Revista Velvet | Level Up: Este mes probamos KO Urban Detox Center ¡Energía colectiva!
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Level Up: Este mes probamos KO Urban Detox Center ¡Energía colectiva!

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Level Up: Este mes probamos KO Urban Detox Center ¡Energía colectiva!

POR Sole Hott | 28 febrero 2025

No es nuevo para mí, es más, lo practiqué durante su debut en Chile. Por lo tanto, esto se trata de un reencuentro con un sistema de entrenamiento que, si tuviera que definirlo en tres palabras, sería: sudor, corazón e intensidad a tope.

¿Qué recordaba de mi paso anterior por KO? Clases entretenidas, muy arriba energéticamente, alto cardio y potencia; también secuencias que no podía seguir y un agotamiento que –más allá de dejarte extenuada– se vuelve adictivo. ¿Lo que había olvidado? El nivel de coordinación y concentración que se requiere, junto con la sonrisa con que sales de la sala de clases.

A simple vista, y sin haberlo vivido, es fácil pensar que se trata de dar golpes al aire entre muchos saltos y gritos, pero lo cierto es que estas sesiones van más allá. “Más que algo solo físico, es un entrenamiento para la vida”, explica una de sus directoras, Claudia González. Por lo mismo, esos ‘golpes al aire’ son dirigidos y terminarán por sacarte un grito, liberando estrés.

CLASES ‘SORPRESA’

Cada vez más personas disfrutan del deporte y buscan formatos que involucren algo más que lo físico. Pues bien, en KO se combina el cuerpo con lo mental y emocional. “Acá vienes a tener una experiencia distinta cada día y que te saca de tu rutina para trabajar tu cuerpo en un peak máximo, pero que también trabaja interiormente”.

La consigna es dejar lo cotidiano afuera. Su intensidad requiere de un alto nivel de concentración, ya que al meter tu cabeza en esos 40 minutos pensarás únicamente en el nivel de sudor que puedes alcanzar.

El sistema KO integra cuatro disciplinas: artes marciales –por la agilidad y resistencia–, los golpes de box, el yoga –que ayuda a la postura– y entrenamiento militar con el peso de tu propio cuerpo. A esos pilares también se le suman implementos.

Todas las clases son diferentes. La base es KO, full cardio y que consiste en una serie de secuencias. Otra es KO-Bootcamp, que combina cardio y fuerza. También está KOBox, que integra fuerza, cardio, resistencia y soul yoga. Y a estas variaciones se suma KO90: un programa integral y progresivo que dura 12 semanas, en el que se trabaja tu fuerza, potencia y flexibilidad, y que reestructura tu cuerpo.

Cuando entras a la sesión, nunca sabes lo que te espera ni mucho menos cómo vas a terminar. Yo probé KO y, si bien soy una persona que practica deporte a diario y multidisciplinar, confieso que la exigencia es tal que hubo un momento en el que pensé: ¡Qué hago aquí!

¿Fue el fin? ¡No! Pronto apareció ese momento de desafío personal en el que me dije ¡Esto no me la va a ganar! Y lo logré.

Son 40 minutos de resistencia y agilidad en el que los entrenadores y asistentes te contagian de esta ‘euforia de sudor y energía’ al máximo.

A TU RITMO

Uno de los beneficios que tiene KO es que es multinivel. Así como partes siendo la más perdida de la clase –y sudando hasta la última gota que te quedaba en el cuerpo–, a medida que pasan las sesiones mejoras tu resistencia, capacidad de movimiento y ejecución. Eso sí, nunca dejarás de quedar empapada. “Tenemos alumnos desde los 17 hasta los 74 años, porque trabajas con el peso de tu cuerpo, por lo que cada persona vive un proceso distinto”, detalla Claudia.

KO es coordinación, concentración y por eso trabajas tanto tu mente. “Tienes que vivirlo aquí y ahora, es desconexión total. Por eso es una metodología para la vida”, explica la trainer y agrega: “Lo lindo de KO es que vives un proceso a tu ritmo. Hay una energía colectiva que te eleva. Además, es una buena opción para complementar otras disciplinas”.

Claudia llegó en los inicios de esta disciplina, pero como alumna. Luego, por consejo de un extrainer KO, se sumó como instructora de yoga y ahora la vemos como directora con su novio, Sebastián Yáñez. Él entró en este mundo porque ella le pidió que la acompañara a una sesión porque necesitaban hacer duplas. ¿El resultado de esa primera experiencia? Amor a primera clase.

Aquella historia es un reflejo de lo que es KO: un formato que –más allá de lo duro que puede sonar, verse y sentirse– se va apoderando de tu cuerpo poco a poco y que contagia sin previo aviso. Las sonrisas las verás durante toda la sesión, como también las caras con su cuota de sufrimiento, pero se trata de uno bueno.

Al final de la clase no solo pasé el desafío personal, también volví a la calma, algo que el cuerpo agradeció. Vino la respiración, posturas de yoga y soltar el estrés. Personalmente, durante esos minutos podría perfectamente haberme quedado dormida.

La mejor forma de conocer lo que es KO es probarlo, porque todo lo que imaginas viéndolo desde afuera –con los gritos y la música intensa– no logra expresar lo que desarrolla cada clase.

KO Urban Detox Center:

Dónde: Casa Jacinta, en Chicureo, y Nivel 3 del Casacostanera.

Planes de clases online: https://iliveko.com/locales/ch/

Instagram: @ilivekochile

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