Es la cantante más transgresora de su generación. Raffaella Carrà no sólo bailaba de manera extraordinaria; tenía una gran voz y, lo más importante, escandalizaba al público más conservador con sus sensuales atuendos, con las pantis ajustadas de sus bailarines (“sus chicos”) y, por supuesto, con algunas de sus canciones. “Para hacer bien el amor hay que venir al sur” cantaba con desparpajo mientras movía su cabeza de un lado al otro. Pero en algunos países ese tema fue censurado y por eso hay dos versiones. La más pacata dice “Para enamorarse bien hay que venir al sur” y es la que se escuchaba en Chile en los años 70.

Y en el tema “Lucas”, la Carrá decía con una falsa ingenuidad que no sabía dónde se había metido su pareja; la última vez que supo de él, lo vio “abrazado a un desconocido”. Es decir que sugería de manera pícara que Lucas era gay y que la había dejado por “otro”…Pero jamás lo decía directamente en la canción. Esa era la gracia. “No sé quién era, tal vez un viejo amigo, desde ese día nunca más lo he vuelto a ver”, cantaba con supuesta inocencia.

La Carrà –quien desde hace años es animadora en la TV italiana– es un ícono popular, un verdadero clásico de la música hispana. Es difícil compararla con otra cantante de esa época porque prácticamente todo su cancionero se tararea en el imaginario colectivo. Consciente de este potencial, el uruguayo Nacho Álvarez dirigió “Explota, explota”, un musical español inspirado en las canciones de la artista italiana.

Es protagonizada por la actriz hispano-sueca Ingrid García-Jonsson, quien interpreta a María, una bailarina que quiere romper los estereotipos de la televisión española de los años 70. Y, al igual que la Carrà, deberá lidiar con la censura de esa época…

Se estrenará en octubre en España y, poco después, en Amazon Prime Video.