El exministro Felipe Larraín, analiza el escenario político y económico, y asegura que las cosas en la derecha habrían sido menos difíciles con Sebastián Piñera. Acaba de lanzar su libro “Vivir más, vivir mejor”, donde recomienda cultivar un propósito para una vejez de calidad. El suyo: enseñarle a jugar tenis a su primer nieto que viene en camino.
Por Paula Palacios Meza Fotos Bárbara San Martín
A sus 67, Felipe Larraín Bascuñán está muy lejos de pretender jubilarse. Al contrario: “Gracias a Dios, hoy tengo más trabajo del que puedo tomar”, asegura el exministro de Hacienda de Sebastián Piñera, actualmente director de Clapes UC, quien cumplió 45 años como profesor de la Facultad de Economía y Administración de dicha casa de estudios. Por estos días, además, escribe libros, papers, columnas en medios de prensa y participa activamente del debate público. Y como partidario de la candidatura de Evelyn Matthei –aunque no colaboró abiertamente en su programa de gobierno–, la apoya con ideas y asesorías en materia de economía cada vez que la candidata de Chile Vamos y Amarillos lo requiere.
El economista es un convencido de que tener la mente activa, cultivar un propósito y pensionarse, “pero no jubilarse”, además de mantener vínculos de afectos significativos y la práctica de ejercicios, entre otros, son clave para una tercera edad saludable y de calidad. Así lo plantea en su reciente libro “Vivir más, vivir mejor” (Editorial Zig-Zag); su primer escrito “más humano”, en el que junto al geriatra Pedro Paulo Marín y Eduardo Valenzuela, sociólogo experto en estructura social, entregan una mirada práctica sobre cómo envejecer con dignidad, autonomía y salud física, mental y social.
“A medida que pasa la vida, uno se va preocupando del envejecimiento de calidad, o sea, esto no es solo por investigación académica, ¡hay un interés personal también!… Quisimos escribir un libro que ayude a enfrentar esta etapa de buena manera, que transmita un optimismo vital. Y partimos por explicar, a diferencia de lo que gente piensa, que no estamos determinados por genes; el envejecimiento de calidad es 80% actitud y solo 20 genética”, asegura el exministro, casado con Francisca Cisternas y padre de cinco hijos.
–Plantea en su libro la importancia de prepararse con tiempo para una buena vejez. ¿De qué manera y a partir de cuándo?
–La vejez es la etapa más difícil, y no se puede abordar solo desde una perspectiva. Por ejemplo, si llegas a la etapa mayor y no has ahorrado, vas a tener un problema. La inflación para estas personas es distinta que para el promedio de la población, porque consumen más alimentos, transporte, medicina… Lo central son los chequeos médicos, alimentarse bien, hacer ejercicios. Los deportes te dan más en expectativa de vida. El tenis te da una sobrevida de hasta 10 años respecto de las personas sedentarias, lo que me parece fantástico, ya que soy un fanático tenista. Otra cosa importante, es el envejecer acompañado.
–Uno de los grandes dramas es la soledad en este grupo etario.
–Por ello, el tema de los amigos y de la comunidad es fundamental. Hay una serie muy interesante: “Vivir 100 años: Los secretos de las zonas azules”, que muestra a mucha gente que vive en la isla de Okinawa y que bordea los 100 años. Te das cuenta cómo trabajan en conjunto, almuerzan, ríen, se acompañan y hacen actividades que los hacen sentirse útiles. Y aquí viene otro tema importante: tener un propósito en la vida que no se puede perder con la edad; es ese motor o energía que te mueve, que puede ser la familia, el trabajo, algo espiritual… Nunca es tarde para empezar, pero lo ideal es comenzar a prepararse para este momento a partir de los 30, 35 años.
–¿Cómo lo pilló a usted la tercera edad?
–No me siento así, aunque técnicamente lo soy. Esta etapa pretendo vivirla lo mejor que pueda, de acuerdo con lo que quiero hacer, a mis motivaciones, tratando de ser útil hasta el final. Y fíjate que hago mucho de lo que proponemos en el libro: trabajo duro, sigo haciendo clases, me gusta formar gente, el contacto con jóvenes. No he pensado en retirarme. Soy bien disciplinado: hace años que antes de las 7 AM ya estoy en el gimnasio. Los fines de semana juego tenis. Intento mantenerme bien por mis relaciones familiares, los nietos.
–En teoría suena bien lo que propone para una vejez de calidad, sin embargo, se contrapone con un Chile que tiende a discriminar a los más viejos, partiendo por la reticencia a contratar a mayores de 50.
–Aquí hay cosas que tienen que ver con políticas públicas, con actitudes y con un mensaje que enviamos a las organizaciones, empresas, fundaciones y corporaciones: no pierdan el tremendo aporte que pueden hacer las personas mayores, ¡no las obliguen a jubilarse!
–¿Partidario de aumentar la edad de jubilación?
–No de aumentar la edad legal de jubilación, porque es un ejercicio bien complicado políticamente hablando. Creo más en la libertad de las personas, y el que quiera seguir trabajando, que le den la oportunidad. Insisto, hay que contribuir a formar conciencia en las organizaciones de no desperdiciar el aporte de los mayores: son disciplinados, tienen tremenda experiencia y muchos con ganas de seguir; ¿por qué cortarles esa opción? Y hay un tema no menor: nuestra población está envejeciendo, la tasa de natalidad ha caído fuerte; ahí tenemos una fuente laboral que podemos aprovechar. En el libro proponemos un subsidio al ahorro sujeto al trabajo; que, en la medida que se siga contribuyendo a la cuenta previsional, el Estado ponga otra cantidad de dinero que, de paso, ayude a mejorar las pensiones.
–Eliminar las contribuciones de manera definitiva, no solo a los mayores, es tema de campaña por estos días…
–Tal vez suena bonito y popular decir “no más contribuciones”, pero no estoy de acuerdo. Son del orden de 2.400 millones de dólares anuales y una parte importante va al fondo común municipal; son un elemento distributivo. ¿Dónde se cobra más? En Las Condes, Vitacura, Lo Barnechea y Providencia. Siete comunas del país concentran el 60% de las contribuciones.
–Pero está claro que es una doble tributación al gravar un activo adquirido con fondos que ya pagaron impuestos.
–Sin duda, pero no podemos eliminarlas. Lo que hicimos en el primer gobierno del presidente Piñera, y yo como ministro de Hacienda, fue limitar lo que pagaban los adultos mayores vulnerables a un porcentaje de sus ingresos, y después esta ley tuvo modificaciones y mejoría. Sí me gustaría que se transparentara el tema de los avalúos, que hoy es una caja negra. Creo que ha habido abuso en cuanto a los reajustes. Han sido poco trasparentes y los datos son tremendos: en los últimos 10 años, 200%, 300% de aumento, y nadie sabe cómo ni por qué. Las valuaciones ni siquiera pasan por el Congreso; son resorte del Servicio de Impuestos Internos.
Es una tarde de viernes de intensa lluvia. Mientras Felipe se acomoda en el sofá del living de su casa y toma un sorbo de té para capear el frío, analiza lo que ha sido hasta ahora la campaña presidencial algo crispada por estos días, no sin antes advertir que él no es político, sino un economista que pasó por la política. “Me sorprendió la magnitud de la derrota de Carolina Tohá y del socialismo democrático a manos de una candidatura del Partido Comunista que tiene muchas virtudes personales, pero, ciertamente, es de una posición muy de izquierda, dejándola finalmente como la candidata del oficialismo y lo que va quedando del Partido Democratacristiano, que no es mucho la verdad”, señala.
–¿No esperaba el apoyo de la DC a Jeannette Jara?
–Para cualquiera es difícil entender que, con su historia y principios, la DC apoye a la candidata del Partido Comunista sin siquiera conocer su programa de gobierno. Lo que pasa es que varios de sus militantes y parlamentarios activos están más preocupados de qué va a pasar con su cupo y si van a tener la posibilidad de repostular. Y bueno quedaron metidos en este saco. Creo que será una decisión muy costosa para la DC.
–La irrupción de Jeannette Jara terminó polarizando la elección. ¿Cuánto cree que afectó a la candidatura de Evelyn Matthei?
–La elección sigue abierta y se ha vuelto más compleja para la opción de centroderecha que es Evelyn. Está abierta en ese lado, porque mi impresión es que el próximo presidente de Chile será de todas maneras opositor. No creo que Jannette Jara, con toda sus condiciones, tenga la mitad más uno de los votos. Ya sea la candidatura de centroderecha o de derecha, pero entre esos dos saldrá el próximo presidente de Chile.
–Muchos no se atreven a cantar victoria. Óscar Landerretche señaló hace unos días estar “maravillado de la idiotez de la derecha chilena que hace unos meses podía ganar la presidencia y el Congreso. Ahora ha logrado ponerse en una situación en la cual puede perder la elección”.
–Aquí hay proyectos con diferencias de fondo, pero también hay una dificultad muy fuerte en ponerse de acuerdo en un candidato y lista única porque hay proyectos personales. Recordemos que José Antonio Kast no quiso primarias. Hubo un llamado a primarias, hoy lo mismo para una lista común parlamentaria; sería lo lógico. Si del PC a la Democracia Cristiana se pueden poner de acuerdo, es difícil de explicar que la centroderecha con la derecha no podamos.
–¿Por qué les cuesta tanto?
–Insisto, hay personalismos, proyectos personales, también algunas diferencias, pero está esta cosa del camino propio que es muy de la derecha. Para tener lista común no requieres programas comunes; muchas veces son pactos electorales dentro de un cierto arco, donde la gente puede escoger, pero donde no se pierden votos por el sistema que tenemos. Y esto requiere que algunos parlamentarios en ejercicio, que están peor posicionados en las encuestas, no tengan cupo. Eso necesita sacrificio y generosidad.
–¿Falta un líder que cumpla el rol de articulador en el sector? Un poco la función que cumplía el expresidente Sebastián Piñera.
–Hace una falta enorme Sebastián Piñera. Además de una infinita capacidad de trabajo y de sus dotes intelectuales extraordinarias, él tenía una tremenda capacidad de congregar. Después de haber sido dos veces presidente, poseía un ascendiente que nadie más tiene en el sector. Las cosas hubieran sido menos difíciles con Sebastián… Él habría tratado de tender puentes, y ayudado a conseguir una lista única y una primaria… Sí, lo habría hecho.
–La candidatura de Matthei se ve cada vez más complicada. ¿Qué debiera hacer para revertir la tendencia?
–El centro está medio huérfano, entonces ahí hay opción.
–¿Existe centro?
–Yo creo que sí. Hay gente que se siente de centro. Yo, por ejemplo, me siento de centroderecha, no de derecha. Y hay, incluso, muchos de centroizquierda que no están cómodos con una candidata comunista, que es la otra opción. Evelyn debe apelar a esa gran masa de chilenos que no se siente representada por una candidatura del PC, por mucho que forme parte de una alianza.
Felipe Larraín ha sido bastante crítico del manejo económico del Gobierno del Presidente Gabriel Boric y a la falta de medidas concretas para enfrentar el estancamiento económico. “Estamos viviendo una verdadera emergencia en el mundo laboral”, advierte. “Se crearon apenas 141 empleos en un año, ¡eso es impresionante! Y esto tiene dos razones: en primer lugar, una economía que crece poco. Segundo, un incremento fuerte en los costos laborales: aumento del salario mínimo de 500 mil pesos, que significó más del 30% de incremento; y jornada laboral de 40 horas. No juzgo las buenas intenciones, pero tienen efecto en el mercado laboral. Y hay otro punto. Nosotros tenemos toda la tecnología de información, la IA, la robótica, pero, por otro lado, encareces el trabajo y, más encima, te ponen la negociación ramal, un elemento del programa de gobierno de Jeannette Jara, que es como la guinda de la torta. Con toda esa información sobre la mesa, es indudable que digas: ‘Debo tener cuidado con la contratación’”.
–Hace poco, Jara presentó a su equipo económico, el cual ha mostrado algunas discrepancias con el PC.
–No los conozco bien, pero no es solo presentar al equipo, ahora queremos ver el programa. El que se presentó originalmente era muy dañino. Que nos expliquen qué es esta economía empujada por la demanda interna, la negociación ramal, el impuesto al patrimonio. O sea, estamos tratando de revivir una serie de cosas que intentó este gobierno, y que ya fracasaron. En los últimos seis años ha caído la inversión y estamos de nuevo con el impuesto al patrimonio, que es una de las cosas que más la ahuyenta, porque el capital es móvil. Ya hay empresarios –que crean empleos– que hoy residen fuera del país.
–¿Qué camino sugiere para retomar el crecimiento?
–El primer punto es que hemos experimentado en los últimos años niveles extraordinarios de incertidumbre. Si bien la incertidumbre más reciente, desde el 2025, es externa, la mayoría ha sido generada internamente. Un ejemplo claro es el intento de cambio constitucional que fue rechazado por el 62% de los chilenos. Este intento, que habría supuesto un golpe al crecimiento económico no solo por dos o tres años, sino por décadas, fue ampliamente apoyado por el gobierno. En mi opinión, esto habría conducido a una debacle desde diversos puntos de vista, especialmente desde el económico. Por lo tanto, es crucial reducir los niveles de incertidumbre para estimular la inversión, ya que es uno de los factores que más la desalientan. En segundo lugar, está el tema de la permisología. Un proyecto de envergadura puede tardar hasta once años en materializarse.
–¿Qué hizo cuando fue ministro respecto de la permisología que ya existía entonces?
–Ha ido empeorando. Cuando pedí un estudio interno en el Ministerio de Hacienda durante el primer gobierno del presidente Piñera, descubrimos que un proyecto de envergadura podía tomar hasta cinco años; ahora son 11. Los días para obtener un permiso ambiental se han multiplicado por tres en los últimos 10 años. En lo personal, desde Clapes UC apoyamos el proyecto –que ahora es ley– de permisos sectoriales, que reduciría en un 30% el tiempo de los permisos que suelen tener un plazo legal de seis meses, aunque algunas instituciones se toman 48 meses para aprobarlos. ¿Y qué crees que le pasa a alguien que se pasa ocho veces el plazo legal? ¡Nada! Y como vimos hace poco, el 99% de las personas del sector público sigue con la máxima calificación.
–De llegar la derecha a La Moneda, ¿estaría dispuesto a encabezar nuevamente un ministerio?
–No. Di por terminada mi participación en los gobiernos. Hay otra gente que lo puede hacer muy bien y me siento encantado haciendo lo que hago.
–¿Cuál es su propósito hoy?
–Tratar de aportarle a mi país, a la sociedad. Estar cerca de mi familia y amigos, y mantenerme bien física y mentalmente para enseñarle a jugar tenis a mis nietos.