Revista Velvet | El power bob de Anna Wintour
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El power bob de Anna Wintour

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El power bob de Anna Wintour

POR Paulina González | 07 agosto 2025

Dejó la dirección de Vogue US, pero su imagen –y su bob perfecto– siguen marcando el ritmo de la moda mundial. Le rendimos homenaje al corte de pelo que ha llevado desde los 14 años y que simboliza décadas de poder, estilo y control absoluto.

Hay una cosa que Anna Wintour no está dispuesta a hacer y eso es desordenar su power bob. En la final de Wimbledon se sentó junto a la actriz Nicole Kidman en el palco real y mientras la mayoría de los asistentes se puso sombreros para soportar los casi 32 grados, incluyendo su alteza real, la princesa de Gales, ella dejó el suyo sobre sus piernas. Nada se interpone entre Anna y su peinado impecable.

Hace poco sorprendió al mundo cuando anunció que dejaba su puesto como editora en jefe de la edición estadounidense de Vogue después de 37 años. Pero no se jubilará completamente: seguirá siendo una figura clave en Condé Nast. “Es mi momento de entrega total a la empresa. No me cambiaré de oficina ni mudaré una sola pieza de mi cerámica de Clarice Cliff. Durante los próximos años centraré toda mi atención en el liderazgo global y en trabajar con nuestro equipo de brillantes editores de todo el mundo”, explicó a The New York Times. A sus 75 años, seguirá al frente como directora global de contenidos de todas las revistas del grupo Condé Nast en el mundo (excepto The New Yorker) y como directora artística del conglomerado.

Anna Wintour parece ser irremplazable. Desde que asumió la dirección, convirtió a Vogue en una de las revistas de moda más influyentes a nivel mundial. Su estilo editorial combinó la alta costura con el encanto de las celebridades y la moda urbana. Desde 1995, copreside la Gala del Met, un evento benéfico que se ha convertido en uno de los más importantes de la moda y la cultura pop. Impulsó las carreras de Marc Jacobs y John Galliano, y su imagen y personalidad, caracterizadas por su corte bob y anteojos de sol, han inspirado personajes como Miranda Priestly en “El diablo viste a la moda”, papel que protagonizó la ganadora del Oscar, Meryl Streep.

Pocas personas pueden ser reconocidas por su silueta; tal vez músicos como Michael Jackson y Freddie Mercury o personajes ficticios como Superman o Darth Vader. “Con su silueta o sombra sabes quién está ahí, es Anna Wintour. El fallecido Karl Lagerfeld, exdirector creativo de Chanel, logró lo mismo”, advierte la asesora de imagen Carola Montenegro.

–¿Qué convierte el power bob de Anna Wintour en una marca registrada?

–Lo impuso en un minuto en el que no era moda y lo dejó como su sello personal. No tuvo miedo a no ser parte del corte de pelo del minuto. Si te fijas, no es un peinado simple, tiene limpias líneas rectas y muy marcadas, a las que no les da tiempo de cambio. No es solo rigidez capilar, es una imagen completa de ella en la cual demuestra que nada se mueve sin su consentimiento.

–Su trabajo ya la hace icónica, pero tener una imagen tan potente también ha contribuido a que sea el personaje más reconocible del mundo de la moda, ¿no crees?

–Exacto. No es solo el peinado, es un conjunto de cosas con las que ha construido una imagen. La manera de vestirse y combinar estampados y colores, junto con los accesorios que nunca le faltan (como sus clásicos collares de cristal y colores, que utiliza en toda ocasión). Creo que usar estampados florales o más naive es justamente para contrarrestar lo rígido de su corte de pelo y rostro; pocas veces sonríe. Ella crea composiciones en su look donde nada es el azar. El pelo lo ha mantenido a través del tiempo con cambios de edad, de modas y de temporadas. Es fuerte, como ella.

“Una mujer que se corta el pelo está a punto de cambiar su vida”, decía Coco Chanel y en la actualidad, el power bob es sinónimo de poder femenino. De hecho, varias celebridades han adoptado el corte a su estilo en el pasado, desde la modelo Kaia Gerber a Dua Lipa, trayéndoles mucho éxito. La exeditora en jefe nunca ha llevado otro look, aunque sí ha variado ligeramente el color a través de los años. El power bob lo lleva desde que cumplió 14 años.

Su peluquero Andreas Anastasis le dijo a The New York Times que a las 8 de la mañana, de lunes a viernes, llega a la casa de la británica, ubicada en el Greenwich Village, y se encarga del mantenimiento del look, ya sea corte, coloración o secado. Si eres Anna Wintour no hay espacio para error y menos para el crecimiento de tu corte característico.

“Anna es una de las personas más leales que conozco”, dijo el Sr. Anastasis, quien no tiene otros clientes famosos habituales. “Estoy más obsesionado que Anna. Cuando no es perfecto, me enojo muchísimo”, admitió sobre el corte de pelo de Wintour y detrás de su tono, rubio caramelo.

“Muchos íconos de la moda y personajes del arte tienen un sello particular y son muy estructurados. Su apariencia demuestra lo fuerte que es: una mujer altamente creativa, líder en su industria y única en su clase. Esa melena tiene poder porque ella la hace poderosa”, dice el Enrique López, el estilista detrás de Tonka Tomicic.

–Los anteojos de sol cierran el look.

–Su corte implica respeto y sus anteojos son una forma de protección porque el arte se protege. No es algo que ocultar, pero sí algo que proteger, y en el caso de ella debe tener mucho que proteger.

–¿Es un corte de pelo que tiene poder?

–Sí, tiene poder porque es muy estructurado, pero fácil de llevar y siempre te ves perfecta. Un bob le queda a cualquier mujer, luce bien en pelo crespo y liso, siempre es cool. Es un estilo francés que nunca va a pasar de moda. A Wintour le aporta esa estructura rígida, es un casco o la armadura de una mujer poderosa, pero es importante mencionar que ella podría llevar cualquier corte de pelo y seguiría siendo ella. Hoy las mujeres, más allá de su imagen, tienen poder por lo que son, dicen y cómo tratan al resto. El corte de pelo ayuda mucho a crear una bonita imagen, pero el poder nace desde adentro.

La legendaria editora de Vogue rara vez ha hablado sobre sus elecciones de estilos y puede que nunca sepamos todo lo que piensa Anna Wintour detrás de esos anteojos oscuros, pero algo sí sabemos: su bob no se mueve. Y su influencia, tampoco.

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