Robert Waldinger es un experto en felicidad humana de la Universidad de Harvard y reflexiona sobre la vida, las relaciones humanas y las conexiones. Sobre lo mismo, asegura que “en momentos de incertidumbre no te digas ‘todo va a ir bien'”. ¿Por qué no? ¿Qué decir en cambio? Aquí te lo contamos.
El sitio web de Telva, ha compartido una de las reflexiones que hace el experto al recordar un fragmento koan zen. Uno que, asegura, nos cambia la forma de vernos a nosotros mismos y a mundo.
El fragmento relata la conversación de un monje con el Maestro Zhaozhou. “Cuando nos visitan tiempos de gran dificultad, ¿cómo debemos recibirlos?”, pregunta el alumno. A lo que el Maestro responde: “Bienvenido”.
Waldinger, revela al medio citado, que la primera vez que leyó este fragmento quiso saber cómo y cuándo se había dado esta conversación. Y fue a principios del siglo IX en China. “En el siglo VIII, China florecía en las artes, las ciencias y la filosofía. Era una época dorada. Pero todo cambió de repente. La rebelión de An Lushan marcó el comienzo de una década de guerra civil, hambruna y enfermedades tan terribles que dos de cada tres personas en China murieron durante esa década. Fue una época de horror y colapso total. El encuentro entre el Maestro Zhaozhou y su alumno ocurrió poco después de eso”, cuenta Waldinger.
Entonces, ¿qué significa “bienvenido” ante dicho escenario? “Significaba lo mismo que significa hoy: lo único que podemos hacer es dar la bienvenida a los acontecimientos. En el nivel más profundo, esta afirmación significa que todas las cosas cambian, no hay nada permanente, y lo único que podemos hacer es, o fingir que el mundo no cambia, o mirar de frente al cambio y aceptarlo”, explica el experto.
Además, explica que no podemos tener la seguridad de que la vida sucederá como esperamos o predecimos. Y para ahondar en esto, cita una historia de la tradición taoísta.
Un granjero y su hijo tenían un caballo que querían mucho y el que los ayudaba a ganarse la vida. Un día, el caballo se escapó y sus vecinos vinieron a compadecerse: “Tu caballo se escapó. ¡Qué mala suerte!”. A lo que el granjero respondió: “Tal vez, tal vez no. Ya veremos”.
Días más tarde, el caballo regresó y trajo con él algunas yeguas salvajes. Entonces, los vecinos celebraron. “Tu caballo ha vuelto y ha traído varios caballos a casa. ¡Qué gran suerte!”, dijeron. “Tal vez, tal vez no. Ya veremos”, respondió el granjero.
Luego, su hijo intentó domesticar a una de las yeguas, pero terminó rompiéndole una pierna. Una vez más, los vecinos se compadecieron: “Qué mala suerte”. Y el granjero insistió con su “Tal vez, tal vez no. Ya veremos”.
Semanas más tarde, el emperador envió a sus soldados a buscar nuevos integrantes para el ejército. Sin embargo, no se llevaron a su hijo, ya que todavía no se recuperaba de su pierna. “¡Tremenda suerte!”, comentaron los vecinos. Una vez más, el granjero respondió: “Tal vez, tal vez no. Ya veremos”.
Para Robert Waldinger, esta historia tiene mucho que ver con momentos de ansiedad e incertidumbre, ¿Por qué? Para él es simple, y asegura que no debemos caer en la clásica frase de consuelo “No te preocupes, todo va a estar bien”. Para él aceptar la realidad es lo que realmente nos ayuda. Y debemos pasar por estos cambios inevitables con valentía y realismo, y no con una ilusión.
“No tenemos que averiguar todo de antemano. No tenemos que saber lo que va a pasar, ni siquiera lo que vamos a hacer a medida que se desarrollan las cosas. Simplemente tenemos que mantenernos despiertos y conscientes. Y no rendirnos”, explica. Y agrega que todos somos un testimonio de que el sufrimiento existe porque todos atravesamos el dolor, la ansiedad y la desesperación.
“La vida incluye momentos de claridad y momentos de confusión, momentos de alegría y momentos de tristeza. Y es un gran consuelo saber que no estamos solos, que todos vivimos así”, dice Waldinger. Entonces, de acuerdo al experto, cuando decidimos aceptar lo que nos ocurre, es cuando podemos tomar estas olas de la vida e inspirarnos en ellas para actuar y avanzar. Y es muy claro al decir que quien intente decirnos lo contrario solo nos está vendiendo ilusiones.
Por lo tanto, dice él, “en momentos de incertidumbre no te digas ‘todo va a ir bien’ sino ‘tal vez, ya veremos’. Y no te rindas”.
