“¿Cansado de tantas reuniones por Meet, Zoom o Teams? Si necesitas desconectarte, respirar aire puro y reequilibrarte por dentro, ¡Regálate un Retiro de Paz Interior y renueva tus energías!”, dice el anuncio de una comunidad budista de Barcelona. Y es que seamos francos, ¿Cuántos ya estamos cansados de las reuniones online?

Podría parecer que conectarnos desde la comodidad de nuestras casas, en nuestro lugar de más confort, nos brindaría comodidad y relajo a la hora de entablar una conexión virtual, sin embargo los psicólogos cada vez prestan más atención a los efectos de este cambio de hábito de millones de trabajadores debido a la pandemia del coronavirus. 

Un reciente estudio publicado por el Laboratorio Virtual de Interacción Humana de la Universidad de Stanford, bautiza al fenómeno como “Fatiga de Zoom”, y advierte que el mosaico de caras con las que interactuamos de cerca, anclados a una silla, con dificultades para captar el lenguaje no verbal, y con nuestro rostro expuesto a vista y paciencia de todos, lo  que incluso recae en una propia evaluación sobre cómo nos vemos en la pantalla, genera un estrés adicional al del trabajo en sí.

El autor del estudio y director del laboratorio, Jeremy Bailenson, compara una conexión por Zoom con la incomodidad de subirse a un ascensor con extraños, donde se rompen las normas no escritas de la distancia y se asume la reacción natural de desviar la mirada para minimizar el contacto visual. Además, Bailenson afirma que en una reunión de la vida real sucede lo contrario: “Independientemente de quién esté hablando, cada persona está mirando directamente a los ojos de los otros”, explica.

Según la investigación, la autoevaluación constante puede ser estresante, especialmente en las mujeres, ya que un grupo de ellas reaccionó prestando más atención al verse a sí mismas en un video en directo, que a la conversación en sí.

¿Qué podemos hacer para combatir esta fatiga?

La Universidad de Stanford considera la publicación desde una perspectiva psicológica, y su autor puntualiza que los lectores deben tomar en cuenta que los argumentos presentados pueden ayudar tanto a Zoom como a sus usuarios a mejorar la interacción, y no como hallazgos científicos inapelables. 

Tomando en cuenta esto, las medidas que sugiere son:
– Usar un teclado externo para aumentar el espacio con la pantalla
– Reducir el tamaño de la ventana de Zoom en el monitor
– Apagar la cámara periódicamente si no se está interviniendo
– Moverse un poco por el lugar

Por otro lado, ¿Se imaginan que hasta el fundador de la plataforma esté cansado de este sistema? Y sí, Eric Yuan, fundador de Zoom, se quejó de su apretada agenda debido a la gran cantidad de videollamadas: “Son demasiadas reuniones por Zoom, las odio”, llegó a decir.