Phoebe Waller-Bridge tiene 37 años y tiene una formación teatral. Estudió en la Escuela de Arte Dramático en Londres y a continuación comenzó su carrera profesional en las tablas, como los buenos actores británicos se precian de tal. Debutó en el cine junto a Glenn Close en Albert Nobbs y fue la secretaria de Meryl Streep como Margaret Thatcher en The Iron Lady. Luego pasó a las series, acompañando a otra de las grandes, Olivia Colman, en la miniserie Broadchurch.

Hasta ahí, la cosa no iba mal aunque los personajes elegidos siempre terminaban siendo engullidos por esas grandes mujeres que tenía de comparsas. Era que no. Pero en 2012, Waller-Bridge comienza a incursionar en los monólogos, y así fue como creó Fleabag, la ficción sobre una mujer independiente que cuestionaba todo aquello que pasaba a su alrededor, una historia con marcado acento feminista y que interpelaba directamente al espectador mirando a cámara cada cierto rato.

Con el éxito de Fleabag, la productora Big Talk le propuso desarrollar esta idea para convertirla en serie. Fu entonces cuando Phoebe Waller-Bridge comienza a ser llamada una showrunner, que es como se les dice a los creadores de un proyecto. Fue entonces cuando inventa Crashing, un sitcom de 6 episodios que se estrenó en un pequeño canal de televisión británico y que ahora se puede ver en Netflix, una historia que seguía la vida de seis veinteañeros que se convertían en guardianes de un hospital abandonado, manteniendo el edificio a cambio de un arriendo barato, un poco para mostrar lo precario de la juventud por aquellos años.

La serie resultó y los ejecutivos decidieron llevar Fleabag del teatro a la televisión. Una serie que la establecería como una de las mujeres de mayor talento de su generación. Además de actriz, una suerte de cronista, justo en el momento cuando el contenido de ficción estaba deseoso de una voz que lograra capturar el movimiento feminista de mediados de la década pasada. Además, con un humor algo excéntrico, algo negro, cínico, pero cercano a la vez.

Bastó el éxito de la primera temporada para que le encargaran adaptar el libro de Luke Jennings, Killing Eve. Protagonizada por Jodie Comer y Sandra Oh, la ficción de una asesina a sueldo de personalidad muy curiosa pero con un estilo envidiable, conquistó a medio mundo. De ahí a ponerle la voz a un robot que acompañaba a Han Solo, en uno de los tantos spin-off que hemos visto de Star Wars. Ser una de las guionistas de No Time to Die, la última película de james Bond protagonizada por Daniel Craig, hasta hacer un videoclip para Harry Styles. Phoebe Waller-Bridge es la mujer del momento. Y ahora suma un nuevo logro a su brillante carrera.

Te puede interesar

Indiana Jones y el Dial del Destino, es la última película de la saga de aventuras sobre el profesor arqueólogo protagonizada por el sempiterno Harrison Ford, y que además marca su despedida de la exitosa saga creada y dirigida por Steven Spielberg. Salvo esta última cuyo realizador detrás de cámaras es James Mangold (Logan). La co-protagonista de esta nueva historia no es otra que Phoebe Waller-Bridge. Pero su rol, como podríamos esperar, no es el típico papel femenino que acompaña a Ford.

Helena, el personaje de Waller-Bridge no es la comparsa del héroe. Tampoco es la excusa romántica. Juega en su propio mundo. Y eso es lo más interesante porque la convierte en una posible sucesora del célebre aventurero. Helena es una mujer dispuesta a todo para vivir al límite, tiene una personalidad extrovertida, es buena para hacer trampas, pero a la vez es muy aguda e inteligente. No es para nada un elemento pasivo dentro del filme. Un perfil que solo una actriz y creadora de su nivel podía conseguir.

¿Qué viene ahora para Waller-Bridge? Un proyecto para Amazon Prime, que es una película dirigida por John Krasinsky y su compañero de protagónico será Ryan Reynolds, además estará a cargo de un guion de una serie creada por Olivia Colman. De una nueva temporada de Fleabag, sin embargo, nada se sabe aún.