Revista Velvet | Carlos Felipe de Suecia, el enamorado y favorito “casi rey”
Realeza

Carlos Felipe de Suecia, el enamorado y favorito “casi rey”

Carlos Felipe de Suecia, el enamorado y favorito “casi rey”
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Carlos Felipe de Suecia, el enamorado y favorito “casi rey”

POR Sole Hott | 24 septiembre 2022

Este príncipe fue el heredero más breve en la historia del trono sueco. La felicidad de su padre, el rey Carlos XVI Gustavo, se vio nublada por el Parlamento, pero ante sus ojos sigue siendo el favorito indiscutido y su mano derecha. Casado con Sofía Hellqvist, tiene tres hijos –Alexander, Gabriel y Julián–, vive en el Palacio de Drottningholm, se fascina con los autos y se ha ido forjando un nombre en el mundo del diseño nórdico.

Carlos Felipe de Suecia, duque de Värmland, nació el 13 de mayo de 1979. El segundo hijo de los reyes Carlos XVI Gustavo y Silvia de Suecia, llegó al mundo como príncipe heredero. Sin embargo, la felicidad del actual rey, y aquel título constitucional, durarían tan solo siete meses. En aquel momento seguía vigente la Ley Sálica que lo ponía a él en la primera posición en la línea de sucesión al trono. Pero el 1 de enero de 1980 entró en vigor la Ley de Sucesión y con ella, el primogénito se llevaba el primer puesto, ya sea hombre o mujer. De esta forma, su hermana mayor Victoria recuperaba lo que le habían arrebatado al nacer.

El rey no estuvo de acuerdo y llegó a manifestar estar seguro de que los suecos preferirían que le sucediera su hijo varón, pero no había nada que él pudiese hacer. De cierta forma, fue el propio rey quien pudo haber movido Carlos Felipe los hilos que dejaron a su hijo sin la corona, ya que la Ley de Sucesión entró en el mapa por el miedo de que la reina Silvia no pudiera tener más hijos. Así, aseguraba que su primogénito se quedara con el trono. Pero nunca imaginó que esa medida se interpondría en sus planes y en el futuro de Carlos Felipe.

Hoy, el favorito del rey está felizmente casado con Sofía Hellqvist y juntos son padres de Alexander, Gabriel y Julian. Atrás quedó el pasado fiestero del único hijo hombre de los reyes de Suecia, y en la actualidad es la mano derecha de su padre, llegando incluso a sustituirlo cada vez que es necesario. El “casi rey” Carlos Felipe cuenta, como muchos royals, con una historia digna de película, y es que de cierta forma este cuento tiene aires hollywoodenses.

Ha sido catalogado como el príncipe más guapo de Europa, y esa corona es una que nadie le puede arrebatar. Ni el encantador rey Felipe de España, que rompía corazones en los 90, ni tampoco el suspirado Harry de Inglaterra.

Estudioso, deportista y empresario, Carlos Felipe goza con la fama de verdadero “príncipe azul” y en ese rol, luchó por el amor de Sofía, una plebeya que pasó de ser finalista en un reality show de parejas a convertirse una de las princesas más queridas de la realeza nórdica.

LO QUE SE HEREDA NO SE HURTA

Es de conocimiento popular que Carlos Gustavo quería ser actor, pero la muerte repentina de su padre lo puso al mando de la Corona. Durante los Juegos Olímpicos de Münich en 1972, se enamoró perdidamente de Silvia, una guapa jefa de azafatas alemana de origen brasileño que tenía a su cargo el protocolo de las casas reales.

Cuando Carlos Gustavo accedió al trono, lo primero que hizo fue eliminar las estrictas leyes que prohibían el matrimonio de los Bernadotte con plebeyos. Y así pudo casarse con Silvia, hoy reina consorte, amor a primera vista y con quien tuvo tres hijos, Victoria, Carlos Felipe y Magdalena.

Carlos Felipe de Suecia se crió sabiendo que no ocuparía el lugar de su padre. Y de alguna forma, aquel gran detalle marcaría su vida. Sus primeros años de colegio los cursó en su país natal, para luego estudiar en Connecticut (Estados Unidos), antes de regresar a su país y completar el bachillerato en la rama científica. Una vez terminada su educación primaria, hizo el servicio militar y completó su formación como oficial jefe de barcos de combate. Alcanzando el grado de mayor. Más tarde, realizó estudios de diseño gráfico en la Escuela Forsbergs de Estocolmo (2004-2006), los que completó en Estados Unidos en el prestigioso centro de Rhode Island, y cumplió un período de práctica en la National Geographic Society de Washington. Además de continuar con su formación militar, complementó sus estudios profesionales con economía de empresas, agricultura y explotación forestal.

Se viste de uniforme para cada acto oficial que lo amerita, pero más allá de su formación militar, es conocida su afición por los autos, otra herencia de su padre. Y ha participado en distintas competencias y carreras populares. Siempre ligado el deporte, disfruta también del esquí, la natación y en 2004 portó la llama olímpica en su paso por Estocolmo rumbo a Atenas.

Los biógrafos de la realeza sueca dicen que Carlos Felipe heredó lo “sabroso y escultural” del pueblo brasileño de su madre, y lo bravo y heroico del pueblo sueco de su padre, así como también la dislexia.

Hace más de dos décadas, la familia real sueca hizo público que igual que el rey Carlos Gustavo, sus tres hijos, Victoria, Carlos Felipe y Magdalena, padecen de dislexia, una dificultad del aprendizaje de origen neurológico. Pero de todos, ha sido el príncipe el que ha trabajado desde su fundación para apoyar a aquellos que padecen este trastorno, así como también el ciberacoso, algo de lo que fue víctima, junto a su esposa Sofía, tras anunciar su relación.

El hijo del rey ha revelado el daño que le provocaron las burlas. Sobre todo, luego de cometer un error durante un programa de televisión en 2013 cuando confundió el nombre de los ganadores en un evento deportivo y el público fue implacable. “La gente fue muy dura conmigo, fue una sensación terrible”, confesó el príncipe al The Sunday Times. Y su mujer, la princesa Sofía, explicó lo frustrante que fue ver cómo el miedo de hablar en público volvía a vulnerar a Carlos Felipe. La situación de la que ha hablado Carlos Felipe recuerda a la que también vivió su hermana. Algo más que agregarle a la esencia hollywoodense de la casa real sueca.

EL AMOR VERDADERO COMO HERENCIA

El rey Carlos Gustavo pudo elegir con quien casarse, y sus tres hijos siguieron el ejemplo. Pero la herencia más romántica y trascendental de todas, no siempre fue bien vista por su precursor. La heredera al trono, Victoria, se casó con Daniel Westling, empresario sueco y su entrenador personal. Hoy, ambos tienen dos hijos, Estelle y Óscar. La menor de los tres, Magdalena, se casó con el norteamericano Christopher O’Neill y viven alejados de los protocolos reales en Nueva York junto a sus hijos Leonor, Nicolás y Adriana. Por último, el único hombre, Carlos Felipe, encontró el amor en una plebeya y a primera vista.

El cuarto en la línea de sucesión al trono mantuvo una relación de diez años con Emma Pernald, la candidata perfecta en términos de protocolo royal y una de las mejores amigas de la princesa Magdalena. Pero el destino pondría a Sofía Hellqvist en el camino de Carlos Felipe y ese amor sería sin espacios para medias tintas. Se conocieron durante un almuerzo en julio de 2009. Ambos llegaron al lugar por amigos respectivos y tras terminar la relación con Emma, el príncipe solo tendría ojos para Sofía. En enero de 2010 comenzaron a salir, su primera cita fue en un circuito de karts y en julio se confirmó su relación.

Sin embargo, la bendición oficial de la familia real no fue precisamente un camino de rosas y no llegaría hasta 2012. Casi lo echaron de palacio y las críticas del pueblo sueco hicieron que aquel paso al frente no fuera algo fácil para el favorito del rey. Defender su relación le costó también un ultimátum por parte de Sofía para que la defendiera delante de los suyos.

La futura princesa, en esa época, tenía muy claro que su relación con el hijo de los reyes era más que un amor pasajero y, por lo tanto, quería darle la relevancia que correspondía. Para el bautizo de su sobrina Estelle en 2012, hija de Victoria y la segunda en la línea de sucesión al trono, Sofía no estaba en la lista de invitados. La pareja salía, se divertía, pero no estaban comprometidos y, por tanto, su relación no era oficial. Sin embargo, la joven tenía sus ideas claras, o iba al bautizo y se oficializaba su relación o terminaban. A él no le quedó otra que hablar con su padre y exponerle que no quería perder a la que hoy es su mujer. Afortunadamente, todo salió a la perfección. “Estamos deseando celebrar una boda veraniega a mediados de junio, justo cuando Suecia está preciosa”, citaba el anuncio oficial.

“Carlos Felipe es la persona más humilde que he conocido, lo que hizo que me enamorara de él al principio. Tiene un corazón muy bello, es muy cariñoso”, dijo Sofía en junio de 2014 el día de su compromiso. Y para alegría de todos, la pareja cumplió su sueño y su casaron el 13 de junio de 2015 en la capilla real del palacio de Estocolmo. Y si bien fue una ceremonia bastante tradicional, la pareja puso el toque moderno con Peta Zetas en la torta y versiones de canciones de Janet Jackson y de Coldplay en la misa. Y el detalle más recordado, el famoso DJ sueco Avicii, fallecido en 2018, se presentó durante el banquete.

A partir de ese momento, tanto la princesa como la pareja comenzaron una metamorfosis. Se convirtieron en, quizás, los miembros más respetados de los Bernadotte y, desde entonces, por más raro que parezca, no han protagonizado escándalo alguno.

HEREDERO SIN CORONA NI ALTEZAS

A finales de 2019, el rey Carlos Gustavo anunció que los hijos de los príncipes Carlos Felipe y Magdalena no pertenecían a la casa real. Y que solo los hijos de la princesa heredera, Victoria, seguirían siendo llamados “altezas”. Por ende, Alexander, Gabriel y Julián perdían sus derechos y deberes con la Corona. “A principios de año tomé la decisión de definir lo que se conoce como la casa real. La decisión era la de aclarar qué miembros de la familia real actuarán como representantes oficiales de Suecia en el futuro. Para mí, es una forma de acotar cuáles son las expectativas. Espero que la decisión sea útil cuando mis nietos tengan que labrar su propio futuro. Pero para ese día queda mucho”, afirmó el rey Carlos Gustavo en ese momento.

La decisión del rey buscaba reducir gastos excesivos, y los príncipes directamente afectados vieron en la decisión de su padre lo positivo que será para sus hijos vivir sin las presiones que la realeza implica. “(Los niños) conservarán sus títulos de príncipes y sus ducados, que valoramos y de los que estamos orgullosos. (…) Continuaremos apoyando a nuestro rey y a la princesa heredera y participaremos en las actividades del rey”, comentó Carlos Felipe.

De esta forma la Corona no entrega una asignación económica a estos cinco nietos (dos por parte de Carlos Felipe y tres por Magdalena). Y cuando sean mayores podrán trabajar en lo que quieran, vivir en otro lugar o emprender. Tal como su padre, quien tiene una empresa de diseño de muebles junto a su socio Oscar Kylberg, y que lleva por nombre sus apellidos: Bernadotte & Kylberg. Firma que ofrece diseño de estilo nórdico, y de herencia sueca, a nivel internacional. Y de la cual ya se han visto los primeros diseños del príncipe.

Carlos Felipe vive tranquilo en el Palacio de Drottningholm, el mismo en el que viven sus padres. Pasa sus días con su familia, diseñando muebles, dedicado a su fundación, disculpándose con los periodistas a los que no quiere responder y acudiendo a actos vestido de uniforme mientras aplaude a su padre cuando se equivoca en el discurso. Y es que lo que se hereda, no se hurta.

 

 

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