y sentirme un poco incómodo”

POR Sole Hott | 11 noviembre 2025

Con la serenidad que transmite dentro y fuera del campo, el golfista refleja a una generación que entiende que el éxito no solo se mide en trofeos, sino también en cómo se vive el proceso. A su corta edad ya inspira por su disciplina, pero también por su autenticidad y frescura, algo en lo que él asegura trabajar día a día.

Fotos: @Ozcar #shotoniphone17

Joaquín Niemann nos abre la puerta de su departamento y antes de que pueda decir algo, Mora, su perra, sale corriendo a recibirnos. “No hace nada, por si acaso”, dice mirándola con complicidad. Carismático, muy calmado y con un talento que lo ha puesto en la élite del golf mundial, Joaquín no solo destaca en los fairways. A sus 27
años, vive fuera de Chile y en una de sus visitas a nuestro país nos recibe en la casa que comparte junto a su esposa Titi, Christina Hellema, para hablar sobre su manera de equilibrar deporte, bienestar y vida personal.

El golfista chileno ha encontrado un estilo de vida en equilibrio, y resalta que más allá de los sacrificios y las recompensas. Se debe “disfrutar del proceso”.

–¿Cuál fue el último concierto al que fuiste?

–El de Bad Bunny en Puerto Rico. El último y el primero, creo (se ríe). No, no, una vez fui al de Luis Miguel en Chile con la Titi y sus hermanas.

–¿Qué tipo de música escuchas?

–Llevo un par de meses entrenando para Dj. Escucho harto house y tech. Antes escuchaba más reggaetón, ahora poco y nada. Ya no me gusta. Ahora estoy más consciente de lo que dicen sus letras y eso no encaja conmigo.

–¿Hay algún talento oculto que no sepamos? ¿Ser Dj quizás?

–(Se ríe). Todavía estoy en proceso para Dj. Al principio me metí a clases, a tocar y todo, pero lo que más me gusta es que me da un poco de vergüenza. Me gusta exigirme y sentirme un poco incómodo. Ver si a la gente le está gustando la música. Meterme en ese mundo me atrae mucho, pero siento que necesito mucha práctica para sentirme con la confianza de hacerlo.

–¿Coleccionas algo?

–Estoy partiendo. Me compré mi primer auto de colección este año y, como embajador de Rolex, me gustan mucho los relojes. Son mis primeros pasos en esto de coleccionar.

–¿Qué haces para desconectarte del golf?

–Vivo en Florida y me gusta mucho es estar al aire libre. Me gusta pasar tiempo en la playa; estar al aire libre, con los pies descalzos. Poder observar y contemplar lo que lleva acá millones y millones de años. Siento que eso me lleva a pensamientos más grandes y a buenas ideas. Me hace desconectarme un poco y darme perspectiva. Uno necesita esa desconexión para conectarse de vuelta.

–¿Practicas otro deporte, además del golf?

–El deporte, en general, me gusta. Me encanta estar activo, moviéndome. Ahora he estado corriendo un poco. El tenis, por ejemplo, me gusta verlo, pero no jugarlo. No, no es lo mío (se ríe). Bueno, la verdad no lo he practicado mucho. De chico jugué harto fútbol, ya no. Y este año, bastante paddle. Pero creo que el siguiente deporte será algo con el automovilismo. Sigo harto la Fórmula 1, me gustan pilotos. El mundo del automovilismo es mi siguiente pasión.

–¿Cómo lo haces con la alimentación, sigues algún plan o dieta?

–No creo que haya una dieta que sirva para todos. Uno tiene que probar distintos métodos. Actualmente trato de comer lo más sano y natural posible, es decir, sin químicos o conservantes. Sé que así mis células se refuerzan, van a ser más adaptables a distintas situaciones. Obviamente, de vez en cuando me tomo algo, me como un postre o qué sé yo. Pero nada con gas, lo único que tomo es agua y un jugo natural de repente en la mañana.

–¿Tienes un placer culpable?

–Sí, el chocolate me encanta y el helado. Trato de mantenerme alejado de eso, pero de vez en cuando digo “ya, me voy a comer uno” y así lo disfruto más. Mi cuerpo necesita funcionar de la mejor forma, pero de vez en cuando para la mente es bueno darse un gusto.

–¿Cocinas?

–La Titi cocina más, yo no mucho. Bueno, me hago mi desayuno, de vez en cuando. Preparo mis cuatro huevos con carne, o tocino, y a veces le agrego queso cottage y palta, me encanta. Yo con eso me voy para arriba. Me gusta hacer carne para la Titi y para mí. La preparo al horno, a la parrilla o sartén. A veces lo disfruto, pero no es mi pasión, lo hago más por necesidad (se ríe).

Chile cerca de su corazón

Hace dos años Joaquín y Titi se casaron por el civil y, en diciembre del año pasado, por la Iglesia. Ese, según él, fue su último carrete. Y si bien afirma que está muy acompañado durante los circuitos, la nostalgia de su tierra y los amigos es fuerte.

–¿Qué tan seguido vienes a Chile?

–Menos de lo que quisiera. Los últimos seis años he estado viniendo solo para Navidad y Año Nuevo. Ahora puedo aprovechar de venir un poco más y viajar a los siguientes
torneos desde acá, porque hay vuelos directos a Madrid, Así me queda tiempo para prepararme en Chile y estar con la familia y mis amigos, que no veo mucho.

–¿Los echas de menos?

–Sí, a veces quiero y necesito un poco más de eso, ya que en Florida es un poco más solitario. Sin embargo, al mismo tiempo estoy más enfocado en lo que tengo que hacer. Tengo a mi equipo allá, es parte del trabajo.

–¿La vida en tour es solitara?

–Por suerte estamos muy acompañados. En la liga tenemos un equipo con cuatro jugadores y con cuatro o cinco personas que trabajan aparte de la liga. Entre todos ellos nos acompañamos. La atmósfera que hay en el equipo es muy buena y humana. Se siente más como una familia. La Titi igual viaja harto conmigo, pero no siempre.

Autenticidad y frescura

La calma con la que se mueve y habla Joaquín es el reflejo perfecto de cómo es en la cancha. A su corta edad ya inspira por su disciplina, pero también por su autenticidad y frescura, recordándonos que alcanzar grandes sueños es posible sin perder la naturalidad de disfrutar cada paso.

–¿Cómo te definirías dentro y fuera de la cancha?

–Es algo a lo que le he estado poniendo cada vez más cabeza. Hubo un tiempo en el que trataba de tener un perfil lo más bajo posible, de no hablar mucho de mi vida fuera del golf. Pero hoy creo que puedo usar las plataformas de social media para mostrarle al mundo un poco más de lo que me gusta hacer fuera de las competencias. Porque al final todo lo que la gente ve es cómo juego por 5 horas y listo. A mí me gustaría poder usar las redes sociales para mostrarles lo que me gusta, cómo es el camino para llegar a esto. Es algo que hoy me motiva mucho.

–¿Se puede encontrar equilibro entre las dos versiones?

–Siento que al final es ser uno mismo y es algo en lo que hay que trabajar. Tratar de conocerme cada vez mejor para luego mostrar quién soy yo realmente y no como un yo falso de Instagram, porque creo que en las redes sociales hay muchas cosas que pueden causar otra impresión. Mientras más real y auténtico es uno, más cercano. No puedo ser de una forma en redes sociales y después ser diferente con las personas.

Responsabilidad mental

Hay muchas cosas que le gustaría hacer, más allá del deporte. “En el aspecto familiar, ser papá y enseñar los valores que uno quiere para que tus hijos tengan las herramientas adecuadas. Pero también hay otras cosas que me apasionan, como el hecho de influenciar a los niños y a la comunidad en Chile en el mundo del golf”.

Y agrega:

“Hoy mi foco es el golf, poder jugar lo mejor posible, pero sí veo a futuro tener un lugar o un centro deportivo donde pueda tener un lugar de entrenamiento, de wellness, todo lo que un deportista y una persona necesita para que su cuerpo y mente estén sanos. Al final del día eso te da muchas herramientas no solo para el día a día, sino para hacer las cosas que te gustan y tener más energía para estar con tu familia y hacer deporte. Todas esas cosas que te mantienen activo te hacen ver la vida de otra forma. Yo
sueño con poder ayudar a niños con eso, tener un centro deportivo, a tener una cancha de práctica de golf y poder impulsar el golf en Chile”.

–Hoy, las generaciones jóvenes tienen esa conciencia de salud física y mental, pero aún nos ponemos muchas excusas para practicar deporte. ¿Lo sientes así?

–Sí, es verdad, somos buenos para inventarnos excusas. Pero siento que cada vez se habla más de tener el cuerpo y la mente en un mejor estado. Yo no fui a la universidad, pero cuando hablo con la Titi, por ejemplo, ella estudió arquitectura, me cuenta que pasaban de largo dos veces a la semana, no podían dormir y entre medio el carrete. El estilo de vida de un universitario no es el más sano y creo que no es solo por culpa de uno, sino porque todo está hecho para que sea así. Siento que todos tenemos una misión acá y cuando tu mente está despierta y clara, sabes perfectamente cómo puedes funcionar de mejor forma. Es difícil porque hay muchos niños que no saben qué es lo que quieren hacer con su vida. La vida es muy larga como para hacer algo que no te gusta; lo mejor es divertirse haciendo algo que a uno le gusta. Pero no es fácil.

–Para ti el deporte es más que tu vida y tu trabajo…

–Claro que sí. Yo juego golf, pero para jugar mejor golf no necesito entrenar más golf, lo que yo necesito es entrenar mi mente, estar despejado. Ahora estoy saliendo a correr bastante porque siento que ayuda mucho a la mente, a poder despejarme, tener ideas, a estar. O no sé, si a veces uno está enojado, uno se siente frustrado, un poco bajoneado o no se siente como con buena energía, uno puede salir, empujarte a salir a correr 20 minutos, eso ya te pone en un estado más sano y positivo. Al final, eso es lo que te da voluntad para hacer más cosas. Al empujarse a hacer pequeñas cosas, se va agrandando cada vez más ese margen y creo que de eso se trata.

–¿Qué consejo le darías tú a las generaciones nuevas?

–Tienen que encontrar algo que les guste, con equilibrio. Vas a tener que hacer cosas que no te gustan, pero si sabes que eso después tiene una recompensa, se puede sufrir un poco, ya que pasando esa barrera, estará esa recompensa y el bienestar anímico que eso te da. También es importante la familia y tener buen grupo de amigos que te motive. Cada vez hay gente más consciente de estas cosas. Todos tienen que ayudar a todos, pero hay que partir por ayudarnos a nosotros mismos para luego ayudar el resto.

–Si no hubieses sido golfista, ¿qué otra cosa te hubiese gustado hacer?

–Estaría en el mismo limbo de los jóvenes quizás. Yo tampoco sabía mucho a los 15 o18 años. Pero el golf ha sido mi mejor escuela. Gracias a él me esforcé para hacer distintas cosas y sacrifiqué otras. Todos esos esfuerzos han valido la pena. Yo podría decir “no necesito hacer nada más, tengo seguridad económica para no seguir el trabajando o jugando golf”, pero creo que todo se trata de ir buscando cosas que a ti te motiven y te den un propósito para para levantarte todas las mañanas con ganas de hacer cosas y estar.

–¿Te frustras seguido?

–Sí, pero creo que tener un buen equipo detrás es clave. Tengo un entrenador físico que me ayuda mucho en esa área, pero también está el lado técnico y las otras partes que conforman el golf, y yo busco dar mi 100% en todas estas áreas. Si los resultados no son lo que esperaba, tendré que seguir confiando en mi proceso. Es precisamente en
eso en lo que más me enfoco, en confiar en mi proceso, en dejarlo todo en estos entrenamientos. Es muy difícil que me frustre por un mal resultado, si sé que lo di todo.

–Si te tienes que ponerte una nota, del 1 al 10, ¿cómo te calificas? ¿Aprobado?

–Yo creo que sí (se ríe). Me pongo una buena nota, pero no la mejor, porque sé que puedo más. Me pondría un 7.5. Yo creo que uno nunca alcanza el 10, pero te motiva el alcanzarlo. Es un constante aprendizaje.

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