Tras dejar en alto el nombre del país en el Miss Universo, la actual Miss Chile repasa su excelente momento profesional y personal. Acá, habla en extenso del amor que se profesan con el deportista Sammis Reyes, pero también de sus propias inseguridades, de sus demonios internos y de cómo los enfrenta. “Yo abrazo mi caos, así lo calmo”, cuenta mientras que, en exclusiva, adelanta que ya prepara sus próximos grandes desafíos: otro concurso de belleza y ser embajadora de Pantene.
Fotos Ozcar
Esta entrevista se realizó en dos partes. Al principio, un pequeño acercamiento en primera persona a la mujer más linda de Chile. Así al menos lo dice el título con el que Emilia Dides, una joven de 25 años de Santiago, conquistó a todo un país y aunque no se llevó la corona de Miss Universo, claramente fue una ganadora. En esta primera parte me dediqué a observar a esa Emilia Miss. La que posa frente a las cámaras de Ozcar para Velvet, con un pelazo espectacular que destaca en cada movimiento, mientras que al otro lado de los flashes la observaban al menos unas quince personas. Ahí todo era glamour y el momento parecía sacado de una escena del video musical de George Michael “Too Funky”, en donde varias supermodelos de los 90 desfilaban por la pasarela con diseños icónicos de Mugler, Versace o Jean Paul Gaultier. Pero no se necesitaba a Naomi Campbell, Linda Evangelista o Tyra Banks.
La sola presencia de esta diva nacional con su calma, entrega y dedicación hizo perfecto ese día entero en que se tomaron las fotos que acompañan esta entrevista.
La otra parte fue nuestra conversación en la intimidad de su hogar. Me recibe de jeans y con un polerón muy a la moda, está vestida de un total gris, y si bien su pelo ya no tiene ondas sigue viéndose sano al natural. La ausencia de maquillaje en su rostro hace que sus impactantes ojos, de esos que parecieran hablar por sí solos y desnudarte el alma, sean los protagonistas de una jornada más calmada, en donde Emilia ríe, se emociona, recuerda momentos claves de su vida y habla del amor. Ese amor del bueno que la tiene viviendo un romance precioso con el deportista Sammis Reyes. Todo bajo la atenta mirada de Fercha, su exchaperona en el concurso de belleza, una joven mexicana que nunca la abandonó, en especial, en esos días en que Emilia casi no comía, dormía cuatro horas y tenía que compartir con gente que no era de su total agrado.
Esa chaperona mexicana, hoy es su gran amiga y también su manager. “En el concurso me decían ‘ten cuidado con las chaperonas porque van a querer parecer tus mejores amigas, te van a consolar y ayudar, pero en rigor, solo quieren sacar provecho de esto’. Pero en Fercha vi todo lo contrario, vi una amiga que me ayudó en los momentos más difíciles del concurso; así que le ofrecí que se viniera conmigo a Chile y trabajáramos juntas. Y aquí estamos haciendo cosas maravillosas”, dice. Y agrega: “Estoy segura de que yo vine a esta vida con un gran propósito. ¿Cuál es? Aún no logro descifrarlo del todo, pero tengo muy claro que ayudar a los demás, inspirar a las nuevas generaciones y cumplir mis sueños son parte de aquello”, cuenta Emilia, mientras toma un sorbo de agua y contempla el atardecer de un Santiago aún caluroso, y remata con un contundente: “Siempre vivo en constante cambio”.
–Emilia, en lo más íntimo de ti. ¿Cómo viviste esas semanas de concurso en Miss Universo? Te lo pregunto porque lograste que un canal de televisión transmitiera la final después de décadas, que un país entero se uniera y tuviera la esperanza de contar con otra chilena como Miss Universo. ¿Pero qué sentía esa joven de 25 años en esos momentos?
–Sinceramente, el Miss Universo fue de las etapas más caóticas y más lindas que he vivido. Había días en que tenía mucha ansiedad, otros en que estaba mejor, pero siempre tuve claro mi propósito. Imagínate que hace un par de años yo no sabía caminar como modelo en una pasarela, soy cantante, y ahí mi familia me mandó a Colombia a especializarme y a estudiar todo lo que tiene que ver con un certamen como este.
–¿Eres muy perfeccionista?
–Sí y también he aprendido a dominar mis pensamientos con el tiempo. Creo que es importante hablar de salud mental, de visibilizar estos temas como la ansiedad y los tratamientos. Lo que no estás cambiando, lo estás eligiendo. Y eso me costó mucho entenderlo cuando tuve depresión. Entonces, ahora, todas las cosas negativas de verdad las veo como una oportunidad de que se transformen en algo positivo.
–¿Cómo fue ese periodo de depresión?
–Estuve ocho meses tomando pastillas y se me hizo muy difícil dejar de tomarlas y saber que no las iba a necesitar nuevamente. Mi cabeza es de verdad mi aliado, pero también llegó a ser mi peor enemigo. Logré controlar esos malos pensamientos y el agobio. En un momento de mi vida quería renunciar, ya no daba más. Y encontré fuerzas donde no sabía que había.
–¿Y dónde estaban esas fuerzas?
–Adentro de mi corazón. Adentro de la vida, dentro de mis ganas de seguir viviendo. Yo sé que tengo un propósito súper lindo aquí.
–¿Cuál es?
–No sé cuál es en este exacto momento, pero todo lo que estoy viviendo tiene que ver con eso, con inspirar a niños que me abrazan en la calle, que me dicen gracias por lo que has hecho, gracias por seguir tu sueño y por inspirarme a seguir los míos.
–¿Te han dicho que hablas con los ojos? Es bien impactante tu mirada…
–(Ríe). Sí, hablo mucho con mi mirada. Soy muy intensa en el buen sentido de la expresión. No puedo disimular si estoy molesta, por ejemplo, porque los ojos siempre me van a delatar.
–¿Cuál es tu sueño, finalmente? ¿Tu sueño va por el lado del canto? ¿Por inspirar a los demás? ¿Quieres ser una gran estrella de Hollywood? ¿Quieres ser una gran actriz en Chile?
–No tengo solo uno. No me gustaría encasillar mi vida y mi futuro. Creo que puedo ser madre, creo que puedo ser inspiración, creo que puedo ser actriz, creo que puedo con lo que me proponga. Realmente no es egocentrismo, sino seguridad. Soy súper competitiva, no con otras, sino conmigo. Y eso me sirvió mucho porque yo no sabía lo que iba a pasar mediáticamente en Chile, ni el impacto que iba a causar el Miss Universo ese 16 de noviembre de 2024. Pero sabía que no iba a estar tranquila si no daba mi cien por ciento.
–¿Quiénes son tu refugio hoy?
–Yo tengo mi familia y tengo un colchón súper bonito, de verdad; puro amor y ninguna espina, gracias a Dios, porque lo he elegido. Pero llegó un momento en que dije que no hay nadie más que me vaya a sacar de los malos momentos que yo misma. A veces tenía cero ganas, pero me tenía que levantar. Ahí es cuando cambian las cosas. Yo me preguntaba ‘¿por qué me está pasando esto? ¿Por qué tengo esta pena? ¿Por qué tengo esta rabia? Y empecé a escucharme de dónde venía. ¿Quién me la trajo? ¿Qué trauma del pasado? ¿Es de mi infancia? Y listo, se supera de alguna forma. Por ejemplo, hoy digo ‘necesito perdonar esto, necesito perdonarme esto, necesito perdonar a esta persona aunque no me haya pedido perdón’. La mente es todo. Y está como dividido. De verdad que siento que todo el mundo tiene en su cabeza una división increíble. Esa división son el demonio y el ángel en tu mente. Y el demonio es muy potente.
–¿Cómo lo lidias con los demonios en tu cabeza?
–Les hablo, ya les hablo. Les explico por qué yo quiero estar del lado del ángel, del lado del optimismo. Optimismo, esa es una buena palabra que no usaba hace tiempo. Les hablo y yo sé que están y no se van a ir. Yo tengo demonios. Fui una mujer muy celosa, fui una mujer súper insegura. Me conocí en mi etapa de carrete y siento que nunca más volverá esa Emilia.
–¿Tuviste alguna relación abusiva en esa época?
–He tenido relaciones donde no me han visto como la mujer que soy, como la mujer que yo sé que soy. Y por primera vez hoy veo que me quieren como soy. No por lo que tengo, no por haber estado en Miss Universo, sino por lo que soy.
–Vamos a ir al tema del amor más adelante. Pero quiero centrarme también en el momento que estás ahí en el escenario, en Miss Universo, y no pasas entre las cinco. ¿Qué pasó por tu mente? Porque todos sentimos que igual fuiste ganadora.
–Es que previo a no entrar al top cinco, yo no estaba entrando al top treinta. Entonces ya había vivido la frustración, la posibilidad de no entrar. Y la frustración iba mucho más allá de lo que yo voy a sentir. Era que estaba toda mi familia esperando algo que quizás no pasaba. Y ahí también estaba esa pelea, como penar: qué lata que hayan gastado plata, hayan invertido, estén acá apoyándome y yo ni siquiera logré el top treinta. Y cuando me llaman de última al top treinta porque el público votó por mí, ¿qué más podía pedir? Una corona es solamente un accesorio muy bonito que puede ser caro y valer millones de pesos. Pero una reina es Lady Di, por ejemplo.
–¿Qué te pasó con Cecilia Bolocco? ¿De verdad que te mandó un mensaje antes? ¿Cómo fue ese episodio?
–Si no me equivoco, fue un día antes de la final o el día de la final. Fue un empujoncito de energía súper lindo y necesario. Porque yo sabía que cuesta llegar a Cecilia Bolocco, en el sentido de que tiene millones de cosas por hacer, y me manda un video. O sea, tomarse el tiempo de mandarme un video es lindo. Ella es muy amorosa; es nuestra verdadera reina. El año 1987, cuando salió Miss Universo, yo no pensaba ni nacer, pero, claramente, hoy es un tremendo referente, sobre todo por las causas sociales que representa. Me parece que nos debe llenar de orgullo lo que ha hecho con la Fundación Care, para destinar recursos a los tratamientos e investigación contra el cáncer.
–¿Cuál es tu próximo gran desafío después del Miss Universo?
–En exclusiva puedo adelantarte que mi próximo gran desafío será otro concurso de belleza, justamente este año. A mí solamente me gusta vivir lo que estoy viviendo ahora, que es lo único que tengo realmente tangible. El presente lo es todo.
–¿Cómo te cambió la vida de un día para otro con la fama?
–¡En ciento ochenta grados! Yo solamente puedo ver esto como una oportunidad de crecer aún más y de que esos niños vean en mí un ejemplo a seguir. Eso es lo que quiero. No quiero que busquen una réplica de mi persona en un futuro o que comparen a la próxima Miss Chile conmigo. Somos personas totalmente distintas. La verdad es que me gusta mucho que las nuevas generaciones me vean como una inspiración. Conectar con la gente me emociona profundamente. No sé por dónde partir y jamás en la vida me voy a cansar de agradecer eso, ese cariño y ese amor y esa confianza que depositan en mí, el que me tiene en donde estoy ahora.
–Cuando Cecilia Bolocco ganó en Miss Universo, le llovieron las ofertas laborales en todo sentido, en EE.UU. leyó noticias, hizo telenovelas para América Latina y terminó convirtiéndose en la gran diva de Chile. ¿Cuántas ofertas te han llegado?
–Gracias a Dios y gracias a la gente me ha llegado harto trabajo, y he sabido elegir. He tenido que tomar decisiones difíciles por marcas que son competencia directa, pero siempre mis decisiones las tomo y no doy vuelta atrás.
–¿Y la televisión te llama la atención?
–Sí, obvio. Pero no sé si en este momento, porque creo que me desconecté mucho de la música con el concurso y después de lo que ya te adelanté, quiero retomar mi carrera de cantante, la música siempre me ha apasionado y creo que fue un sello distintivo también que me jugó muy a favor en el Miss Universo.
Emilia siempre ha decretado todo lo que tiene y el amor no ha sido la excepción. Hace tres años, la cantante y ahora Miss Chile, se topó con la cuenta de Instagram del destacado deportista Sammis Reyes. Lo “stalkeo” como cualquier mujer a la que le puede llamar la atención y hasta tuvo la osadía de enviarle un mensaje. A los días se dio cuenta de que, por ese entonces, el deportista estaba casado, así que lo borró para no parecer irrespetuosa, pero también por un tema de orgullo, ya que ese mensaje nunca fue leído porque él no la seguía en redes sociales. Eran otros tiempos. Hace unos meses ella se acordó de él porque en un programa de televisión le preguntaron a qué hombre le gustaría conocer y, sin dudarlo, Dides respondió “Sammis Reyes”.
“Luego de esa entrevista me puse a investigar qué había sido de su vida en estos tres años y ¡me di cuenta de que estaba soltero! Y que ahora era él quien me seguía en Instagram, así que nos empezamos a seguir. Me imaginé que un hombre como él tomaría la iniciativa de hablarme por mensaje privado e invitarme a salir… Cosa que nunca pasó (ríe)”, confidencia.
Días después fue ella quien tomó la decisión de hablarle y él le respondió de manera muy caballerosa. Era cosa de tiempo para que la primera cita se materializara. Y así fue… Desde la primera salida a comer no se separaron más y hoy viven una intensa y linda relación, un romance maduro y de mutua admiración que ya va por su cuarto mes.
–¿Es verdad que a los pocos días te pidió pololeo? Muchos podrían pensar que van muy rápido.
–Fue todo muy rápido. Él es muy rápido y yo soy muy rápida. Y me encanta haber coincidido con alguien como él. Conocer a alguien que tiene el mismo nivel de intensidad, el mismo nivel de compromiso… ¡Súper lindo! ¿Quién dice que los tiempos para avanzar en una relación son estos o aquellos? Yo no creo en eso y nadie me lo va a imponer.
–¿Qué es lo que más te gusta de Sammis?
–Es evidente que tiene un encanto que llega a primera vista por su físico y sus hermosos ojos, pero lo que más me gusta de él es su personalidad. Es súper espontáneo. También habla por los ojos. Tiene una mirada muy impactante, igual que yo, por eso siento que nuestras almas conectaron, ya que podemos ver el alma de las otras personas a través de las miradas. También me gusta su forma de pensar y me gustan los proyectos que tiene para su vida, como en su día a día. Pero también me gusta que él se despierta todos los días queriendo ser su mejor versión. Y es lo que siempre he dicho antes de conocerlo, toda mi vida he buscado mi mejor versión. De verdad siento que el alma de Sammis conectó con la mía.