Ya no sabemos si la sociología o el marketing nos ha llenado de etiquetas tanto para nombrarnos de una generación u otra (millenials, centenials, xennials, boomers), con nuestro origen social, y también por la orientación sexual de cada quién. Ahora, una nueva categoría se suma a las ya conocidas. Comenzaremos describiéndoles de qué va.
Muchas veces sucede que la atracción que sentimos por alguien comienza a partir de lo físico y luego por las emociones y la identidad del otro. Se tiende a pensar entonces, que la seducción física es antes del amor, y que la conexión inicial es por lo que tenemos frente a nuestros ojos. Pero no siempre es así. Hay quienes necesitan establecer una relación emocional para sentir luego una atracción corporal.
De esto va la Demisexualidad. Y es cómo se define a las personas que solamente sienten atracción física hacia personas con las que ya han establecido un vínculo afectivo. De buenas a primeras, no sienten la seducción y esto hace posible que se sientan atraídos por cualquier género. Sin embargo, no se debe confundir con lo que conocemos como bisexualidad.
Que exista un vínculo afectivo no implica una atracción sexual. Al igual que en el resto de orientaciones, todo depende las personas involucradas. Sin embargo, los demisexuales tienden a necesitar más conocimiento del otro e intimidad emocional con el otro para llegar a un contacto más erótico.
Varios estudios recogen esta orientación como una variante de la asexualidad. Estas son las personas que no experimentan atracción, ni desean tener contacto sexual. Algunas personas incluso sienten rechazo ante la idea de lo físico. Sin embargo, los demisexuales sí que sienten atracción, pero debe ser mediante un vínculo emocional previo. Muchas de las personas con esta orientación les cuesta comprender su situación.
Está comprobado que es la quinta orientación más común, pero está poco visibilizada y faltan referentes en los medios que hablen con soltura respecto a esta manera de vivir las relaciones. Es importante entender que es algo normal y que no hay nada de malo con tomarse el tiempo necesario para el amor y el sexo.