Revista Velvet | El encuentro de Guido Vera con Anna Wintour
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El encuentro de Guido Vera con Anna Wintour

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El encuentro de Guido Vera con Anna Wintour

POR equipo velvet | 26 diciembre 2025

La foto inundó las redes: el diseñador nacional Guido Vera conversa con la mismísima Anna Wintour en Qatar. Así, se convirtió en el primer chileno en mostrarle una colección, seguido por sus vecinas en Doha, las Munay Sisters. Aquí, cuenta qué habló en esos cinco minutos que se le hicieron eternos y repasa su momento actual como diseñador.

Por Sofía Beuchat Retrato Casa Emma Fotos Moda Fabián Agustín y Max Jorquera.

A veces una sola pregunta, viniendo de alguien importante, hace que algo nos haga clic y entendamos, o confirmemos, por qué tomamos las decisiones que tomamos. Eso fue lo que le pasó al diseñador nacional Guido Vega cuando, de forma insospechada, le tocó recibir a la mismísima Anna Wintour, la mítica editora de Vogue, en el stand que tenía, al lado de las Munay Sisters, en el M7 (Msheireb Cultural Forum) Edit Pop-Up en Doha, Qatar.

“Me preguntó qué había estudiado”, cuenta Vera pocos días después, ya de regreso en la casa que el diseñador, nacido y criado en Punta Arenas, comparte hoy con su madre en Salto El Laja, Región del Biobío.

En esos minutos frente a la Wintour, que se sienten y recuerdan como si fueran horas, la cabeza de Vera volvió a cuarto medio, cuando intuía que la moda era lo suyo, pero no sabía bien cómo la insertaría en su vida profesional.

“Me acordé de que no me había atrevido a estudiar diseño. Lo que yo sabía hacer era vestirme. Y por alguna razón, sin ser (todavía) ningún conocedor de la moda, la gente me preguntaba la opinión con respecto a su apariencia. Pero mis amigos cercanos, de mi colegio, son todos médicos, veterinarios, dentistas, psicólogos. Todos querían algo muy tradicional y yo como que no iba a ninguna parte. Por eso, cuando les avisé que entraba a publicidad en Santiago, a muchos le hizo sentido.

–¿Cómo reaccionó ella cuando le contaste que venías del mundo de la publicidad?

–Me dijo que había dado un giro importante. Le dije que sí, pero que siempre había pensado en la publicidad para trabajar en moda, y pensaba que podía hacerlo desde las comunicaciones.

–¿Comentó algo sobre tu colección?

–Le conté que yo era de la Patagonia y que mi trabajo se inspira en la paleta de colores y las texturas que hay allá. Sentí que ella entendía que había una cohesión de mundos presentes en mi colección, como que podía ver la naturaleza en ella.

Antes de irse –con sus anteojos de siempre, su melena de siempre y un vestido negro con print floral–, Anna Wintour alabó los zapatos que Guido llevaba puestos: unos mocasines Bestia negros, con púas metálicas, que generaban un contraste interesante con la ropa que escogió para ese día: un traje blanco tipo túnica, de la marca chilena Zurita Design, diseñada por Gabriela Farías Zurita.

“Nunca imaginé que un relato nacido en el extremo austral del mundo –entre viento, territorio y sacrificio textil– pudiera cruzar tantas fronteras y llegar hasta una editora que ha sido testigo y protagonista de transformaciones culturales durante décadas (…) Llevar la Patagonia, la circularidad y la trazabilidad consciente a un espacio como M7 ya era un hito para mí. Poder compartirlo con ella… fue algo que nunca voy a olvidar”, posteó después en su cuenta @guidovera.cl.

El diseñador comenzó su carrera en 2018 y destacó desde el comienzo por su foco en el diseño circular y sustentable. Ha tenido bastante proyección internacional: actualmente vende, por ejemplo, en Japón, y se ha presentado exitosamente en showrooms en París y en Milán, donde aplauden sus diseños y especialmente los materiales que utiliza, como un eco cuero mexicano, vegano, elaborado a partir de fibras de piña, que estuvo presente en sus primeras colecciones; hoy está usando un material hecho en un 60% a partir de maíz.

Sin embargo, cuenta, nunca antes de Qatar había estado tan cerca con la mujer más influyente de la moda a nivel mundial, menos aún hablado con ella. Lo más parecido a esta situación ocurrió en Milán, cuando estuvo junto a Anna Dello Russo.

“El encuentro con la Wintour fue totalmente sorpresivo”, insiste. “De hecho, ni siquiera estaba ahí por nuestro evento, sino por el Fashion Trust Arabia, donde ella era jurado y había pura gente famous. Ese evento estaba ocurriendo en el mismo edificio, pero en el primer piso; nosotros, junto a las Munay Sisters, estábamos en el segundo. La Wintour había pasado de largo frente a otros stands, me acuerdo específicamente de una marca argentina y una italiana a las que no les preguntó nada. Yo justo iba llegando cuando se topó conmigo y fue un momento mágico, entre real y ficticio”.

–¿Qué significó este encuentro para ti en lo personal?

–Personas relevantes en la industria, como ella, o como Anna Dello Russo, nutrieron mi idea de dedicarme a la moda, entonces encontrármela de frente fue muy fuerte. Especialmente porque en el evento éramos como 20 marcas y no en todas se detuvo a conversar.

–Fueron tus 5 minutos de fama…

–¡Literal! Aunque yo creo que fueron menos. Fue como mi momento de “¡Wow! De verdad estoy en el mejor lugar del mundo en este momento”. Ni siquiera en París, a donde he ido tantas veces, había estado tan cerca de gente como ella. Tengo que rasguñar varias piedras y agradecer porque he estado trabajando constantemente por una estética, una idea, una visión de la moda que va más allá de ofrecer productos.

–Tienes bastante clientela en el exterior. ¿Vender en Chile es muy difícil?

–Somos algunas marcas las que no estamos en Chile vendiendo en un lugar físico, pero sí estamos en eventos, o participamos en charlas, en cosas no necesariamente ligadas a la venta. En Chile, lamentablemente, muy pocos pueden acceder a nuestros precios, entonces buscamos esta forma de vincularnos con el público chileno, que es un poco más personal y no se reduce a una camisa o un pantalón.

En Chile, agrega, hay que hacer un gran camino para informar sobre el valor de una propuesta como la suya.

“En París, Qatar, Milán o Tokio, donde yo he puesto mi ropa y se ha vendido, el comprador sabe lo que quiere y entiende de qué se trata lo que yo hago. En cambio, en Chile tienes que pasar por demasiados filtros para que la gente realmente acceda a comprarte”.

LA NUEVA SUSTENTABILIDAD

Hoy, la sustentabilidad sigue siendo el eje central de sus colecciones, que Vera realiza una vez al año y bautiza siempre con un número (en 2026, llegará la colección 8). Pero algo ha cambiado. Los elementos, dice, “ahora son un poco más silenciosos y menos obvios”. ¿Por qué? “Porque de alguna manera, haber estudiado publicidad me ayudó a no pensar de manera tan literal, y luego, al haber sido profesor (en la UDD y la Unab, en las carreras de diseño y diseño de vestuario) y corregido tantos trabajos, también pude pulir mucho mejor mis pensamientos”.

Consolidar su idea de producir a baja escala fue parte de ese proceso. El volumen no forma parte de su portafolio creativo, porque su radar está en otra parte. “Hoy, tener cosas no puede ser algo irresponsable”, sugiere.

“Mi producto es caro y punto, entonces la verdad es que hacer 30 diseños iguales no es mi eje. Prefiero vender menos, pero de mejor calidad, más duración y menor impacto. Que tengas algo mío 10 años contigo habla de que es un producto que no ha perdido su valor en el tiempo, y que incluso si lo encuentras en el mercado de segunda mano tendrá un margen alto. Es ropa que tiene historia, tiene un storytelling”.

Y ese relato, precisa, “se sostiene en elementos que son de pensadores que van más allá de lo que yo pienso o imagino”.

–¿Cuál es tu balance?

–Después de siete años y tanto porrazo y deuda y toda esta inversión, con un retorno lento, he podido ir entendiendo realmente qué producto la gente se quiere poner. El público ahora es distinto, está entrando gente más joven, gente de otras culturas, que no tiene mucho que ver con Chile, lamentablemente. La gente se demora dos años en entender una colección, es una rueda que nunca termina. Estoy en la colección 7 y la gente me pregunta todavía por chaquetas de la colección 4.

–¿Por qué crees tú que necesitan esos dos años?

–Porque la gente no tiene tiempo para pensar en todo esto como lo hace uno. El día a día está muy difícil. El presente que vive la gente con respecto al vestuario no es el mismo en el que yo estoy pensándolo y proponiendo.

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