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Un emotivo momento fue revivido por Florencia Araneda, hija del reconocido animador Rafael Araneda y Marcela Vacarezza, durante el más reciente episodio del podcast familiar Tenemos que hablar.
En el primer episodio de la segunda temporada del programa, los miembros de la familia leían cartas con preguntas que debían contestar. Y en uno de sus turnos, a Florencia le tocó: “¿Cuando fue la última vez que lloraste?”.
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La hija mayor de los animadores, reveló que suele llorar con frecuencia. Sin embargo, Rafa recordó un episodio en particular que habría ocurrido días atrás al regresar a Estados Unidos desde Chile.
Justo al aterrizar, Florencia fue seleccionada por las autoridades del aeropuerto para un control aleatorio. Aunque este tipo de inspecciones son comunes, para ella se transformó en un episodio traumático debido al trato que recibió.
“De repente me llama y me dice: ‘Papá, papá, me están llevando a una sala y la maleta, te tengo que cortar, estoy en policía’“, señaló el conductor sobre su hija, quien le contaba entre lágrimas mientras era trasladada.
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Rafael, tratando de mantener la calma, decidió no informar a su esposa de la situación para evitar preocupaciones. Sin embargo, la espera se hizo interminable.
“Es que fue atroz. Me trataron como una transportadora de drogas en el aeropuerto de Estados Unidos. Fue la peor experiencia de mi vida”, confesó con un tono de mezcla de risa y llanto.
Florencia relató cómo tuvo que pasar por múltiples controles con diferentes oficiales. “¡Me estaban esperando en todos lados!”, exclamó, lo que la llevó a revivir los momentos de tensión.
Sus hermanos, Martina y Vicente, también compartieron anécdotas similares, pero Rafael destacó: “A ella le sabían el nombre. Una cosa es que te hagan pasar a la sala de atrás, que hacen pasar a mucha gente”.
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La joven recordó que inspeccionaron todo. “Me abrían las cremas, revisando cada crema. Veían, revisaban”, reveló. A pesar de su nerviosismo, logró enfrentar la situación, pero al reunirse finalmente con sus padres, las lágrimas fluyeron.
