El director del think tank que promueve las ideas del liberalismo cuestiona la campaña de Evelyn Matthei. “Se le ha visto muy políticamente correcta”, dispara. Y aconseja: “hoy es la oportunidad de no serlo, los chilenos lo agradecerían. Hay que hablar con la verdad, no somos tontos, por algo rechazamos la propuesta constitucional”.
Por Juan Cristóbal Villalobos Fotos Bárbara San Martín
Con su pluma filuda y mordaz, Fernando Claro, director ejecutivo de la Fundación para el Progreso (FPP) y máster en Economía Política del King’s College London, genera revuelo con sus columnas en La Segunda y sus provocadoras cartas en El Mercurio. Sus “víctimas” son variadas: desde el embajador de China en Chile hasta los jesuitas y el Papa Francisco, pasando por el Frente Amplio y todo lo que huela a progresismo.
Además de su empeño en defender las ideas del liberalismo, su otra pasión es la ornitología, la observación de los pájaros, afición que plasmó en su libro Geografía de Pájaros (2015). “Quizás los pájaros me enseñaron a nunca confiar en el refrán que repetía un profesor del colegio, ‘por el plumaje se discierne al pájaro’, especialmente cuando el plumaje es de ecologista”.
–¿Consideras que Chile está en decadencia?
–Sí. Todo esto partió con Bachelet II, sus reformas, y a la odiosidad que inoculó entre los chilenos. El PC, su ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo; el de Hacienda, Alberto Arenas, y su asesor, Pedro Güell. Llegaron incluso a hacer unos videos animados contra empresarios, algo nunca antes visto. Hoy trabajan en el Banco de Desarrollo, CAF, en la CEPAL y en el PNUD, organismos que en teoría son de todos los chilenos. El también asesor de Michelle Bachelet, Pedro Güell, lo hace a medias desde la Austral, una universidad privada llevada a una crisis terminal. Al gobierno que viene lo veo como una oportunidad de revertir la decadencia. Si no, continuará por muchos años más.
–¿Cómo se explica que, por primera vez, José Antonio Kast haya superado en las encuestas a Evelyn Matthei?
–Orden, consistencia y nitidez ideológica, nada más.
–¿Qué errores ha cometido la candidata de Chile Vamos?
–Yo me siento más cercano a Matthei, ya que, en teoría, es más liberal que el resto, pero hubiese esperado más nitidez en sus mensajes. Una mirada hacia el futuro defendiendo la sociedad civil; proyectando un Estado más chico que focaliza el gasto en quienes lo necesitan; mostrando voluntad para terminar con el buenismo en la Araucanía, el crimen organizado y las tomas. Espero claridad, no picoteo. Además de jefe de Estado, Chile necesita un líder que marque un rumbo y eso no se le vio al criticar la mala reforma previsional, como tampoco al criticar el regalo a Codelco, y así. Se le ha visto muy políticamente correcta. Es la oportunidad de no serlo, los chilenos lo agradecerían. Hay que hablar con la verdad, no somos tontos, por algo rechazamos la propuesta constitucional.
–¿Qué debería hacer Matthei?
–Difícil; en parte, lo que dije antes. Pero me cuesta la política, soy de las ideas y ahí es donde estamos junto a todo el equipo de la Fundación para el Progreso, en las ideas y en los jóvenes.
–Pero ustedes se oponían a la reforma previsional, que hoy es celebrada. De hecho, debido a su aprobación surgió el liderazgo de Jeannette Jara.
–Nosotros no tenemos posiciones oficiales y no estamos en política contingente. Como FPP nos debemos a nuestros seguidores y a los chilenos que creen en una sociedad libre, que yo creo que son la mayoría. Hacemos cursos de liberalismo y al pronunciarnos respecto de la contingencia, nuestro deber es hacerlo en función de los principios que defendemos, independiente de si esa idea la plantea la derecha o la izquierda o de compromisos políticos. Estamos libres de eso. Esa reforma, y acá hablo a título personal, era mala: ¿por qué prestarle parte de nuestro sueldo al Estado directamente? ¿Por qué no se endeuda con el mercado? ¿Por qué hacer crecer al Estado creando más instituciones sin sentido? En fin, había que subir la cotización individual, atrasar la edad de jubilación e igualar la de hombres y mujeres. La PGU había solucionado gran parte del problema, y si se necesitaba subirla en función de lo autofinanciado, había que hacerlo con ingresos generales, de partida echando alos 25 mil funcionarios que viajaron con licencias. Imagina los que viajan dentro de Chile.
–Crecen las derechas en el mundo, ¿cómo ves el futuro del progresismo?
–La izquierda se quedó sin ideas. Ante ese vacío, ofrecen ideas delirantes u otras que son derechamente antidemocráticas, como las leyes que coartan la libertad de expresión o las acciones que legitiman la violencia, como el apoyo a las tomas de terrenos (Giorgio Jackson hablaba de un win-win) o la negación del terrorismo. Basta pensar todo lo ofrecido en el proyecto constitucional inicial que apoyó Tohá, la “moderada”, que era algo completamente iliberal, coartaba nuestros derechos individuales y politizaba toda nuestra vida, incluso las juntas de vecinos. Politizar la vida es politizar todas las pegas para siempre, eso querían. Se ríen de Gonzalo Winter por decir que la falta de viviendas es culpa de los inversionistas inmobiliarios, pero exactamente eso mismo dice Juan Pablo Luna, el que fue director nominal de la Fundación Democracia Viva de Catalina Pérez y Daniel Andrade, y académico de la Escuela de Gobierno de la UC. Luna dice lo mismo que Winter en su último libro y agrega que hay otra causa: Airbnb. Increíble. Esas son sus “ideas”. Les falta decir que el hambre de los pobres en Chile lo causan los restoranes de estrellas Michelin y la Vega Central, junto al Jumbo. Esos mismos analistas hablan de tomas pacíficas (que a todo esto, también son nombradas en el informe Moreno-Huenchumilla) y que “la violencia trae más violencia”, para justificar la no persecución de Llaitul y compañía desde 1997 en adelante. Mira a Petro, presidente de Colombia.
–¿Qué tiene que ver Gustavo Petro?
–Gabriel Boric sigue siendo su aliado y se han apoyado mutuamente. Mira cómo defiende a Cristina Kirchner condenada por la Corte Suprema, y mira a Lula, que justifica a Rusia y niega la dictadura venezolana hace poco. Eso es la izquierda. ¿Qué es, si no? Apoyaron firmes a Chávez. No les queda nada, no hay ideas. Petro acaba de insinuar que el atentado al candidato Miguel Uribe fue un “autoatentado”, además de que culpó a 8 senadores por incitar “ese clima” al oponerse a un proyecto de ley. Está igual al Colegio de Profesores y al Colegio Médico en Chile que se enojan con la Contraloría porque hace su trabajo al investigarlos, dos colegios cooptados por la izquierda. ¿Alguna duda de eso último también? No me voy a cansar de repetirlo, pero en 2006 y 2007 Hugo Chávez expropiaba y le quitaba licencias de operación a medios de prensa. Boric sin embargo viaja a Venezuela en 2011 y asegura que hay más libertad de prensa que en Chile. No hay que olvidar que Boric incluso apoyó a Maduro. Así “piensa” la izquierda y nuestra tarea en la FPP es explicar esto una y otra vez.
–¿El oficialismo tiene alguna posibilidad de continuar en el gobierno?
–Muy baja, pero nunca se sabe en política.
–¿Crees que Johannes Kaiser llegue hasta la primera vuelta?
–Hasta el momento él dice que sí. No tengo más antecedentes.
–¿Qué diferencia hoy a José Antonio Kast de Kaiser?
–En ideología, poco, quizás solo lo explícito en materias religiosas. En formas, más. Kaiser se ve más duro y confrontacional.
–Si llega al gobierno, ¿Kast va a mantener su visión conservadora o se va a “liberalizar”?
–No creo que quiera o pueda llevar a cabo reformas en esa dimensión. ¿Va a prohibir el divorcio? Ya dijo que no eliminaría las tres causales del aborto. Por mí que lo libere, y además que apruebe la eutanasia.
–¿Ves a Kaiser tomando medidas económicas extremas, a estilo Javier Milei?
–Achicar el Estado y gastar menos de lo que se recauda no es extremo, es bueno. Permitir exportar desde cualquier puerto, cualquier producto, guardando estándares, no es extremo, es lo que le hace bien a un país. Permitir importar productos, no es extremo, es bueno. Espero que Kaiser, JAK y Matthei hagan todo eso. Milei está en lo correcto y si le va bien, puede ser un antes y un después histórico para el mundo.
–Tú trabajas con su hermano Axel Kaiser en la Fundación para el Progreso. ¿Te molesta que se asocie a Johaness Kaiser con ustedes?
–No, aunque es un desafío. Hay que aprovecharlo no más. Estamos en la lupa. Lo importante es que no nos desviemos y sigamos haciendo lo que llevamos haciendo 13 años, porque nunca hemos dejado de difundir las ideas liberales, especialmente en los jóvenes y a través de todos los medios, tanto los tradicionales como las redes sociales, publicando nuestra revista ÁTOMO y libros. Somos líderes absolutos en YouTube, Facebook y otras redes sociales, y reconocidos internacionalmente. Axel es figura latinoamericana.
–¿Y cómo ves el futuro político de Johannes Kaiser?
–Ojalá fusionado u operando muy coordinado con Republicanos.
CHINA Y EL PAPA
No hay duda de que Claro no le teme a la polémica. Hace poco, el embajador de China, Niu Qingbao, lo trató de “arrogante y prejuicioso” a raíz de su advertencia de que había que “estar atentos” a la penetración china en Chile. “No respondí, no argumentan”, dice. Y agrega: “Es el reflejo de cómo opera la izquierda. Es lo mismo de siempre y ocurre tanto en lo público como lo privado: te inventan ideas o acciones que no has dicho ni hecho para invalidarte. Se llama ‘fabricar un mono de paja’ para luego destruirlo. Hace años me nombraron como xenófobo en un paper. Es como cuando al historiador Niall Ferguson lo acusan de xenófobo, siendo que está casado con una mujer somalí de raza negra. Es la izquierda, de nuevo, sin argumentos, que quiere invalidarlo. Falta que me digan que soy basquetbolista de la NBA. Mi punto quedó hecho: los chilenos tenemos que estar atentos a las inversiones chinas, porque tienen malas prácticas que contaminan”.
–También generaste polémica al decir que el Papa Francisco fue “un opinólogo y un operador político incontrolable”. ¿Qué te parece el Papa León XIV?
–Es muy temprano para evaluar, pero dada la simbología de su nombre respecto la famosa Rerum Novarum de León XIII, sería bueno, para la sociedad y para los pobres, que León XIV ponga énfasis en que esa encíclica condena fuertemente al socialismo, por ser una ideología inoculadora de odio y perjudicial para los pobres. Además, esa encíclica defiende nítidamente, y vía fundamentos cristianos, la propiedad privada, también porque trae paz y beneficios para los pobres. Sin embargo, dice también que los empresarios son inhumanos, que tienen codicia desenfrenada y que ‘se enriquecieron ellos, unos pocos, y empobrecieron a la multitud’. El papa Francisco y todo su mundo, lamentablemente, daba énfasis a lo último, olvidando por completo el resto.
–Eres reconocido por tus fuertes críticas a los jesuitas. ¿Qué te molesta y encuentras tan peligroso de ellos?
–La verdad no tengo nada contra ellos; (mis críticas) nacen de una molestia general, más estética, antigua. Siempre me molestaron las personas que se creen moralmente superiores porque hacen esto o esto otro. ¿Quiénes son ellos para juzgar o suponer que el otro es un tal por cual, una mala persona, un egoísta o un ignorante, porque vive una vida diferente a la de ellos? Y en esto, los jesuitas y el TECHO tienen un PhD, hacen carrera en base a eso. Llegan al patetismo de competir con otras congregaciones. Y ahora se les sumó el frenteamplismo. Es una posición estética muy desagradable y una sensibilidad que se trabaja, vendedora. Le entrega sentido de pertenencia a mucha gente y creo que hay que combatirla. El tiempo me dio la razón: miles de jesuitas apuntadores con el dedo abusaban de mujeres y jóvenes –muchos que siguen impunes a pesar de que son encubridores– y los frenteamplistas robaban a manos llenas.