En la serie The Last of Us, y que protagoniza Pedro Pascal, un hongo llamado Cordyceps es capaz de controlar el cerebro y convertir a los humanos en zombies. Y en el videojuego Super Mario Bros, sus personajes ganan vidas al encontrar hongos. Si bien ambos escenarios obedecen a la ficción, hay una base real detrás de esa fantasía que entretiene a millones en el mundo: el hongo Cordyceps existe, hay 400 especies y es parte del grupo catalogado como adaptógenos o funcionales; por otro lado, no entregan vidas extra, pero sí ayudan al cuerpo a adaptarse y/o resistir a daños causados por estrés físico, biológico o químico.

Celebridades alrededor del mundo –como Steve Jobs, Bill Gates, el príncipe Harry, Gwyneth Paltrow y Susan Sarandon– descubrieron en el reino fungi que un ser vivo tan pequeño, guarda en interior un gran poder natural con infinitos beneficios. Es un tema que está naturalizado en las conversaciones actuales.

“Yo tomo Cordyceps y me encanta”, nos dice desde Pontevedra, España, Catalina Fernández de Ana Portela, presidenta y fundadora de Hifas da Terra, un centro de biotecnología líder en Europa que se dedica a investigación y el desarrollo de productos para la salud elaborados a partir de hongos desde hace 15 años. En más de una década de consumo, la bióloga y micóloga bromea con que todavía no se ha convertido en un zombie. “Eso es ficción. Lo que ocurre con el Cordyceps es que se trata de un hongo entomopatógeno, parasita a una oruga u hormiga y afecta su sistema nervioso. Pero nunca podría hacerlo con una persona”, asegura entre risas. Por lo demás, aclara que el que aparece en la serie y el que se consume en la vida real, son especies diferentes.

El Cordyceps Militaris es uno de los hongos adaptógenos o funcionales que se cultivan en Chile, los que “nos ayudan a adaptarnos diferentes situaciones y condiciones. Logran que tengamos mayor vitalidad y calma mental: los problemas dejan de ser tan grandes”, afirma la experta. Y también encontramos el Reishi, Maitake, Cola de Pavo, Shiitake, Melena de León y Chaga. Todos ellos, ricos en biomoléculas activas en beneficio de la salud y que pueden ayudar a complementar tratamientos y rutinas saludables. Estos se pueden encontrar en cápsulas, gotas, en polvo y gomitas.

No son medicamentos ni alucinógenos, pero son capaces de ayudar al organismo a responder al estrés y la ansiedad, mejorar la digestión, reducir la fatiga y devolver al organismo su equilibrio al controlar factores estresantes, tanto físicos como mentales. Incluso se les otorga propiedades anticancerígenas, entre otras. “Es como toda una farmacia junta”, explica Fernández de Ana Portela. “Es la base de la farmacopea (La biblia de los medicamentos)”.

La entrevista completa puedes leerla en nuestra edición impresa de Revista Velvet y también a través de la nueva suscripción digital.