Lavín se las arregla para cada cierto tiempo patentar ideas que pegan. Cómo olvidar el “bacheletismo aliancista”, que proclamó en 2007, para el primer gobierno de Michelle Bachelet. El concepto fue tan insólito que se convirtió en una especie de humorada; el mismo edil se ríe hoy, pese a que en esos días la idea iba en serio.

Hoy, Joaquín Lavín fue más lejos y no sólo le bastó con decir que está por el Apruebo y la Convención Constituyente cien por ciento elegida, contraviniendo a su partido, la UDI. Golpeó el tablero y se declaró como “socialdemócrata”.

“No te equivocas”, le contestó a Mónica Rincón en Tolerancia Cero cuando la periodista le preguntó si se definía como tal. 

Agregó: “Creo que Chile necesita un gobierno de centro, que incorpore muchos conceptos de la socialdemocracia europea. Es necesario un gobierno de consensos en el que se garanticen derechos sociales”.

Así, uno de los grandes impulsores del modelo neoliberal en Chile, Chicago boy, quien estuvo a cargo del ministerio de Planificación Social con Pinochet, hoy propone un Estado de mayor bienestar, con integración social. Algo así como un Lavín nórdico.

Sus declaraciones no causaron ninguna gracia ni en la derecha ni en la izquierda; más bien las reacciones fueron del desconcierto, a la perplejidad, la indignación, aunque también hubo algunos que se lo tomaron  con humor.

El diputado del Frente Amplio, Gabriel Boric, interpretó la idea de Lavín como un “capitalismo más amable”. Fuad Chahín, presidente de la DC, dijo que “todos sabemos que un UDI aunque se vista de socialdemócrata, UDI queda”.

La presidenta del gremialismo, Jacqueline van Rysselberghe, dijo que la palabra socialdemócrata no le gustaba “porque se asocia con la izquierda”. Aunque ante las posibilidades de expandir el electorado y llegar a La Moneda, señaló: “Pero la UDI defiende la democracia y tenemos una inspiración social y popular que surge desde nuestros orígenes”, y se subió al carro.

El candidato de ultraderecha, José Antonio Kast bromeó con que Lavín debiera participar en una primaria de la centroizquierda con Jadue (PC). La más indignada fue Evelyn Matthei. No sólo dijo no creer el giro ideológico del edil, sino que no descartó lanzar su propia candidatura ante las desafección y el vacío ideológico provocado por Lavín.

“¿Qué tiene Lavín en la cabeza”, dijo en La Segunda. “Si quisiera votar por un candidato socialdemócrata votaría por Ricardo Lagos Weber, sencillamente. Él siempre ha sido un socialdemócrata y, por lo tanto, es una persona creíble. Me molesta el zigzagueo político“, dijo la alcaldesa de Providencia, dando cuenta del malestar de varios en la centroderecha, que ven en el giro de Lavín una estrategia y, peor, que abdica de sus ideales políticos y que se avergüenza de su propia historia.

Porque más allá de la evidente contradicción ideológica a la que incurre el hombre fuerte de la derecha, quien más probabilidades tiene hoy de llegar a La Moneda,  es el golpe a su credibilidad. Justo en los momentos más álgidos. En la peor crisis social, económica y política de nuestra historia.

Habrá que ver qué dicen las encuestas. Si esta maniobra pasa simplemente a integrar la lista de malas bromas hechas por el edil, como el bacheletismo aliancista o la idea de bombardear  las nubes para hacer llover. Si es que prende y le permite ampliar su electorado. O se transforma en un error no forzado que lo haga retroceder cuando más cerca estaba.