Convertido en corredor de propiedades en Miami y juez de un reality de diseño, el animador combina su carrera en TV con el negocio familiar. “Yo sentía que llegar a vender casas sin haber cumplido mi sueño era el premio de consuelo”, dice.

Tenía apenas 10 años la primera vez que visitó Miami y supo que ese era el lugar donde se quería quedar. Para el pequeño Felipe Viel, vivir en una ciudad donde es verano todo el año y puedes andar en traje de baño a cualquier hora y en cualquier lugar, era sinónimo de felicidad.

“Hay dos cosas que yo siempre he asociado con la felicidad: una eran las familias grandes y otra, el verano”, cuenta Felipe, a través de una videollamada desde su casa en Miami. “La Navidad; las vacaciones de verano, cuando se acaba el colegio y las pruebas y puedes estar con los amigos, eran la máxima felicidad. Por eso, cuando yo conocí Miami y mi papá me explica que acá es verano todo el año, o sea, que siempre era lo que para mí era diciembre, yo inmediatamente le dije ‘me quiero venir a vivir acá’”, agrega. “Siempre diseñé mi vida visualizando y buscando la posibilidad de vivir en este lugar”.

Cuarenta años después de esa declaración, Felipe Viel está instalado con su mujer y cinco hijos –dos biológicos y tres adoptados– como un exitoso corredor de propiedades en la urbe que llegó a conquistar contra todas las apuestas en 1999, tras ser despedido de la TV local.

En Chile estuvo en teleseries como “Top secret” (1994), “El amor está de moda” (1995) y “Amándote” (1998). En sus primeros años en Miami trabajó gratis en una radio colombiana, para aprender el acento, y mandó notas como corresponsal para programas de Canal 13, con el fin de tener acceso al mundo del espectáculo. Su oportunidad vino cuando ganó un casting para animar “Escándalo TV”, un espacio que durante una década lo instaló en el star-system latino de la ciudad. Pero ese ciclo también terminó con una nueva salida contra su voluntad.

“Entonces me llamó mi papá y me dijo: ‘Felipe, queremos empezar a invertir en Miami y me gustaría que te activaras un poquito con el tema inmobiliario’. Es algo que siempre ha estado en mi familia: la oficina Viel Propiedades en Chile la fundó mi abuela hace 60 años. Y en mi casa, toda la vida de lo único que se hablaba era de casas”, comenta.

–¿Por qué no quisiste seguir con el negocio familiar desde el inicio?

–Porque yo quería ser cantante de rock, quería trabajar en televisión. Quería evitar dedicarme a vender casas, que era como lo lógico. Y todo el mundo me decía, ‘pero para qué peleas tanto en Miami, si tú te puedes ir a Chile y trabajar con tu papá, que es muy exitoso, y puedes vender casas’. Yo sentía que llegar a vender casas, sin haber cumplido mi sueño, era como el premio de consuelo. Y bueno, gracias a Dios logré mi sueño, me di toda mi vuelta televisiva y me dediqué a vender casas ya con una carrera mucho más consolidada. Y tomando el oficio desde otra perspectiva, más como inversionista.

Felipe agrega que, para sorpresa suya, desde hace dos años ha podido combinar su nuevo –y familiar– oficio con su carrera de TV, gracias a los programas de home improvement. De hecho, en septiembre de 2019, en plena remodelación de un departamento de South Beach, una amiga chilena –que hoy trabaja para los Stefan– le hizo un video donde él se veía remodelando, con vistas de la playa, música de fondo y una leyenda al final que decía “Coming soon” (próximamente). Lo subió a sus redes y funcionó.

“Era la mentira más grande”, dice divertido. “No había proyecto de programa que se fuera a hacer próximamente. Pero me empezaron a felicitar amigos, y a los meses me llama una productora porque estaban preparando contenido para Netflix y querían que fuera juez en un reality de remodelaciones, porque tenía experiencia en TV y estaba en el negocio de las propiedades”.

De esta manera, las mismas remodelaciones que Felipe evalúa hoy en “Diseño a la medida” se han trasladado a su propio hogar. Por ejemplo, mientras da esta entrevista, una cuadrilla de maestros está pintando el exterior de su casa y, en medio de la conversación, nos muestra su cueva –o “man cave”– que creó tras remodelar el garage de su hogar, con la alegría de un niño de 10 años. Se trata de un refugio varonil, al que se accede por la cocina y donde una gran foto de Roger Moore como el agente 007 se impone sobre una pared con papel mural que emula el cuero.

En el techo, es la textura de la madera la que reina. Felipe explica que la chilena Francisca Holzapfel, a través de su firma Walldress & Co., se ha asociado con él para crear ambientaciones como esta, que él observa desde la amplia cama que tiene en el lugar junto a un deportivo Ford Shelby Cobra negro.

“Entonces, uno duerme al lado del auto”, dice con orgullo. “Mi señora me dijo ‘¿pero quién va a querer dormir al lado del auto?’ Y yo le dije ‘cualquier amigo mío’”, agrega mientras ríe.

LA “NUEVA” NUEVA YORK

Tal como ha cambiado la vida de Felipe Viel en estos 40 años desde que soñó llegar a Miami, ha cambiado la ciudad. Con ojo de experto, el socio de Quest Capital Real Estate y fundador de Viel & De Guzman, sostiene que “la pandemia generó una revalorización muy grande del Estado de Florida.

Los neoyorquinos se empezaron a dar cuenta de que podían venir a Miami y comprar una propiedad por un 1/4 del valor del departamentito que tenían en Nueva York. La gente empezó a privilegiar las áreas amplias, el clima, el no vivir en edificios altos, encerrados”. También explica que durante toda la pandemia, nunca tuvo que hacer cuarentena. Que la amplitud de los espacios le permitió a él y su familia seguir una vida relativamente normal y con salud. Esa es, para él, una de las razones de la migración de personas y compañías hacia Miami, a tres horas de vuelo, desde Nueva York.

“Se generó un verdadero éxodo de inmigrantes estadounidenses, cosa que era muy poco común para Florida, que siempre se ha alimentado de la inmigración latina y europea. Si hace dos años tú me hubieras dicho que a Miami iban a llegar a vivir 300 mil personas de Nueva York y California, yo habría dicho que no es posible. Sin embargo, la pandemia cambió el juego y valorizó a Miami como lugar de permanencia más definitiva”, afirma.

Felipe hace un alto y analiza su propia experiencia de migración. De cómo, a pesar de que al llegar a Miami perseguía un sueño, también tuvo que vivir un contratiempo para dejar su tierra atrás. “Cuesta mucho movilizarse cuando uno es exitoso, cuando estás bien, y te va bien”, declara. Uno piensa: ¿voy a dejar de hacer esto para hacer otra cosa en que me vaya mejor? O sea, yo habría seguido haciendo teleseries en Canal 13 diez años más. Entonces, a veces es buena la necesidad, porque te obliga y saca una faceta de ti mismo que no conocías. Yo jamás en mi vida pensé que iba a ser jurado de un programa de diseñadores de casas y volverme yo diseñador”, concluye con una gran sonrisa..