Tras el 18-O, el florista Andrés Sánchez (38 años) recordó la Revolución de los Claveles en Portugal (en 1974) y fue a las manifestaciones a regalar clavelines; su idea era adherir al movimiento con un mensaje de paz y empatía. En paralelo siguió trabajando como siempre con su @carritodeflores; en eventos y en mantención de flores en casas y oficinas. Pero el coronavirus cambió su rutina. “Cuando empezó la pandemia, tuve miedo grado mil. Estuve uno o dos meses parado, sin saber qué iba a pasar, sin saber si se podían mandar flores, o si uno se podía infectar si traía cosas de afuera; fueron dos meses de introspección máxima. En la medida en que tuve más información y supe que mis proveedores me podían traer las flores a casa, empecé a armar un sistema. Hicimos equipo con mi marido y mi mamá; nadie entra y nadie sale de casa y siempre desinfectamos las flores. Empezamos a full con despacho delivery, y nos preocupamos de que no haya mucha manipulación; desde aquí salen las flores a las casas de los clientes y las pueden abrir con seguridad”, cuenta. La mayoría de las veces reparte ramos para adornar las casas, pero también le han pedido muchos ramos de condolencias. “Yo no era conocido por hacer delivery de flores, pero ahora estamos full enfocados en eso, ya tenemos un master en despachos”, dice con humor, y cuenta que, por seguridad de ellos y de sus clientes, las entregas sólo se hacen a través de un repartidor. “Preferimos trabajar con una sola persona. Además él sabe muy bien cómo llevar y entregar las flores cuidadosamente”, explica.
Y sigue: “La verdad es que me siento agradecido con el destino o con Dios o el más allá, porque en verdad a nosotros la pandemia no nos ha pegado tan fuertemente en lo monetario. Mi energía está puesta en no contagiarme, y en no contagiar ni a mi marido ni a mi mamá, porque vivo con ella”. Por lo mismo no tiene en mente ir a protestas si estas se reactivan, aunque, de todas formas, cree que la pandemia ha quedado en evidencia la desigualdad en cuanto a salud, por ejemplo. “Todo por lo que estábamos reclamando sigue vigente. Esperamos que se apruebe la nueva Constitución para que las cosas empiecen a cambiar; si no se aprueba, va a quedar la embarrada”, cree.
Dice que para él, más allá de lo económico, trabajar con flores tiene que ver con algo “filosófico”, con entregar un poco de color a la gente. “A mí se me murió mi papá recientemente, no de Covid, pero dentro del período de la pandemia. Ha sido un año muy movido emocionalmente y, si antes me sentía identificado con el dolor de la pérdida, ahora me identifico mu- cho más. Me hacen más sentido las flores, las flores me están dando respuesta a muchas cosas y a la gente también. Incluso ahora tomo Flores de Bach”, cuenta.
Desde el 27 de septiembre, Andrés está en el programa Te quiero verde, conducido por Javiera Díaz de Valdés (en el Canal 13 C); ahí entrega tips sobre flores.
Y su espíritu solidario sigue en pie. “Inventamos una campaña que se llama 10K (son ramos para casas) y todo lo recaudado fue para Redes en Caja (la iniciativa de Kel Calderón). Ellas se encargaban de destinar ese dinero a comprar arroz o lo que fuera para distribuir en campamentos o en comunas más necesitadas. Nos fue súper bien y retomaremos la campaña”, dice.