En un mundo donde los chats grupales de WhatsApp suelen dividir a la humanidad entre quienes los adoran y quienes los silencian de por vida, hay uno que no se parece a ningún otro.
Se trata del chat privado que comparten algunas de las princesas europeas herederas al trono: Amalia de Holanda, Elisabeth de Bélgica e Ingrid de Noruega. Un espacio digital que va más allá de la etiqueta: se ha convertido en un lugar de apoyo, complicidad y confesiones en confianza.
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Aunque sus predecesores dependían de cartas selladas y visitas de Estado para mantenerse en contacto, estas jóvenes royals navegan la era digital con naturalidad. “Son superamigas”, confirmó el corresponsal de realeza Wim Dehandschutter en The Australian Women’s Weekly, subrayando el estrecho vínculo entre las herederas.
Amalia, princesa de Orange y futura soberana de los Países Bajos, fue la primera en referirse públicamente a este grupo exclusivo: “Nos mantenemos en contacto porque todas vivimos vidas muy específicas y no necesitamos explicar mucho para entendernos entre nosotras“, explicó.
“Es bueno poder charlar con Elisabeth e Ingrid sobre cosas muy sencillas de nuestras vidas que nos resultan difíciles o que son diferentes para nosotras, como las amistades, la privacidad o las redes sociales. Hablamos sobre cómo lo llevamos“, continuó.
A sus 21 años, Amalia ha debido enfrentar desafíos que han marcado su formación: amenazas que la obligaron a abandonar Ámsterdam y buscar seguridad y anonimato en Madrid.
Elisabeth, de 22 años, hija del rey Felipe y la reina Matilde de Bélgica, es graduada de Oxford y actualmente cursa un máster en Harvard.
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Desde Noruega, Ingrid Alexandra, de 20 años, ha optado por una ruta menos predecible. Tras completar un periodo de entrenamiento militar, anunció que se trasladará a Australia para continuar sus estudios universitarios en Sídney. Una decisión que ha generado debate entre los expertos reales, dada la distancia que implicará respecto a sus deberes institucionales.
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¿Y Leonor? Aunque no se ha confirmado su participación en el grupo, su presencia ronda como un rumor persistente. La princesa de Asturias, que este año cumple 19, sigue combinando con disciplina su formación castrense con una agenda creciente de actos oficiales. Al parecer, la reina Letizia mantiene una postura estricta respecto al uso de dispositivos, lo que podría explicar la discreción digital de su hija.
