El romance de Brad Pitt con el mundo entero comenzó en su breve aunque intensa aparición Thelma & Louise, en una escena donde se saca la camisa y nunca más pudimos olvidarlo. Eso, sucedió en 1991. Tres años después, este rubio de pelo largo se consolidaría en su faceta de galán de Hollywood con dos filmes exitosos, la emblemática Entrevista con un Vampiro, y el romántico filme de época Leyendas de Pasión. Y es de esa película, donde surge esta, hasta ahora, desconocida faceta del actor.

Con estas dos películas, Brad Pitt se instala con comodidad como una gran estrella. Pero durante la filmación de Leyendas de Pasión, y en palabras de su director, Edward Zwick, la cosa no fue tan miel sobre hojuelas. Y es que hubo uno que otro desencuentro.

“A veces, sin importar lo experimentado o sensible que seas como director, las cosas no funcionan”, cuenta Zwick en un extracto de su libro de memorias pronto a publicarse y al que tuvo acceso el medio especializado Variety. “Se ponía nervioso cada vez que estaba a punto de rodar una escena que requería que mostrara una emoción profunda”.

Anthony Hopkins, Aidan Quinn y Julia Ormond fueron sus co-estrellas de Pitt en la película, y donde el actor “parece tranquilo al principio, pero puede ser volátil cuando se enoja, como me recordó más de una vez cuando empezó el rodaje y hablábamos acerca de sus ideas sobre Tristán (su personaje), que diferían de las mías. Brad había crecido con hombres que contenían sus emociones, yo creía que el sentido de la novela era que la vida de un hombre era la suma de sus penas”.

“Sin embargo, cuanto más presionaba a Brad para que se dejase ver, más se resistía. Así que seguí presionando y Brad me devolvió esa presión”, cuenta el director, recordando que alguna vez le dio instrucciones delante de sus compañeros en una actitud que reconoce “provocativa, estúpida y vergonzosa”. “Brad me contestó también en voz alta, diciendo que me retirara”, cuenta Zwick.

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“Estaba enojado con Brad por no confiar en mí para influir en su actuación. También por la reticencia que había mostrado tras la primera lectura de guion en la mesa. Pero él no iba a ceder sin pelear. En su defensa, yo le estaba presionando para que hiciera algo que él consideraba incorrecto para el personaje. No sé quién gritó primero, quién maldijo o quién tiró la primera silla. ¿Yo, tal vez? Pero cuando levantamos la vista el equipo había desaparecido. Y no fue la primera vez que ocurrió. Con el tiempo, el equipo se acostumbró a nuestras peleas y se alejaban para dejar que peleáramos”, contó en extenso el director del filme.

“También le molestó que ese año la revista People le nombrara El Hombre más Sexy, algo de lo que no me hago responsable”. Años después, Zwick dirigió El Último Samurai con Tom Cruise y Diamante de Sangre con Leonardo DiCaprio, pero nunca más trabajó con Brad Pitt. Así y todo, sus peleas terminaron ahí ya que hicieron las paces. “Es una persona franca y directa, es divertido estar con él, transmite alegría. Nunca dejó de comprometerse a dar lo mejor de sí mismo”, terminó diciendo a Variety.