Revista Velvet | Iris Apfel cumple 102 años: La extraordinaria vida de la mujer que decoró la Casa Blanca
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Iris Apfel cumple 102 años: La extraordinaria vida de la mujer que decoró la Casa Blanca

Iris Apfel cumple 102 años: La extraordinaria vida de la mujer que decoró la Casa Blanca
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Iris Apfel cumple 102 años: La extraordinaria vida de la mujer que decoró la Casa Blanca

POR equipo velvet | 29 agosto 2023

Iris Apfel se ha convertido en toda una leyenda fashionista, musa e icono de moda y hoy cumple 102 años. A lo largo de su vida, trabajó para clientes como Greta Garbo e incluso estuvo en nómina de la Casa Blanca. Con 84 años, una exposición de su colección de alta costura la convirtió en una “estrella geriátrica”, y desde entonces ha sido la imagen de marcas de cosmético y moda, teniendo sus propias colecciones.

Maxi-pulseras en las muñecas, collares por doquier, ropa siempre llamativo, los labios rojos y su melena perfectamente peinada. Y no podemos olvidar algún par de anteojos de sol o lentes exagerados. El dress code de Iris Apfel es único y una marca registrada, y es que no se trata de una centenaria cualquiera. Es más, ella se autodefine como la “adolescente más vieja del mundo”. “Mi estilo es o muy barroco o muy zen. Todo lo de en medio me chirría”, ha dicho para describir su estilo que la convertido en leyenda de la moda.

Apfel, es un personaje mitológico de la alta sociedad neoyorquina y mucho más que un icono de moda. Iris trabajó durante décadas en diseño de interiores. Esto, junto a su marido Carl Apfel, quien fundó la exitosa empresa Old World Weavers. Debido a esto, trabajó para estrellas de Hollywood y presidentes de Estados Unidos. De ahí su conexión directa con la Casa Blanca.

Pero su salto a la fama no tiene que ver con los ex mandatarios de Estados Unidos, sino más bien cuando el Metropolitan Museum de Nueva York le dedicó una exposición en 2005. Fue ahí cuando se convirtió en “estrella geriátrica”, como ella misma dice. Y cuando el mundo de la moda, las revistas y casas de costura pusieron los ojos en ella.

Iris nació el 29 de agosto de 1921 en el barrio neoyorquino de Queens. Y fue la hija única de Samuel y Sadye. Él, un propietario de un negocio de espejos y cristales, y ella, dueña de una pequeña boutique de moda. “Adoraba los accesorios. Era una mujer muy avanzada para su época. Tuvo una boutique en los años 30 donde solía vender joyas fabulosas. Fue mi inspiración y es parte de mi ADN”, ha dicho sobre la influencia de su madre.

Estudió arte en la universidad y siempre tuvo claro que se dedicaría a la moda. Pero su primer trabajo fue redactora de la revista de moda Women’s Wear Daily. Al poco tiempo se dio cuenta que no tendría ningún futuro.

Su siguiente trabajo fue decorar departamentos en Nueva York antes de ponerlos a la venta. A través del cual descubrió el placer de buscar tesoros en los mercadillos de la ciudad. Tenía buen gusto para muebles, colores y las texturas.

Iris tenía el estilo y la actitud adecuada, algo que reflejaba en su trabajo. Y su ecléctico estilo la convirtió en un personaje  reconocido en los círculos de la alta sociedad neoyorquina. “Supongo que la gente pensaba que si era capaz de decorarte a mí misma, también podía decorar un par de habitaciones”, afirmó alguna vez.

En 1948 Carl Apfel, a quien ella describía como “divertido, cariñoso y sabía cocinar comida china. ¿Qué más podía pedir?”. Poco después, pusieron en marcha la firma textil Old World Weavers, la que lideraron hasta 1992 cuando se jubilaron. Apfel viajaba a Europa, donde buscaba telas antiguas que luego imitaba para decorar las mansiones más exclusivas de sus clientes como Greta Garbo, Estée Lauder y la Casa Blanca.

Los Apfel participaron en proyectos de restauración de la residencia presidencial durante décadas, trabajando para nueve presidentes americanos, desde Harry Truman hasta Bill Clinton.

Iris y Carl no tuvieron hijos, una decisión tomada en conjunto. Ella no quería sacrificar ni su vida ni su carrera, y tampoco quería dejar a sus hijos en manos de una niñera. “Quería una carrera y quería viajar”, explicó en su documental. Y fue así como logró una colección de accesorios y modelos de alta costura de casas como Dior o Lanvin. “Soy una romántica incurable. Compro cosas porque me enamoro de ellas. Nunca compro nada porque tenga mucho valor”, ha explicado.

Y gracias a esta colección, se convirtió en una estrella a los 84 años. En 2005, el Museo Metropolitan de Nueva York le dedicó una exposición a su armario y su colección de accesorios. Fue así como una “retirada” Iris se convirtió en un icono.

Fashionistas y diseñadores se inspiraron en ella y desde entonces ha creado colecciones de carteras, anteojos y joyería, ha sido rostro de marcas de maquillaje, profesora universitaria, asesora de Bergdorf Goodman y su casa en Park Avenue ha sido fotografiada por importantes revistas de decoración. En 2018, Mattel creó una Barbie en su honor y un año después, fichó por la agencia de modelos IMG. El año pasado, creó una colección para H&M y su Instagram con 2,8 millones de seguidores de Instagram es la prueba misma de su contingencia.

“Me encanta la moda, es maravillosa, pero no es mi vida”, dijo alguna vez. Y es que el gran amor de la vida de Iris fue será siempre su esposo Carl, quien falleció en 2015. “Me visto para mí. Y para mi marido”, solía decir antes de enviudar. “Su humor y generosidad eran legendarios. Hicimos casi todo juntos. Me empujó a la fama y luego se deleitó con mi éxito”, revela en su libro Accidental Icon.

Carl murió sólo tres días antes de que ella cumpliera 101 años, y estuvieron casados 68 años. “Al principio quedé destrozada. No creía que pudiera soportarlo, pero un día me di cuenta de que no querría que me quedara sentada y deprimida. Él era como una de esas madres escénicas”.

A sus 102 años, Iris Apfel asegura que “Preocuparse por envejecer es el beso de la muerte: tienes que estar ocupada e interesada. A veces, me encuentro fatal, hasta que alguien me dice: ‘Vamos a un mercadillo’. En cuanto pongo un pie allí vuelvo a sentirme como una adolescente”. 

 

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