La modelo británica Cara Delevingne surgió a mediados de la década del 2010 como la revelación de las pasarelas. Al poco tiempo ya era la musa de Karl Lagerfeld y sus cejas tenían fama por sí solas. Fue ella quien logró que se dejaran atrás las cejas ultra delgadas y perfiladas, dando paso a un look más natural. Además, incursionó en el cine con distintas películas, y se convirtió en la persona con la que todos querían estar.

Pero toda esta popularidad trajo consigo daños colaterales, que tuvieron su peak hace algunos meses, cuando se vio a la modelo actuar de forma errática en aeropuertos y alfombras rojas. Trascendió, incluso, que sus amigos y familiares estaban preocupados y le rogaban que buscara ayuda.

 

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Sobre todo eso habló Cara con la revista Vogue, en una entrevista que además fue la portada de la edición de abril de la publicación. “No estaba bien”, reconoció la modelo, y agregó que de a poco se ha ido recuperando. No quiere hablar de una recuperación total, pero sí de un proceso de sanación constante.

“No dormía. No estaba bien. Me rompe el corazón porque pensé que me lo estaba pasando bien, pero llegó un punto en el que fue como ‘oye, no tengo buen aspecto’. A veces necesitas una dosis de realidad, así que de alguna forma esas fotos son algo por lo que estoy agradecida”.

Sobre su consumo de drogas habló de forma honesta y directa: “Hay algo de sentirse invencible cuando tomo drogas. En esos momentos me pongo en peligro porque no me importa mi vida. Da miedo hacerle eso a la gente que te rodea y te quiere”. Para salvarse, finalmente pidió ayuda y en septiembre se internó en un programa de rehabilitación.

Cara se vio saludable y contenta durante la noche de los Oscar, donde se lució con un vestido rojo asimétrico de Elie Saab.