Revista Velvet | Entrevista: Mon Laferte, “No tengo placeres culpables”
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Entrevista: Mon Laferte, “No tengo placeres culpables”

Entrevista: Mon Laferte, “No tengo placeres culpables”
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Entrevista: Mon Laferte, “No tengo placeres culpables”

POR equipo velvet | 12 abril 2024

Por Carolina Urrejola Fotos Mayra Ortiz

La cantante chilena más escuchada y premiada del siglo XXI habla de esta etapa de su vida, en que vuelve a Chile con el Autopoiética Tour. Cumplió 40 años plenamente creativa, entre la maternidad por primera vez, las dudas en la relación con su cuerpo y un estilo musical único.

Norma Monserrat Bustamante Laferte está en un laberinto de exploración personal que ha sabido plasmar en cada uno de sus discos. Su propio nombre es un enigma, las piezas de un juego que se intercambian según las muchas identidades de su dueña, una de las artistas latinas más importantes del continente y, sin duda, la cantante contemporánea más sobresaliente de nuestro país.

Revista Velvet conversó con Mon Laferte en plenos preparativos de su gira Autopoiética Tour que, entre marzo y mayo, la lleva desde Estados Unidos y México hasta Chile y Argentina, pasando por casi todos los países del continente. Un ambicioso recorrido de 38 fechas con que llegará a Chile el 8 de abril, con presentaciones en Antofagasta, Santiago, Viña del Mar y Concepción.

Dedicada, talentosa y profesional, dieciséis veces nominada al Grammy latino, cuatro veces ganadora de ese premio, y dos veces nominada al Grammy estadounidense, Mon Laferte saluda con un “Hola amor”. Está sentada frente a su computador en su casa en la Ciudad de México, de negro, con el pelo tomado en un moño y los ojos delineados. Complementa su look el gran tatuaje de una araña que parece subir por su cuello.

–Mon, ¿cómo encaras la gira de un disco con condiciones tan distintas a las anteriores? ¿Cómo influye ser madre y tu momento de mayor madurez?

–Estoy tranquila. O sea, te iba a decir que me estoy volviendo loca, pero no, estoy tranquila. Con la experiencia de los años he ido armando un equipo consistente. Cada persona está en su área, haciendo lo que corresponde. Obviamente me hago cargo y siempre estoy muy pendiente de cada cosita: que la iluminación, que los lugares donde vamos a tocar, los arreglos musicales… Estoy en todos los detalles, pero tengo un buen equipo. Estoy muy entusiasmada. De hecho, hoy desperté y me sentía muy cansada. Y sí que estoy cansada físicamente, pero estoy muy feliz. Es un cansancio rico (…) En paralelo está el tema de la maternidad, me divido. Intento dedicarle tiempo a mi hijo dentro de mis posibilidades; entonces llego y me toca jugar con él un rato, después lo baño, la rutina de la noche. Pienso que las mujeres queremos hacerlas todas. Intento no perderme esos momentos de mi niño que está chiquitito. No quiero perder nada.

–Te desarrollaste en una industria de hombres, donde el liderazgo femenino es visto como una amenaza. ¿Cómo vives tu consolidación en ese medio?

–Mira, desde pequeña tuve una personalidad muy líder. En el colegio, con los amiguitos, las amiguitas. Pero siempre se me dijo que era la mandona. Y creo que muchas veces me vi intentando modificar esa personalidad para poder encajar y caer bien. Pero con los años abracé a mi mandona, que es lo que soy. Obviamente aprendí en el camino a ser una buena mandona, una buena líder de grupo. Hoy lo tomo a mi favor para liderar un equipo de trabajo. Creo que ha cambiado bastante la percepción de la sociedad con respecto a las mujeres, aunque todavía de repente a uno de los chicos le cuesta seguir indicaciones de una mujer, pero siento que eso ha ido cambiando. También por la edad que tengo. No es lo mismo escuchar a una mujer de 20 que a una de 40. Hay más respeto a los años, no sólo al género.

–Cumpliste 40 en un momento artístico pleno, que te permi- te reflexionar sobre el paso de los años: “Soy una MILF, soy una maestra, ni reina de belleza ni puta ni princesa” dices en una de tus canciones. Eso viene de la mano de la madurez, ¿no?

–La letra de esa canción muestra algo de fragilidad al tener que afirmar cómo soy. Sí, me siento muy feliz y muy segura, pero ha sido un viaje. Hay una idea instalada en la sociedad de que las mujeres pierden su valor a cierta edad. Nos hemos acostumbrado a que la mujer es decorativa, entonces si ya no estás joven y bonita como que ya no importa, no vale tanto. Me he ido tera- piando todos estos años para decir “a ver, soy increíble” y que no me pase querer aferrarme a esta idea veinteañera. Me tomó lo de la maternidad ahora grande, hice muchas cosas sin tener la responsabilidad de tener hijos. Aunque me doy cuenta de que, de pronto, las podría haber hecho igual. Con más dificultad y menos experiencia, pero al final las mujeres nos las arreglamos igual.

–El cuerpo para ti es algo central, lo intervienes permanentemente con tatuajes, lo usas como herramienta artística. Si hay algo que interviene nuestro cuerpo es precisamente tener hijos…

–Después de que nació mi hijo, me miré en el espejo y lloré. ¿Quién soy? Mi cuerpo cambió brutalmente, ya no es el mismo, es otro totalmente distinto que trato de abrazar día a día. A veces me cuesta, también por el hecho de estar en el escenario, tan expuesta. Que el vestido, que la foto… Hay demasiada presión social. Aunque intento no leer y no escuchar, igual permean los comentarios: “Mira no quedó bien después del embarazo” o cosas así. Trato de llevármelo bien, con calma. Trato de tener una relación sana con mi cuerpo, con la alimentación, con tratar de tener una vida saludable. Y también pasármela bien, entender que hay una cosa que es la genética. Hay mujeres que tienen un bebé y al mes son un hueso, increíblemente tonificadas. Hay otras que jamás lo pueden lograr y está bien también.

En el plano artístico, Mon Laferte defiende su estilo desenfadado incluso en sus videoclips. Sumamente provocador resultó el de “Pornocracia”, donde aparece recostada en una gran concha marina. Con las piernas abiertas simula recibir sexo oral de un hombre. Una muestra de su total libertad frente al placer sexual. Hubo quienes lo consideraron vulgar y algunos padres y madres opinaron que para los niños resulta chocante. La cantante respondió a través de un live de Instagram. “Mi música nunca ha sido para niños. Mi música es para adultos. Soy cantautora, soy artista y no puedo andar creando música pensando en que no puedo decir algo porque algún niño lo va a escuchar”.

“NO TUVE LA CULPA DE LOS ABUSOS”

En Chile, los primeros recuerdos que se tienen de Mon Laferte son de su paso por el programa de talentos “Rojo, fama contra fama”. Su partida a México hace 16 años, permitió que su carrera creciera hasta convertirse en el fenómeno que es hoy.

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