El príncipe Harry ya no tiene dudas: su vida lejos de la familia real es definitiva. Para muchos, su decisión es el resultado de una rebelión contra el papel de “repuesto” que se le asignó al nacer, mientras que otros creen que esta idea siempre estuvo solo en su cabeza.
Según la biógrafa real Ingrid Seward, directora de la revista Majesty, el verdadero problema de Harry estaría en la educación permisiva que recibió, especialmente por parte de su padre.
“Si Carlos hubiera sido más firme con Harry. Y en cierta medida, con William, durante sus años de formación, tal vez no le habrían causado tantas preocupaciones”. La experta señala que el rey fue “demasiado indulgente”, permitiendo que su hijo hiciera prácticamente lo que quisiera.
En su libro Spare, Harry dejó en claro cómo se sintió dentro de la monarquía británica: “Fui traído al mundo en caso de que algo le pasara a Willy. Nací para brindar apoyo, distracción, entretenimiento y, si era necesario, para ser un repuesto. Un riñón, tal vez. Una transfusión de sangre. Un fragmento de médula ósea”.
Sin embargo, Ingrid Seward no está de acuerdo con esta versión. En su más reciente libro, My Mother And I, la escritora desestima el relato del duque de Sussex. “Esto es completamente falso”, señaló.
“Pero es la manera en que Harry eligió verse a sí mismo, y ha permitido que esta percepción domine su vida hasta el punto de convertirla en su carrera“. En otras palabras, según Seward, Harry habría decidido asumirse como víctima. Y ha dirigido su resentimiento hacia la familia real y, en particular, hacia su hermano William.
Que los hijos de Lady Di crecieron con más libertad que otros royals es un hecho conocido. Diana siempre quiso que tuvieran una infancia lo más normal posible, y cuando ella murió, Carlos intentó no quitarles esa independencia.
Sin embargo, parece que con el tiempo se ha cuestionado su decisión. “Creo que Carlos probablemente lamenta no haber sido un poco más estricto, porque podría haberles dado a ambos algunos límites adicionales“, dijo Seward en su conversación con Fox News.
A diferencia de Diana, que siempre fue espontánea y afectuosa con sus hijos, Carlos nunca destacó por ser expresivo. Uno de los reproches más duros de Harry hacia su padre ha sido la falta de muestras de cariño, especialmente los abrazos.
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Pero, según Seward, esto no es sorprendente: “A Carlos, después de todo, nunca le enseñaron a tener contacto físico, por lo que difícilmente podría haber practicado con sus hijos algo que él mismo no conocía“. Incluso su relación con Isabel II solo se consolidó en su vida adulta, ya que de niño pasó más tiempo con niñeras que con su madre.