Su historia de amor comenzó como tantas otras: en la oficina. El jefe invitó a salir a su subalterna y ella le dijo que no. ¿Cómo iban a imaginar que terminarían casadas por casi 30 años y con tres hijos?

Melinda French, recién graduada de la Universidad, llegó a trabajar a Microsoft como gerenta de producto. Por su parte, Bill no solo era el CEO de la exitosa compañía, sino también el fundador. Y la invitación llegó en la previa a un picnic de la empresa, sin embargo, el entonces dueño de la compañía decidió invitar a Melinda dos semanas antes de la fecha. Algo que para la nueva empleada resultaba poco espontáneo.

“Pídemelo otra vez cuando falte menos para esa fecha“, le dijo Melinda a Bill. Pero el responsable de Microsoft, no se aguantó y sorprendido por la respuesta, volvió a llamarla esa misma tarde y la invitó a salir esa noche. “¿Esto si te parece espontáneo?”. Todo indica que así fue, ya que a partir de ese momento nunca se separaron.

Cuando llevaban alrededor de un año saliendo, fue Bill Gates quien lanzó primero el “Te amo” y luego se preguntaron que harían a continuación. Dar el siguiente paso o terminar. En la serie documental de Netflix de 2019 Bill Gates bajo la lupa, se revela que, si bien amaba a Melinda, Gates no sabía si podía comprometerse con ella. “Él tenía que tomar una decisión, no sabía si podía comprometerse conmigo y dirigir Microsoft al mismo tiempo”, desveló Melinda en el documental. Es más, un día, ella entró a la habitación y se encontró a Bill haciendo una lista. “Eran los pros y los contras de contraer matrimonio“, confesó.

Melinda y Bill se tomaron las cosas con calma. Su noviazgo duró siete años hasta que decidieron casarse. Además, mantuvieron su romance lo más discreto posible. Y a pesar de que Bill no era el favorito de la suegra, Melinda amaba el espíritu curioso y el humor de su novio. Se casaron en 1994 en Hawaii y se gastaron un millón de dólares para mantener todo en las estricta privacidad. Así como también reservó una isla completa y todas las habitaciones del hotel donde tuvo lugar la ceremonia. A estas alturas la fortuna de Bill Gates ya había despegado, por lo que tenía el poder y el efectivo para hacerlo posible.

La idea de formar una fundación juntos también nació por aquella fecha. Un año antes de casarse viajaron a África, y al ver en primera persona el nivel de pobreza, decidieron comenzar con la Fundación Bill y Melinda Gates. Esta aporta fondos para distintos proyectos que buscan mejorar la vida de las personas y que, más allá de su divorcio, seguirá funcionando de la mano de ambos. “No es justo que tengamos tanta riqueza cuando otros miles de millones tienen tan poco“, dijo Melinda más de una vez. Juntos sumaron fuerzas y en una de sus últimas acciones benéficas donaron 250 millones de dólares para combatir el Covid-19.

Sin embargo, más allá de su esencia filantrópica y sus tres hijos, la relación con un hombre como Bill Gates no fue fácil. y Melinda nunca lo ocultó. Estaba poco en la cosa y prefería leer a Churchill antes que ayudar a cargar el auto. Les costaba pasar tiempos juntos, “y un día me enfadé mucho y les grité ‘¡Nadie sale de la cocina hasta que yo me vaya!'”. A partir de entonces, pusieron ciertas reglas para compartir en familia al menos un momento al día, como la tradición de lavar los platos juntos después de comer y apagar los teléfonos a las 10pm. Pero a favor de su marido, Melinda siempre destacó que con Bill nunca se sintió en una posición inferior, y que él siempre la trató como su igual.

En cuanto a sus hijos, los tres fueron inscritos en el colegio bajo el apellido de su madre. Hoy, Jennifer tiene 25 años; Rory 21 y Phoebe, 18 años. De los cuales ninguno recibirá herencia, debido al deseo de sus padres de que se forjen su propio camino.

Tal como señalan los medios norteamericanos, fueron 27 años de amor y una fortuna juntos. Este lunes Melinda (56) y Bill (65), decidieron hacer oficial su divorcio y poner fin a su historia. Sin embargo, aún cuando no exista relación amorosa, seguirán trabajando juntos en las tareas filantrópicas que desarrollan.

“Después de pensarlo mucho y trabajar mucho en nuestra relación, hemos tomado la decisión de poner fin a nuestro matrimonio. Durante los últimos 27 años, hemos criado a tres niños increíbles y construido una fundación que funciona en todo el mundo para permitir que todas las personas lleven vidas saludables y productivas”, concluye el comunicado oficial.