Revista Velvet | Budista, casi vegano y fan de Lego: Todo lo que no sabías de Orlando Bloom
Cultura Pop

Budista, casi vegano y fan de Lego: Todo lo que no sabías de Orlando Bloom

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Budista, casi vegano y fan de Lego: Todo lo que no sabías de Orlando Bloom

POR Pia Gajardo | 23 marzo 2021

Para nadie es desconocido el nombre Orlando Bloom. Podemos decir que es un actor británico, famoso por papeles en películas como El señor de los anillos (donde interpretó al elfo Legolas) o Piratas del Caribe, y que actualmente está comprometido con la cantante Katy Perry, con quien tiene una hija de siete meses llamada Daisy Dove. Pero detrás de esta biografía general, hay detalles del actor que se escapan de la normalidad.

“Tristemente, no creo que haya nada de mí que la gente no sepa”, comentó hace un par de días para The Guardian, pero en The Times, al contar paso a paso cómo es un día normal en su vida, muchos aspectos de su relato llamaron la atención. 


Un día cualquiera en la vida de Bloom, no parece demasiado ajetreado si es que no tiene alguna grabación, sin embargo, cautiva una estricta rutina que contempla a sus dos hijos: La pequeña Daisy y Ben de casi 10 años, hijo junto a la modelo Miranda Kerr.

“Como Capricornio que soy, adoro la rutina, y afortunadamente mi pareja también”

El intérprete contó a The Times que suele despertarse antes que Katy Perry, y que pasa un tiempo a solas junto a su hija diciéndole “Papá quiere a su Daisy Dove”, para que así sepa quién es su papá. Luego, toma proteína y colágeno, según él, ”muy del estilo Los Ángeles”, y empieza su meditación de 20 minutos de cánticos budistas que no perdona. 

Budismo

Practica esta religión desde los 16 años y de hecho en la reciente conversación con The Guardian, cuenta que su posesión más preciada es su Gohonzon, “un pergamino budista” con el que reza “cada día”. Esa práctica budista le ha hecho más consciente del mundo y de su carrera, en la que “antes sólo estaba semipresente”, y sin ella se habría “salido de las vías”, recalca.

“He ido cambiando la narrativa en mi cabeza y siento que puedo ser el conductor del vagón”, comenta Bloom, refiriéndose además a que en su día a día busca estar alejado de su teléfono: “No quiero que me chupe el agujero negro de las redes sociales”.


Alimentación sana

Después de llegar de un paseo, con Nirvana o a Stone Temple Pilots de fondo, se prepara un desayuno más completo con “avena, leche de avellanas, canela, vainilla, avellanas, bayas de goji, proteína en polvo y té negro”, además de prepararle el desayuno a su hijo Ben si está con él, porque tiene la custodia compartida con Kerr.

Cuenta que es casi vegano, “al 90%”: “En algún punto miraremos atrás y no nos creeremos que las usáramos para comer carne”, reflexiona. Pero asume que se concede “un buen trozo de carne roja como una vez al mes”.

Un hobbie desde niño

El actor cuenta que para sus conferencias en Zoom, leer guiones, y en general, se ducha y viste al completo: “Me gusta hacer un esfuerzo, nada de pantalones de buzo”. También hace pesas, y cocina en ocasiones. Pero algo particular en su rutina, es que le dedica tiempo a las construcciones con Lego, hobbie que retomó en el confinamiento: “El método natural de crear cosas pequeñas me hace sentir que consigo ciertos logros”, comenta.

Y otro logro que lleva a su día a día, es dormir ocho horas: “El tiempo es algo precioso, siempre se lo he dado a otras personas, pero ahora tengo espacio para soñar”, explica.

Su relación con Katy Perry

Sobre su comentada relación, Bloom cuenta que está “súper orgulloso” de su pareja y su compromiso con Biden-Harris. Se refiere a ella como el “amor de su vida”, junto a sus hijos y su perro, Mighty, y hace una particular confesión: no tienen sexo con demasiada frecuencia. “Tenemos un bebé, ya sabes”, confiesa a The Guardian.


Finalizado su momento de confesiones, señala que El señor de los anillos fue su momento más feliz, “lleno de esperanza, sueños y con aventuras por delante”. Y que lo más cerca que ha estado de la muerte fue cuando tenía 21 años, se cayó desde un cuarto piso, se rompió la espalda y durante cuatro días le dijeron que jamás volvería a caminar. “Pero tuve una recuperación milagrosa”, comenta. Eso sí, le dejó ciertas secuelas: “Desde entonces tengo ciertos problemas con la próstata y hago pis con mucha frecuencia, a menudo al aire libre”

Ahora sí, no queda nada más por saber de él.

 

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