Revista Velvet | Como y viajo: Colchagua, un valle de lujo
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Como y viajo: Colchagua, un valle de lujo

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Como y viajo: Colchagua, un valle de lujo

POR Pablo Schwarzkopf | 18 mayo 2024

Dos destinos obligados en la ruta del vino son Clos Apalta Residence y el Rayuela Wine & Grill, elegancia y calidez aseguradas.

Dese Santiago, emprendemos un viaje de poco más de dos horas hacia Apalta, adentrándonos en un valle donde los viñedos y las bodegas renombradas, como Montes, Ventisquero y Neyen, son sólo el comienzo de nuestra historia. Este recorrido nos lleva desde la tranquilidad elegante de Clos Apalta Residence hasta la calidez de Rayuela Wine & Grill. Entre estos dos mundos, descubrimos la esencia de una tierra que se expresa a través de sus vinos y su cocina, invitándote a ser parte de un viaje a lo mejor de este valle.

CLOS APALTA RESIDENCE ELEGANCIA Y SOBRIEDAD

Residence captura nuestra atención por su excepcional propuesta de hotelería y gastronomía que resuena a nivel internacional.

Al entrar en Clos Apalta Residence, nos encontramos con un oasis que “expele” la sobriedad y elegancia francesa, un reflejo del buen gusto que ha posicionado a esta viña entre las mejores de Chile. Desde su establecimiento en 1994 por la familia Bournet Lapostolle, la residencia ha crecido de 4 a 10 villas lujosas, todas renovadas en un meticuloso proyecto que ha tardado más de dos años en completarse –desde la pandemia–, ofreciendo ahora una operación plenamente retomada.

La atención al detalle es palpable, creando un ambiente de calma profunda, un silencio casi sacro que envuelve la experiencia.

La “Casita Cinsault” nos da la bienvenida con una arquitectura que se integra con el paisaje y un interiorismo que combina elegancia y confort.

El amanecer en Apalta desde nuestra casita es un espectáculo natural: los viñedos se iluminan con tonos dorados, ofreciendo una vista impresionante desde la comodidad de nuestra cama. El desayuno, cuidadosamente preparado y servido con esmero, marca el comienzo de un día lleno de placeres y descubrimientos vitivinícolas.

Cada comida en la residencia se convierte en una ceremonia en sí misma, donde nuestros gustos son escaneados minuciosamente por Joaquín Larraín, el amable gerente, quien asegura que cada plato refleje nuestras preferencias.

Esta personalización culinaria es complementada por vinos exclusivos de la residencia, como el Rosé Gavilea y el Voignier “Cote de Madame”, reservados sólo para los huéspedes y que añaden un toque único a nuestra estancia.

En un menú que celebré, degustamos verdaderos tesoros locales: amo el pato en su punto y creo que estaba “fantástico”, todo brindando con los reconocidos Clos Apalta y el nuevo ícono Clos du Lican, ambos ejemplos del alto calibre de los vinos de la viña y del talento excepcional de Andrea León, cuya maestría ha llevado a la enología chilena a nuevas alturas.

Residence ofrece mucho más que vino; es un lugar donde el tiempo parece detenerse, ideal para aquellos que buscan desconectar, relajarse y recargar energías en un entorno de paz absoluta.

KM 4, Apalta Colchagua, Santa Cruz. Región de O’Higgins @Closapaltaresidence @closapalta

RAYUELA WINE & GRILL EL HOGAR DE VIU MANENT

Dejando Apalta atrás, no tardamos en toparnos con otro rincón imprescindible del Valle de Colchagua: el Rayuela Wine & Grill de Viña Viu Manent. Casi sin desviarnos, por la carretera del vino, Rayuela nos recibe con brazos abiertos, enraizado en la historia vitivinícola de la familia Viu pero con un aire que sopla novedad y frescura.

En este escenario, Maira Ramos se ha erigido como la protagonista. Su salto desde Fuegos de Apalta hasta aquí no sólo trajo una cara conocida a la cocina del valle sino una revolución de sabores y técnicas. Bajo su batuta, Rayuela se ha transformado: más fuego, más leña, y un menú que despierta la curiosidad y hace agua la boca tanto de locales como de viajeros.

La propuesta de Maira es un homenaje al producto local, un canto a la simplicidad que encuentra en la leña su mejor aliada. Los buñuelos de espinaca son un claro ejemplo, crujientes por fuera, suaves por dentro, y bañados en una salsa romesco que es puro carácter. Luego están los tomates reliquia, que con su carpaccio nos devuelven a la esencia del sabor a tomate, ese que parece olvidado, aquí realzado por la albahaca y el huacatay.

No podemos dejar de lado las empanadas de filete, con ese toque casero de las puntas ligeramente tostadas, que nos transportan a las cocinas de antaño, donde cada plato cuenta una historia y donde el cijo es parte de ellas.

Rayuela, con su ambiente acogedor bajo la higuera, donde la vista se pierde entre los viñedos, se convierte en más que un lugar para comer. Es un espacio donde la comida se transforma en experiencia, donde cada plato trae consigo un pedazo de Chile y de los viajes de Maira, con su sonrisa y ese brillo en la mirada de quien sabe que está por servir algo grandioso, se consagra como una verdadera maestra de los sabores locales y su restaurante como uno de los mejores del país. Ojo, también posee tienda de vinos, cafetería y los novedosos Vibo Lodge.

Carretera del vino km 37, Santa Cruz. Región de O’Higgins @restauranterayuela @viumanentwinery .

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