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Nueva York, la ciudad que ha inspirado tantas canciones, el lugar que nunca duerme, el corazón de las artes, la arquitectura, la gastronomía y los espectáculos. ¡Tanto se puede decir de NYC! Todo puede suceder y los poetas dicen que ninguna otra ciudad te inspirará tanto.
Vivir en Dumbo, Soho, West Village y Williamsburg podría ser un sueño para muchos, pero varios neoyorkinos están optando por alejarse de los barrios más populares. La revista “New York Magazine” aseguró que los corredores de propiedades están pasándolo mal porque sus clientes se aburrieron de los tiktokers.
El medio aseguró que se trataba de la “maldición del creador de contenido” porque vecindarios que antes era discretos ahora son el centro de atención de los influencers. “Se ponen nerviosos por ser atrapados para siempre en el fondo de TikTok de alguien”, explicó “New York Magazine”.
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Por estos días, los barrios anteriormente mencionados son los más rechazados de los compradores porque quieren privacidad y detestan los influencers y turistas con trípodes. “Si bien las hordas de turistas no son nada nuevo, hay algo desconcertante en la cantidad de pantallas alrededor para capturarte comprando tu café por la mañana”, informó un corredor de propiedades a la publicación.
Se requiere paz y creatividad para vivir cerca del departamento de Carrie Bradshaw ubicado en el Upper East Side o cerca del restaurante italiano Via Carota donde además suelen ir celebridades. Muchos neoyorkinos están colocando plantas estratégicamente en los escalones de sus casas para que la gente no se tome fotos ahí, al igual que letreros con la frase “propiedad privada sin intrusión”.
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“Mis clientes huyen de lugares estilo TikTok. Muchos compradores quieren salir del ajetreo y bullicio de la tienda de bagels que ahora es el punto caliente. Ni supiera pueden pasear sus perros sin ver a diez personas con sus cámaras”, explicó Ashley Jeudy, corredora de Brown Harris Stevens.
Por estos días, la gente quiere cambiarse a la tranquilidad del Upper West Side o Park Slope de Brooklyn. “Toneladas de humanos reales. Conozco al carnicero. No hay creadores de contenido”, explicó alguien a la revista.
