Después de que los reyes de España, Felipe VI y Letizia, acompañados por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente regional de Valencia, Carlos Mazón, visitaran el municipio de Paiporta, epicentro de las devastadoras inundaciones en la Comunidad Valenciana, el ambiente se tornó intenso.
A su llegada, los habitantes los recibieron con gritos y reclamos, exigiendo respuestas por lo que consideran una falta de apoyo y prevención ante la tragedia que ya ha cobrado más de 200 vidas, el peor desastre natural en España en lo que va de siglo.
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La situación fue caótica. Los asistentes lanzaron bolas de barro, palos y otros objetos a las autoridades en señal de protesta, visiblemente molestos por no haber recibido avisos oportunos de las tormentas que arrasaron el martes y que dejaron estragos a su paso.
En medio de la tensión, el presidente Sánchez fue retirado del lugar tras ser empujado y hasta golpeado por un palo en la espalda, mientras uno de los vehículos de la comitiva presidencial sufría daños con los vidrios destrozados.
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Sin embargo, Felipe VI y la reina Letizia se quedaron un rato más, con las ropas y el rostro manchados de barro, intentando dialogar con los vecinos que continuaban expresando su indignación.
La reacción de Victoria Federica, sobrina del monarca e hija de la infanta Elena, no tardó en llegar. Y sorprendió a sus seguidores al romper su postura de neutralidad y publicar un contundente mensaje de apoyo a su tío.
“Él (Felipe VI) da la cara cuando los demás huyen. El único servidor público que está siempre donde debe. Yo, con el rey”, escribió la influencer de 24 años, en una de sus historias, junto a una imagen del rey en su visita a Paiporta.
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Aunque Victoria suele mantenerse alejada de la política, esta vez no dudó en dejar clara su postura. En otra publicación, lanzó un dardo al presidente del Gobierno: “El rey que no tiene poder ejecutivo, se queda a dar la cara”.
“Pedro Sánchez que lo tiene, huye. Y así es como se resume todo. Un rey que sufre por su pueblo. Y un presidente que lo desprecia”. Su mensaje, resaltó la diferencia entre las reacciones de ambas figuras.
Mientras Felipe VI, con el rostro y el abrigo manchados, continuaba avanzando y tratando de calmar a los voluntarios en Paiporta, Letizia también se mostró afectada, intentando conectar con los vecinos que no dejaban de gritar.
La tensión aumentó tanto que la seguridad de los monarcas optó inicialmente por abrir paraguas para protegerlos de los proyectiles de barro, pero luego los cerraron, permitiendo que Felipe siguiera su camino entre el tumulto.