Emily (Phoebe Dynevor) y Luke (Alden Ehrenreich) conforman una joven y promisoria pareja. Viven en un amplio pero modesto departamento en Nueva York y, a partir de lo que se cuenta durante los primeros minutos de película, están próximos a formalizar su relación.

Luego de involucrarse en una intensa escena en una boda, se anuncian potenciales problemas entre ambos: la empresa de Wall Street para la que trabajan tiene prohibido cualquier clase de vínculo romántico entre compañeros de trabajo y el dueño de la firma la elige a ella para ocupar un codiciado puesto en la compañía.

Se trata del tipo de ascenso que él siempre soñó, pero para el que seguramente Emily tenía mejores aptitudes. A partir de ese momento, él no resulta tan convincente en expresarle felicidad por el cargo, mientras que ella debe lidiar por la presión de su nuevo puesto, además de relacionarse de distinta manera con el entorno masculino.

Fair Play, o Juego Limpio, es el primer largometraje de la directora Chloë Domont, quien hasta ahora solo había dirigido capítulos de series como Billions. Fair Play lo presentó en el Festival de Sundance del año pasado y fue elogiado por lo verosímil que resulta mostrando situaciones propias de la era del MeToo.

“Aunque el guión de Domont toca muchos puntos relevantes respecto a la inseguridad masculina en un mundo de paridad que cambia rápidamente, Juego limpio nunca es tan provocativo como parece pensar”, reseñó el medio especializado The Hollywood Reporter. “Pero el control de la guionista y directora es innegable”, expresaron.

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Según la revista Time, “Domont ha captado el aroma de una idea que flota en nuestra cultura, una idea que casi es demasiado desalentadora para articularla: las mujeres simplemente no confían en que los hombres las respeten, sin importa cuán de acuerdo con la idea de igualdad se muestre un hombre de la boca para afuera”.

Phoebe Dynevor, quien saltó a la fama gracias a su rol en la primera temporada de la serie Bridgerton, entrega una actuación “estelar”, según la opinión del New York Times. El medio describió a Fair Play como “un thriller erótico magníficamente malévolo sobre dos ambiciosos analistas financieros que beben demasiado, duermen muy poco y no pueden permitirse el lujo de poner sus sentimientos a trabajar”.