¿Y si esa hinchazón constante tiene una explicación emocional y no física? La biodescodificación se trata justamente de eso, de escuchar las emociones cuando lo físico nos habla.
¿Sabías que detrás de un malestar estomacal constante, podría haber algo que tu cuerpo te está intentando comunicar? El problema es que muchas veces no sabemos escucharlo, y eso es el eje intestino-cerebro. Y para lograr descifrarlo, algunos terapeutas utilizan la biodescodificación.
El aparato digestivo y el sistema nervioso están conectados, y como los viejos amigos que son, los mensajes van y vienen. Y a este canal de comunicación se la llama eje intestino-cerebro, y la ciencia la relaciona con el estrés, la ansiedad, la depresión y algunos males digestivos como el dolor de estómago, que a veces parecen no tener mayor explicación que lo emocional.
Según la corriente del terapeuta francés Christian Flèche, cada síntoma que se manifiesta físicamente es el cuerpo expresando un conflicto emocional no resuelto. Es decir, si reprimes o niegas una emoción, o si se queda atrapada en tu inconsciente, el cuerpo busca una vía para expresarla. ¿Cómo lo hace? A través de la enfermedad, malestar o dolor.
Eso sí, se debe tener en cuenta que la biodescodificación no es ciencia, sino más bien una herramienta complementaria, la que te invita a reflexionar y explorar tus emociones. Por lo tanto, nunca debe ser sustituto por un diagnóstico o tratamiento profesional.
Es más, Inma Borrego, autora de Lo que tu mente calla, tu intestino lo grita (Ed. Zenith), utiliza la biodescodificación para explorar aspectos emocionales en pacientes con problemas digestivos crónicos, siempre de la mano de la evaluación médica y tratamiento convencional.
“El cuerpo expresa lo que no procesamos emocionalmente. Y las alteraciones digestivas son una forma en la que nuestro cuerpo nos dice que algo no va bien en nuestra vida, que hay algo que debemos cambiar, aprender o solucionar”, explica Borrego. Pero, ella misma aclara: “Es solo una forma de explorar, profundizar…”, dejando claro que no es la verdad absoluta. “No somos víctimas de nuestros síntomas. Son oportunidades para aprender y cambiar”, sostiene.
Los expertos coinciden en que no sustituye exámenes médicos, ni dietas, ni tratamientos farmacológicos. Pero sí insisten en que se trata de una herramienta complementaria que invita a mirarte con calma y como un todo.
Y es que son muchas las personas con problemas digestivos crónicos que encuentran en la biodescodificación un espacio para decir lo que silencian: pérdidas no superadas, relaciones que duelen, presiones autoimpuestas, miedos, etc.
De acuerdo a la biodescodificación, si conectamos síntomas físicos con emociones, se abre una puerta a la conciencia y le damos cuerpo al mensaje. En algunos casos, eso puede requerir cambios de hábitos, conversaciones pendientes, pausas necesarias o una revisión de prioridades.
Si bien el eje intestino-cerebro está avalado por la ciencia, la interpretación emocional de los síntomas debe abordarse con precaución. Por lo mismo, la biodescodificación no debe confundirse con una terapia basada en evidencia ni reemplazar nunca el diagnóstico o tratamiento médico.
En este caso, los expertos en el tema coinciden en que no solo se trata de qué comes o cómo comes, sino de cómo vives y digieres la vida. Por ello, la invitación es a escuchar al cuerpo como autocuidado integral. Eso sí, debe ir de la mano del rigor, medicina científica y respeto hacia todo aquello que interviene en nuestra salud. Y es que no basta con elegir lo que pones en tu plato, tenemos que estar dispuestos a escuchar y cambiar.