Con una carrera internacional consolidada, mamá feliz de una “familia ensamblada” y enamorada de un promisorio político argentino, Carolina Ardohaín cuenta que, a sus 45 años, vive un momento de plenitud al que llega tras aprender a lidiar con el dolor y el perdón. Sobre una eventual carrera presidencial de su marido, Roberto García Moritán, dice: “Creo que todo puede pasar”.
Sólo 27 horas estuvo en nuestro país. Viaje flash, pero que entusiasmó a Carolina Ardohain -la eternamente sexy Pampita- al escuchar que Velvet quería conversar sobre su actual momento profesional y personal. Lo está pasando bien y quería que todos lo supiéramos.
Así, aterrizó, almorzó ligero y, de inmediato, partió al Museo de Bellas Artes para nuestra sesión de fotos. Llegó risueña, Con una sonrisa que no aminora su espíritu detallista ante la cámara: junto con los dos asesores que la acompañan, elige los vestidos de Cavalli y Carolina Herrera que, por supuesto, la hacen ver deslumbrante.
Entre toma y toma, Carolina comparte que tiene una vida muy ajetreada y que divide sus tiempos entre sus cuatro hijos (Bautista, Beltrán y Benicio Vicuña, además de Ana García), los viajes de trabajo, sesiones de fotos y cuando la llaman para que sea panelista en estelares del horario prime de la televisión argentina. Hoy está casada con el exitoso empresario gastronómico y también político Roberto García Moritán (con quien hasta compartió un docushow en la plataforma de streaming Paramount+).
De su actual relación dice: “Estamos enamorados del amor y hemos formado una hermosa familia, gigante: con los tuyos, los míos y los nuestros. Y Roberto ha sido muy generoso, te puedo decir que los fines de semana en casa somos muy relajados, muy sencillos. Siempre he creído en querer tener mi familia, mis hijos. Nunca, en ningún momento, he dejado de creer en este sueño”.
Carolina toma un poco de agua y responde una llamada de su marido. Se ponen al día: él le pregunta cómo aterrizó y ella cómo está todo en casa.
Carolina, hace mucho que no hacías fotos en Chile, ¿cómo te recibe la gente?
-Son muy amorosos, muy cariñosos y demostrativos. Me dicen un montón de cosas lindas, me mandan saludos para mis niños que son chilenos. Es un placer venir, además, viajo harto a Chile, porque tengo muchas amigas, familia.
¿Cómo es tu vida acá cuando vienes?
-A veces contacto a alguna amiga para quedarme en su casa, pero si es por trabajo me voy a un hotel, porque trato de no molestar. Igual siempre quiero darme el tiempo de visitar a todos o a los que más pueda para ponernos al día de sus vidas y compartir, porque las amistades hay que cultivarlas y mantenerlas en el tiempo. Mis amigas también viajan mucho a Argentina a verme.
¿Es cierto que hay algunas conversaciones ya avanzadas con un canal chileno?
-Soy una convencida de que hasta que no salen las cosas, prefiero no contar nada. No soy de ilusionarme, porque la televisión es muy cambiante. Cuando las cosas se concretan y se firman, ahí podemos hablar de todo.
¿Cómo definirías tu actual momento personal y profesional?
-¡Enamorada! Estoy muy contenta con mi hermosa familia. ¿Sabes? Hay mucho amor a mi alrededor y me encuentro en un muy buen lugar en mi carrera, así que no me queda más que agradecer todas las cosas buenas que me rodean. Mi hija Ana (1) es la más pequeña y recién entró al Jardín Infantil, va unas poquitas horas, pero cuando parte, la extrañamos mucho. Ella es la reina de la casa. Nos tiene a todos enamorados, es mi princesa, no hay príncipes, ella es la única. Te cuento que sus hermanos están “babosos” con ella, le hacen juegos, le cantan, le enseñan de todo, la toman en brazos como si fuera un juguete, la regalonean mucho. Hay mucha confianza. Sus hermanos la cuidan y ella es muy, muy feliz.
¿Por qué le pusiste Ana?
-Es que mi nombre es Ana Carolina, pero nunca lo usé. Así que estaba pendiente, porque siempre me gustó y estaba en la lista de mis favoritos. Creo que Ana era el que le gustaba a Beltrán (10), así que él se autodenomina el gran elector del nombre para su hermana, porque votamos todos en familia a ver cuál era el ganador.
“Tengo hijos de distintas edades, adolescentes y los pequeños de mi corazón. Los más grandes (de Roberto con Milagros Brito), que tienen 18 (Santino) y 17 años (Delfina), comparten harto con nosotros y con sus hermanos más pequeños, así que en mi casa hay hijos desde 18 a un año de edad”, explica sobre esta familia compuesta de varias piezas.
¿Cómo ha sido esta crianza?
-Uno vive cada una de las etapas de los hijos, todos tienen sus cosas lindas. Con Bautista (15) podemos viajar los dos solos, tenemos conversaciones súper profundas. Él es muy compañero mío, me apoya y ayuda con sus hermanos. Es un caballero, así que verlo tan grande me pone a mí en otro lugar, como que también lo trato de manera distinta, hay mucho respeto y también libertad.
Si tuvieras que definirte como mamá, ¿qué dirías?
-¡Ay Dios, es mucho trabajo! Soy como todas las mamás del planeta, la que se despierta pensando en qué tienen que llevar adentro de la mochila azul, si se habrán acordado de los botines, que Robert firme la autorización. Son un millón de cosas en la época escolar. Así que por eso anoto todo, para que no se me traspapele nada y después me reten porque olvidé comprar algo o dar un permiso.
Todo tiene un sistema en su poblada casa. “Soy muy correcta con las rutinas, especialmente con la hora de dormir. Les tengo horario para que estudien para sus pruebas, porque todos tenemos claro cuáles son nuestras responsabilidades. Además, yo salgo a trabajar todos los días, mi marido también y los niños se van al colegio. Somos como todas las familias. Bueno, te debo confesar que nos divertimos harto, lo pasamos genial, pero cada uno sabe lo que tiene que hacer, su responsabilidad y cumplir dando su mejor versión. Somos todos juntos en la casa, muy cariñosos, expresivos, de mucha piel la verdad. Somos de darnos muchos besos, abrazos y decirnos lo que sentimos”.
¿Cómo lo haces con las redes sociales de tus hijos?
-Todos tienen redes sociales. Ana no, obvio, porque es una chiquita que trajo mucha alegría a mi vida. La gente que me quiere la disfruta mucho verla y valora que yo comparta esos momentitos con ella (en Instagram). Benicio (8) también tiene, pero con cuenta privada, así que sólo lo siguen sus familiares más cercanos y amigos. Beltrán tiene una cuenta pública, pero creo que sube dos fotos un par de veces al año. Y Bauti (15) tiene muchísimos seguidores porque es el que más conectado por la edad y lo hace súper bien, tiene una gran naturalidad y espontaneidad. Me encantaría tener un poquito eso de él, porque lo hace muy relajado.
¿Te gustaría que Bautista siga tus pasos o de su papá (Benjamín Vicuña)?
-Ellos viven una realidad bastante particular y simple, a pesar de que nosotros tenemos trabajos muy expuestos. Van a un colegio muy normal, yo soy mamá y su papá es su papá. No nos ven como grandes estrellas. Creo que somos y tenemos una familia muy normal, no nos ven como si fuéramos especiales. Ahora, si a alguno le gusta seguir nuestros pasos y se lo va a tomar en serio, todo bien, siempre lo vamos a apoyar. Tienes que amar lo que haces y me encantaría que lo que elijan sea para el resto de su vida, que disfruten lo que hacen y que sientan una gran pasión. Siempre se los he dicho como mamá. Pero todavía tenemos tiempo, estamos en eso.
¿Y Bautista ha tenido propuestas laborales?
-Si, siempre. Ha hecho un par de comerciales y siempre lo invitan, pero hasta ahora hemos tratado de que de que tenga una vida lo más acorde a su edad y adolescencia, a su etapa escolar, que es muy importante que le dedique la atención que se necesita. Y bueno, si después elige, lo vamos a apoyar. No es algo que les inculquemos o que los motivemos a hacer. Me parece que tienen que tener esa libertad de elegir su camino. Porque las presiones de la fama están ahí, por la casa o por fuera, pero son personas que llevan una vida muy normal. Antes todo era más un misterio, era otra época, otros tiempo. Hoy con las redes sociales te ven el día a día. Ahora es más relajado y uno comparte momentos de su intimidad, de su casa, ya hay una realidad distinta sobre los famosos.
¿Cómo son Carolina y Pampita, una fusión?
-¡Nooo! No siento que soy una o la otra. Ahora me ves toda maquillada haciendo una sesión de fotos, pero en mi casa si Anita se duerme, yo sigo en mis cosas. No es que me saque un disfraz y me ponga otro, soy siempre la misma. Por más que esté trabajando en una superproducción como esta, la verdad es que es como un sueño hermoso. Estoy con un pie en mi casa viendo que esté todo funcionando y que los niños se acuesten a la hora correcta.
“EN LOS MOMENTOS DIFÍCILES, MIS HIJOS SON EL MOTOR PARA LEVANTARME”
¿Cómo te defines?
-Soy apasionada, trabajadora, cariñosa y enamorada de mi familia. Siempre estoy enamorada del amor, porque nunca me faltó amor en mi vida. Y si no lo tengo, lo busco.
Hoy se usa mucho el concepto de “sororidad”. Has tenido una vida bastante expuesta y te hemos visto en episodios de altos y bajos. ¿Cómo has sentido el apoyo femenino?
-Muy cuidada. Tengo una red de amigas que son como mis hermanas de sangre que están ahí al pie del cañón para todo. Hemos sabido disfrutar la vida cuando la ola viene bien y cuando hay tristezas nos hemos acompañado, abrazado y apuntalado. Hay que cultivar la red femenina, porque es muy importante a lo largo de toda tu vida. Los hijos después crecen y vienen otras etapas y es importante tener tu mundo fuera de tu casa, con tu pareja y tus amigas. Yo cultivo mucho mis viajes con mis amigas. Ellas están muy presentes en los cumpleaños de todos mis hijos, bautismos, comuniones y así va a ser después, en los casamientos o cuando lleguen los nietos.
¿Cómo se reconstruye Carolina después de una ruptura?
-Primero hay que darse el tiempo. Respetarse los sentimientos y dejar que una esté sana como para volver a abrir el corazón. Pero nunca me imaginé que no iba a tener amor en mi vida, que no iba a tener una pareja en el día a día, porque a mí me gusta la vida en familia, en pareja, construir algo y tener proyectos. Así que nunca di por terminado eso en mi vida, siempre supe que el amor iba a volver a aparecer.
Pero has tocado fondo en diferentes situaciones muy mediáticas, ¿cómo volver a pararse después de eso?
-No, no podría darles una fórmula a las mujeres porque cada cosa es personal, cada una atraviesa situaciones con las herramientas que tiene. También con la contención que cuenta alrededor, con el cariño que te rodea. En mi caso, mis hijos fueron un gran motor siempre, eso me hizo levantarme todos los días a trabajar y estar con una sonrisa en mi casa. Que la vida sea una alegría también es un ejemplo para ellos, así que creo que ese motor sirvió mucho. Pero si no estuvieran los chicos, igual siempre habría buscado la felicidad.
Siempre estás buscando tu felicidad
-Sí, porque en la vida personal me importa mucho el éxito, la carrera y todo. Obviamente, una quiere tenerlo para estar tranquila, pero todo lo personal para mí fue siempre fundamental. Siempre cultivé, lo busqué, lo valoré mucho, lo cuidé, entonces, creo que por eso llega la recompensa también.
Y, por ejemplo, ahora te acaba de llamar por teléfono tu marido, Roberto ¿Quién es Roberto?
-Roberto y yo somos muy parecidos. De hecho, estamos de cumpleaños con un día de diferencia: yo el 17 de enero y él el 18. Robert es un muy buen compañero en todas mis cosas. Es muy bueno en la crianza de nuestros hijos, participa absolutamente de todo. También es un enamorado del amor que apuesta todo por esta familia que hemos formado, esta familia ensamblada. Con hijos de un lado o del otro, hijos propios, es como una mezcla hermosa. Nos gustan las mismas cosas, disfrutamos de cosas súper simples, sin muchas expectativas y, la verdad, es que somos muy felices. Vamos felices por la vida.
“CUENTA CON MI APOYO INCONDICIONAL”
Tu marido apostó por una carrera política el año pasado. Él es legislador de la Ciudad de Buenos Aires.
-Siempre estuvo ligado a las acciones sociales, porque tiene una fundación, es una ONG sin fines de lucro (Asociar), sin ayuda de ningún partido político. Entonces, lo vieron trabajando en eso y le ofrecieron unirse a un partido muy chiquito (Republicanos Unidos) que comenzó con su grupo y les ha ido muy bien.
¿Qué te parece que él sea político?, ¿te gusta ser la señora de un político?
-Yo lo hubiera apoyado en lo que hubiera elegido. Robert cuenta con mi apoyo incondicional, así que no me llamó la atención. Es muy auténtico en su necesidad de ayudar, dar una mano, cambiar las cosas. Me sorprendió la carrera meteórica que ha tenido en estos meses, que le ha ido bárbaro como legislador, porque me doy cuenta de que va creciendo a pasos agigantados y que pueden venir muchas más cosas, así que trato de ir asimilando y prepararme para lo que pueda pasar.
Hace una pausa y agrega: “Siento orgullo porque lo veo con muchas ilusiones de cambiar muchas cosas y mejorar nuestra realidad en Argentina; así que le queda un largo camino por delante. Ojalá pueda cumplir todos esos sueños”.
¿Qué hay que cambiar en Argentina?
-¡Mucho! Primero tenemos que cambiar todos nosotros. Cada uno tiene que hacer un cambio profundo dentro de nuestras casas y con nuestros hijos para que las próximas generaciones vengan con otros incentivos, otros sueños, otras esperanzas que hoy están perdidas.
¿Sientes que tienes un papel con él en política?
-Por ahora no, cada uno tiene su mundo. Él me da toda la libertad para trabajar en lo que quiero. Yo viajo muchísimo y voy a programas de televisión que me requieren. Toda la semana me da alas para volar y me apoya. Lo mismo me va a pasar a mí con él, en todo lo que le toque por delante voy a estar ahí; pero cada uno en su lugar de acompañante. No nos mezclamos.
Él dijo que en una entrevista, básicamente, que estaba dispuesto a seguir en política.
-Lleva un año en el cargo, ¡pero le está gustando harto!
¿Imaginas que pueda crecer esa ruta en la política y tú a su lado?
-Creo que todo puede pasar.
Incluso, le han preguntado si quiere ser presidente.
-Es cauto para pensarlo
¿Te ves como primera dama de Argentina?
-No es algo que podamos imaginar en este momento, ni siquiera se nos ocurre. Si hacen la pregunta, tal vez, es como una humorada. Él tiene un puesto de legislador, así que imagínate que una presidencia es algo abismal, está muy lejos. No pasa ni por nuestra imaginación.
EL PASO DE LOS AÑOS
A tus 45 años te ves espléndida. ¿Has pensado en qué vas a hacer más adelante?
-Me gustaría hacer muchas cosas, como actuar y poder conducir un espacio. Pero también tengo un montón de proyectos propios como empresaria: hago muebles, carteras, zapatos, me encanta tejer telares, también tengo una venta de planchitas para el cabello, hago mantas, grabo cápsulas de cosas mías, hago pijamas, trajes de baño. Creo que he tenido la suerte de realizar todo lo que quiero y me gusta compartirlo. Es infinito lo que una puede aprender y crece. Y si la televisión está inestable, siempre puedes volver a empezar de cero y eso me encanta.
¿Te cuidas mucho?, ¿qué te pasa con el tema de las cirugías estéticas? ¿Te molestan las arrugas?
-Me gusta que la mujer tenga poder sobre su cuerpo y la libertad para elegir qué quiere cambiar, qué la ayuda en su autoestima, qué derriba los complejos, qué la reafirma. Ya está bueno que entre mujeres nos juzguemos. ¡Qué cada una haga con su cuerpo lo que quiera! Ojalá que en algún momento dejemos de hablar del cuerpo del otro, que no sea tema. Yo soy muy respetuosa y acepto las arrugas.
Si tuvieras que hacerte algo, ¿no tendrías problema?
-No, cuando llegue el momento me voy a hacer lo que sea necesario (risas). Obvio, porque todos queremos estar bien, más si estás en la tele y estás expuesta. Y si no estuviera también querría estar bien. Así que no, no, no tendría complejo.
EL LIBRO DE VICUÑA SOBRE SU HIJA BLANCA
Benjamín Vicuña acaba de anunciar un libro sobre Blanca (la hija mayor de ambos, quien murió en 2012, a los 6 años). ¿Qué te provoca eso?
-Cuenta con mi apoyo absoluto, porque yo respeto mucho que haya decidido dar ese paso y si le hace bien y lo encuentra necesario, me parece bárbaro. He estado muy pendiente de todo ese trabajo y voy a estar muy orgullosa de eso cuando esté concluido. Es muy importante para él.
¿Hay algo que hayas hecho tú?
-Justamente todo lo opuesto. Me guardo ciertos dolores para mí, para el plano más íntimo, para mis más cercanos, me respeto mucho en ese sentido y también entiendo cuando hay otra persona que necesita expresar su dolor, compartirlo y si le hace bien, como te decía, hoy cada uno vive sus cosas de manera personal y hay que ser muy cuidadoso con eso.
¿Ya viste el libro?
-Sí, ahora lo van a tener que ver ustedes.
Me llama la atención que casi todos tus hijos tengan nombres con B, de Blanca: Bautista, Beltrán, Benicio…
-Fue una coincidencia. Cuando a Bautista le pusimos un nombre, nos dimos cuenta que ya había dos hijos con “b”. Y bueno, como que se dio, pero ni siquiera fue algo que planeamos. Y, bueno, Ana es el fruto de una nueva familia que se ensambló, así que cambiamos.
De esta nueva familia también hay dos hermanos por el lado de Benjamín con China Suárez. ¿Cómo es tu relación hoy con ella y sus hijos?
-Somos todos adultos en esta familia y muy cuidadosos, muy respetuosos, siempre ponemos en primer lugar a los chicos. Compartimos muchos momentos: colegios, cumpleaños, bautismos, comuniones, donde todos tenemos que estar. Así que hemos cultivado mucha paz para que los chicos se sientan muy cómodos y ellos saben que podemos estar todos juntos en el mejor ambiente.
O sea, eres una persona muy generosa, ¿perdonaste?
-Todos somos muy generosos, todos sabemos que somos familia y que tenemos hijos, que son hermanos y que tenemos que ser mejores. Debemos ser un ejemplo para ellos.
Y cuando tus hijos se van a esa casa, ¿llamas a la mamá y le pides que los cuide?
-Con mucha naturalidad. Como todos los padres separados, nos comunicamos entre todos. Es necesario ya que son muy chiquitos.
Si miras hacia atrás, ¿qué le dirías a esa Carolina que empezó en este mundo del espectáculo y que hoy día tiene 45 años?
-Disfruté mucho desde el primer momento. No me perdí nada, todo lo sentimos Siempre tuve los ojos bien abiertos, así que no sé si me podría dar un consejo. Sí me diría: “Nunca dejes de soñar” (risas)
¿Estás orgullosa de lo que has logrado?
-Si, por supuesto. Un largo camino, lo digo igual con humildad, pero sí, acá estamos en pie.
¿Y si Ana sigue tus pasos?
-¡Uy, ni idea! No sé, tal vez no le gusta nada o, tal vez, cuando ella sea adolescente esto no existe más, no hay más revistas ni fotos ni nada. No sabemos qué va a pasar en 15 o 20 años.