La conciencia por el impacto ambiental aumenta y la salud, ha dejado de ser tendencia, y en ese sentido la cosmética natural pasó a convertirse en el aliado perfecto. Sin embargo, al no ser expertos en el tema, necesitamos conocer los ingredientes y sus funciones, así como también los mitos al respecto.
Para ello, Clara Valenzuela, químico farmacéutico, experta en formulaciones naturales y una de las impulsoras más destacadas de su desarrollo en Chile, y fundadora de Abracadabra, la primera marca nacional de skincare water less, nos introduce en el tema y aclara dudas.
Según Valenzuela, los ingredientes más usados actualmente en la cosmética natural global incluyen extractos vegetales como el de matico, murta y maqui; aceites vegetales como el de avellana chilena, arroz y café; aceites esenciales como lavanda, mirra y romero; e hidrolatos como el agua de rosas, coco, romero y kiwi.
“Elegir un top 5 no es fácil, porque depende mucho de la planta y de los estudios de eficacia que existan. Pero si tuviera que nombrarlos, serían estos”, explica Clara:
Raíz de ashwagandha (Withania somnifera): “Ayuda a la piel a gestionar y recuperarse del estrés que puede provocar envejecimiento prematuro y opacidad”.
Sangre de dragón (Croton lechleri): “Actúa como activo antienvejecimiento, antiinflamatorio, antioxidante y protector”.
Kombucha (Saccharomyces/Xylinum/Black Tea Ferment): “Se utiliza para mejorar la calidad general de la piel, su luminosidad, suavidad y color”.
Algas rojas (Chondrus crispus): “Proporciona hidratación, regeneración, función barrera, crioprotección y reducción de arrugas”.
Ácido hialurónico vegetal (Sodium Hyaluronate): “Hidratante por excelencia, ayuda a mantener la firmeza de la piel”.
En Chile existen varios ingredientes naturales permitidos para su uso en cosmética, aunque las materias primas endémicas autorizadas aún son limitadas. “Las únicas autorizadas actualmente son el aceite de rosa mosqueta, extracto de matico, extracto de cochayuyo, extracto de murta, aceite de avellana y extracto de quillay”, precisa Valenzuela.
Entre los ingredientes que aún no están autorizados, pero que Clara considera de gran potencial, destacan el calafate y la nalca, propios del ecosistema chileno.
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Clara observa un cambio profundo en los consumidores. “Estamos frente a un cliente más estudioso con los ingredientes, más consciente, que quiere usar productos sustentables y que entiende la importancia del origen y del proceso de formulación”, sostiene.
Sin embargo, Chile enfrenta una barrera importante para avanzar en este campo. “Falta investigación científica en las universidades sobre las plantas endémicas, y también faltan empresas que desarrollen ingredientes activos naturales de manera local”, subraya la fundadora de Aqualab.
Desde su experiencia como formuladora y científica, Clara Valenzuela quiere despejar algunas ideas erróneas que persisten en torno a la cosmética natural:
“Los productos cosméticos no son medicamentos, por tanto no sanan la piel”.
“No todos los productos sirven para cualquier tipo de piel”.
“Un envase con un sticker que dice ‘natural’ no garantiza que el producto lo sea realmente”.
“No todo lo que tiene un nombre botánico es una materia prima natural; importa cómo se obtiene y procesa ese ingrediente”.
“Decir que un producto es malo solo porque tiene ‘químicos’ es incorrecto: todo es química, incluso los procesos como la destilación de aceites esenciales. Lo que es más preciso es identificar si el producto es natural o sintético”.
“Para ser considerado natural, un cosmético debe tener más de un 95% de materias primas certificadas como naturales”.
“No se puede usar ácido ascórbico directamente en la piel; para aplicar vitamina C de forma segura, debe estar estabilizada como Ascorbyl”.
Ante tanta oferta, Valenzuela entrega algunas claves para hacer una buena elección:
“Es fundamental que los ingredientes estén detallados con su nombre botánico en el envase. Por normativa, en el rótulo los ingredientes se ordenan de mayor a menor concentración”.
“Si un producto dice ser 100% natural pero en la etiqueta aparece ‘parfum’, entonces no es natural”.
“Debe estar registrado ante la autoridad sanitaria, y para eso el número de registro debe incluir una letra C, lo que indica que el producto es seguro de usar”.
Consciente del impacto ambiental de la industria cosmética y la necesidad de nuevas propuestas, Clara lanzó Abracadabra, una línea water less de cuidado facial —en ésta utilizó un 75% menos de agua que el promedio en su formulación—, algo inédito en el mercado chileno. “Estamos cambiando la forma de hacer cosmética, entregando productos de alto estándar y eficacia en el uso y pensando en la sustentabilidad desde el origen del producto hasta su aplicación final”, concluye.
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