Por Alfredo López J.
Sobre el escenario o al frente del tablero, María José Yarur, también conocida en la escena como JUGA, ha recorrido el mundo como artista conceptual del ajedrez. Desde Londres a Montecarlo, esta chilena polifacética, además, es la compositora de “Oh Capablanca” –inspirada en el campeón mundial José Raúl Capablanca–, reconocida por la compañía ChessBase como la mejor canción escrita sobre este juego de mesa.
Vicepresidenta de la Fundación Chilena de Ajedrez y fundadora del Campeonato Nacional Femenino de la misma disciplina, en el 2004 filmó “QUEEN TRAP” en el Museo de Bellas Artes de Hungría con el fin de potenciar a mujeres y niñas en la profesionalización de este juego. “Con este proyecto quiero resaltar el talento, dedicación y el valioso rol de las mujeres”, sostiene. Su última aventura fue en Rapa Nui, donde junto a la pianista Mahani Teave y Javiera Gómez –la mejor ajedrecista del país–, organizaron el primer Festival de Ajedrez en la isla. En esta entrevista nos cuenta cómo mueve las piezas para una misión personal que ella sueña como de absoluta transformación social.
–Antes de una de partida de ajedrez, cuando se concentra, ¿qué piensa?
–Siempre estoy a las posibilidades de mi rival. Debes ponerte en los zapatos del otro, que también quiere ganar. Entender su perspectiva.
–¿Tiene una cábala, un ejercicio, un rito antes de comenzar el juego?
–Me persigno tocando el centro del tablero, luego mi frente para conectarnos.
–¿Quién fue su mentor? ¿Quién le enseñó las claves del juego?
–Aprendí mirando a mi papá, jugando contra sus amigos, o mis tíos. “¡Silencio! Que los grandes están jugando ajedrez”, decía. Me intrigaba que un juego fuera tan solemne y silencioso, pero que provocara tanta alegría y rabia a la vez.
–Cuando usted enseña ajedrez, ¿qué es lo primero que dice?
–El valor de las piezas es relativo, siempre depende de la posición, la movilidad y coordinación que tengan. No seas materialista, porque no se trata de capturar piezas, se trata de matar al rey.
–¿Un lugar increíble donde ha jugado ajedrez? ¿Con quién? ¿Dónde?
–Con Jamie Foxx, en un hotel en Budapest. Él iba vestido entero de blanco y estaba tocando el piano. Yo estudiaba estrategia con un libro de ajedrez y un tablero. Me preguntó: “¿Con quién estás jugando”. Le contesté “conmigo misma”. Se sentó a mi lado, jugamos por horas…
–El gran rival que recuerde.
–Contra un italiano en un torneo en Roma. Yo había quedado mejor después de la apertura, tenía una hermosa posición y estaba atacando con toda la furia. Pero fui demasiado optimista y cambié mi caballo bueno por un alfil malo. De repente, estaba perdida. Lloré esa noche y escribí una canción trágica de ajedrez.
–¿Cuál es su pieza favorita del tablero?
–El peón, porque no puede retroceder. Y porque puede convertirse en reina, solo si atraviesa todos los obstáculos y hasta el otro lado del tablero. Mi canción “Isolated Pawn” está inspirada en eso.
–Cuánto ha sido el tiempo más largo que ha estado en una partida…
–Seis horas y media en un torneo clásico en Gibraltar. Han sido muchas de cinco horas también.
–Cuando finalmente gana, ¿en quién piensa?, ¿a quién le dedica sus triunfos?
–A mí misma, para balancear tantas derrotas que han dolido y para tolerar mejor las que vendrán.
–Si hay que enfrentar la derrota, lo mejor es pensar que…
–Siempre aprendemos más de las derrotas que de nuestras victorias. Eso inspiró mi canción “Oh Capablanca”.
–El ajedrez puede ser un arma de empoderamiento, porque…
–Para mí es un portal de autoconocimiento. Desarrolla la capacidad de resolver problemas creativamente y contra el tiempo.
–Qué persigue para el futuro, ¿cuál sería una jugada maestra en su vida?
–Presentar mi proyecto QUEEN TRAP en escenarios de liderazgo femenino e innovación global. Esa obra es mi épica audiovisual que celebra a las mujeres líderes del ajedrez mundial. Es mi performance de ajedrez y música en vivo. También es una charla sobre estrategia creativa. Y, sobre todo, es una profunda canción.