Revista Velvet | Constanza Schönhaut, constituyente: “Siento los poderes fácticos operando”
Entrevistas

Constanza Schönhaut, constituyente: “Siento los poderes fácticos operando”

Constanza Schönhaut, constituyente: “Siento los poderes fácticos operando”
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Constanza Schönhaut, constituyente: “Siento los poderes fácticos operando”

POR Lenka Carvallo | 09 mayo 2022

Fotos Maglio Pérez

La abogada –parte del círculo de hierro presidencial, amiga de Gabriel Boric y pareja de Giorgio Jackson– cuenta cómo vive el cruce entre el poder y los afectos cuando su coalición vive un proceso histórico, y también tenso. “Tenemos una gran responsabilidad sobre nuestros hombros y eso a veces es vertiginoso”. También relata su historia familiar como hija de madre soltera y criada en una familia diversa y esforzada. “Sé lo que es la violencia intrafamiliar y trabajar desde los 12 años”.

De sonrisa amplia, un aro en la nariz y de carácter intenso, a sus 33 años Constanza Schönhaut Soto es una de las figuras más promisorias de la nueva generación política. Un camino que inició con la revolución pingüina de 2006 y las revueltas universitarias de 2011 por el fin del lucro en la educación. Entonces, la abogada estudiaba Derecho en la Universidad de Chile y Gabriel Boric presidía la Federación de Estudiantes.

Hoy, Schönhaut integra el círculo íntimo del Presidente, con quien comparte su biografía política; es una de las fundadoras del Movimiento Autonomista (hoy Convergencia Social, donde ambos militan); está en los comienzos del Frente Amplio, que hoy lidera a la coalición gobernante.

También tiene “buenas migas” con Irina Karamanos desde que fundaron el Frente Autonomista. Y es pareja del actual ministro Segpres, Giorgio Jackson, a quien conoce desde que partió su carrera como diputado del FA.

Hoy, Schönhaut representa al distrito 11 (Las Condes, Vitacura, Providencia, La Reina) en la Convención Constitucional, donde es reconocida por su liderazgo y también como uno de los vasos comunicantes entre La Moneda y el ex Congreso Nacional en momentos álgidos, cuando distintas encuestas reflejan que el rechazo podría imponerse en el plebiscito de salida y las fuerzas políticas de centro derecha y centro izquierda piden a coro que el Presidente incida a través de los convencionales de su coalición…

“PARA MÍ LA POLÍTICA ES CON PIEL DE GALLINA, NO CON CUERO DE CHANCHO”

Constanza Schönhaut se crió en un matriarcado con su mamá, abuela, hermanas y primas: “Mi papá murió cuando yo tenía un año; nunca lo conocí. Mi figura paterna más cercana es mi tío materno. Después llegaron mis hermanas y mi prima. Ese es todo mi núcleo”.

–¿Qué pasó con tu papá?

–Es una historia bien rara; siempre me dijeron que se había ido a trabajar a Brasil para mandarnos plata y que murió de una enfermedad. Pero a los 19 quise investigar y ahí supe que la historia no era cómo me la contaron; él nunca tuvo un compromiso con mi mamá ni conmigo; se fue a Brasil escapando de las deudas. En su certificado de defunción salía que su fallecimiento había sido por un traumatismo encéfalo craneano, no por una enfermedad. Ahí hablé con mi mamá y me lo confirmó.

–¿Te afectaba no haber tenido un papá?

–No tanto, porque estaba mi tío y pronto entendí que mi familia tenía una composición diversa. Lo único complicado era el Día del Padre; no sabía qué hacer con el regalo. O cuando me preguntaban por él y tenía que decir no tengo papá, no sé nada de él y tengo un apellido que no me representa, que es el del papá de mis hermanas chicas; algunos creen que soy judía, que hablo alemán o que vengo de un colegio cuico… Pero mi realidad es completamente diferente. Soy hija de madre soltera; fui testigo de violencia intrafamiliar y eso me marcó harto. Mi abuela también fue madre soltera y crió a sus hijos con su hermana, entonces siempre estaba la dinámica de que la crianza y el hogar se sostiene de mujeres. Cuando mi mamá se separó y no teníamos dónde irnos, nos fuimos a la casa de una tía.

Constanza estudió en un colegio municipal, en el Francisco de Asís en Las Condes, que recibía a alumnos de bajos recursos y también de familias acomodadas golpeadas por la crisis económica. “Me crié en Colón 9000, en un sector marcado por un fuerte contraste social; de un lado de la calle tenía a una población con problemas de narcotráfico y, al otro lado, casas de 200 m2, con patio, piscina, dos autos e hijos en colegios privados… Yo tenía la sensación de no pertenecer a ninguna de esas realidades, ni con mis compañeros que venían de una situación más acomodada ni con los que eran pobres. En la universidad descubrí que eso era estar en la clase media; no encajas en ningún lado. Ese mundo intermedio siempre me hizo buscar un espacio de pertenencia, que encontré en la universidad con personas que se hacían las mismas preguntas. Hice mi descubrimiento intelectual y político sola.

–Entiendo que una de tus hermanas tiene una discapacidad cognitiva…

–Martina tiene un trastorno espectro autista, va a un colegio especial que dura hasta los 24 años. Ella tiene 21 y nadie sabe qué va a pasar con ella después… Criar a una hija en esas condiciones, con una madre agotada y un padre bien ausente, es muy pesado… Yo tenía que ayudar harto, fui bien mamá de mis dos hermanas…

Suspira:

–Todas estas realidades que me ha tocado vivir me llevaron a transitar por este camino hoy. Yo sé lo que es el endeudamiento porque todavía estoy pagando el CAE y trabajé desde los 13 años como garzona y promotora. En el verano limpiaba alfombras en la empresa de mi tío para pagar mis vacaciones.

–¿Cómo fue tu paso a la política?

–Al principio me sentía muy insegura intelectualmente; como no tuve una educación muy buena, sentía que no había leído todos los libros que había que leer para defender una posición ideológica. Con el tiempo me di cuenta de que la política no se trataba de saber mucho intelectualmente, sino de nuestras trayectorias, lo que me llevó también a suscribir el feminismo. Hoy digo que la política no es solo razón, sino que también es emoción; porque sientes que algunas cosas están mal y no solo porque simplemente sabes. Para mí la política es con piel de gallina, no con cuero de chancho. Las movilizaciones sociales eran eso, emociones: rabia, esperanza, miedo. Somos una generación que ha armado este proyecto hace 10 años, enfrentándonos al poder desde súper chicos, y ese trayecto tiene tensiones, no solo políticas sino también en los egos, las envidias, el cansancio… Pasamos por muchos quiebres afectivos; amigos con los que nunca más volvimos a hablar después de haber estado cinco años marchando, codo a codo. También ha sido un trayecto doloroso en muchos sentidos.

–Con Gabriel Boric forjaron una potente amistad. ¿Cómo es esa historia?

–Nos conocíamos desde la toma universitaria del 2009; él era presidente del centro de estudiantes y yo era representante de mi generación, pero fuimos amigos recién en el 2016, cuando él entró como diputado y me pidió que fuera su jefa de gabinete. Me sorprendió; estaba haciendo la práctica en la Defensoría Penal Pública y me consumía mucho tiempo, pero el Movimiento Autonomista estaba en una crisis y teníamos que salvar lo que habíamos construido desde el movimiento estudiantil. Así empezamos. Somos mejores amigos hasta hoy.

–¿Alguna vez viste venir que Gabriel Boric llegaría a presidente?

–Él siempre ha sido una persona muy asertiva y le tocó liderar desde muy joven procesos muy formativos para él políticamente; eso le dio las herramientas. Aunque su rol de liderazgo no habría sido posible sin una organización fuerte detrás y que ha sido sostén para que pudiera proyectarse donde está hoy.

–En esa época también construiste tu relación con Giorgio Jackson. ¿Eran amigos antes de convertirse en pareja?

–No, pero junto con Gabriel eran los dos diputados del FA y por tanto éramos un gran equipo. Con Giorgio teníamos cierta cercanía, aunque fuimos pareja mucho después, para la campaña presidencial.

–Da la impresión de que tienen historias familiares parecidas…

–Un poquito, sí. Él es de los hermanos mayores de su familia, también tuvo un rol importante en la co-crianza de sus hermanas chicas y se formó en una familia con puras mujeres. Tenemos harto en común.

–Ahora se cruzan efectivamente las emociones con un momento histórico; Boric y Jackson están en La Moneda, en el centro mismo del poder, mientras juegas un rol histórico en la Convención, ¿cómo se vive?

–Es complejo, sobre todo desde lo afectivo porque veníamos trabajando en el mismo espacio por años, y ahora yo estoy en el carril de al lado y se siente la distancia. Pero al mismo tiempo hay una preocupación compartida respecto de este momento que es difícil; tanto para la Convención como con la instalación del gobierno… Tenemos una responsabilidad muy grande sobre nuestros hombros y eso a veces es vertiginoso.

Agrega:

–Pero no solo nos pasa a nosotros; nuestro grupo de amigos también está involucrado en este proyecto desde distintos lugares. Entonces tratamos de generar espacios de cuidado, de vernos, compartir, no perder la dimensión afectiva, aunque separando las juntas de amigos de las reuniones políticas.

–Las encuestas muestran que el Rechazo se estaría imponiendo para el plebiscito de salida. El mismo presidente Boric dijo estar preocupado, mientras que sectores del centro político le han solicitado que conduzca este proceso. Debe ser complicado para ti como constituyente…

–Desde la comprensión de los roles, el presidente tiene la responsabilidad de poner sobre la mesa su visión y generar las alertas que considere pertinentes. En tanto que mi rol es responder como constituyente a partir de mis propios diagnósticos.

Añade:

–Es muy importante el respeto por los roles de cada uno y las diferencias no necesariamente significan crisis. La política siempre es un espacio de tensión. Luego quizá podamos conversar en otro espacio con más soltura y tiempo, pero con otro sombrero, no el de constituyente y de Presidente de la República.

–La línea es muy delgada. Se dice que él éxito del gobierno va atado al éxito de la Constitución…

–El gobierno fue un impulsor del proceso y por lo tanto no puede permanecer neutral frente al desenlace. Es una responsabilidad compartida y cada uno está haciendo su pega para llegar al mismo destino.

Y admite muy seria:

–No puede pasar que esta Constitución se rechace; tenemos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que se apruebe. Hay que aplicar el pragmatismo.

–Algunos dicen que sería un mal precedente que se apruebe con el 50% más 1 en el plebiscito de salida. Que el texto no tendría tanta legitimidad y llevaría a una polarización social aún mayor.

–Evidentemente preferiría que el Apruebo le sacara una amplia ventaja al Rechazo, pero lo que nos estamos jugando es una Constitución democrática versus otra que no lo es. No hay cómo perderse. Si gana 50% + 1 voto, es de todas formas legítima, vigente, y se debe implementar. Además, esta nueva carta posibilitará reformas constitucionales que le permitan ir adaptándose a los tiempos, con mecanismos para que la ciudadanía y las mayorías se expresen y puedan hacerla propia. No como la Constitución actual cuyos cerrojos autoritarios impidieron un nuevo pacto social y nos arrastraron a la crisis social que vivimos hoy.

Convencida, reconoce:

–Esta será una Constitución representativa de Chile. De los 160 artículos que están (al cierre de esta edición) en el borrador final, el 80% fue aprobado por amplia mayoría. No es una constitución partisana, como se ha querido plantear.

–Desde el Senado se han hecho duras críticas contra el trabajo de los constituyentes. Ximena Rincón dijo en esta revista que trabajarán por el rechazo “si es que el texto no es bueno para Chile”.

–Todas las personas y actores tienen el derecho de hacerse parte del debate, pero no son admisibles las defensas corporativas. Lo mismo digo para quienes plantean terceras vías, o llaman a que se cree una comisión especial para corregir el texto final… Aproximarse al debate socavando el trabajo que todavía no termina es irresponsable y genera incertidumbre respecto de un proceso que está en curso y que avanza con las reglas que se dieron desde el principio, incluyendo los dos tercios, el quórum más alto que se ha sido aplicado en Chile.

–Se habla de una casa para todos, ¿lo ves posible?

–Por cierto, que sí.

–¿No es un tanto utópico que todos queden contentos?

–No necesariamente. La Constitución asegurará que todos participen en igualdad de condiciones de la vida política, económica y social. Será una casa de todos a pesar de que algunos queden resentidos. Lo que haremos es repartir el poder para construir una casa donde todos tengan cabida, pero en igualdad.

–Pareciera que eso es lo que preocupa en ciertos sectores…

–Siento los poderes fácticos operando; en un país donde están tan concentrados los medios de comunicación, el poder económico y político, se dificulta el proceso constituyente. Las fake news, la violencia en las redes sociales que reciben muchos constituyentes, son algunos de los elementos que complican la pega, pero siempre he sido optimista de que al final del día lo que se elige siempre es más democracia. Eso lo vimos en la elección presidencial a pesar de que fue súper compleja y creo que lo veremos en el plebiscito.

–¿Tienes alguna autocrítica respecto de la caída de popularidad que hoy concita el proceso?

–La composición de la Convención, si bien es diversa y ha permitido la inclusión de voces que habían estado excluidas de la política, también da cuenta de distintos activismos que a veces están fragmentados y se ha puesto el énfasis en discusiones que, si bien son importantes, no representan el sentir mayoritario. También me hago cargo de nuestra incapacidad institucional de comunicar; no puede ser que solo lo hagamos a través de vocerías de cada colectivo, de cada fuerza política. Nos ha costado liderar el debate, dar señales a la ciudadanía para que comprendan que no solo estamos pensando en los nuevos problemas de Chile en materia ecológica, las mujeres y los pueblos originarios, sino que fundamentalmente la intención es resolver los problemas cotidianos de los chilenos.

–Es un hecho que el PC ha tomado un camino propio dentro de la Convención. ¿Cuál es tu análisis?

–Hemos tenido de dulce y agraz, pero también se debe a que pensar una nueva Constitución no es un proyecto que estuviese armado de antes; hemos hecho programas de gobierno, no borradores de Constitución, entonces la aproximación al debate es distinta. Pero estoy segura que para el objetivo final trabajaremos juntos por el Apruebo. Nuestra tarea es llegar el 5 de julio c.on una nueva Constitución que sea representativa de nuestro país y de la sociedad en su conjunto y que lograremos un plebiscito favorable, con la primera Constitución democrática y feminista de Chile.

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