La excandidata presidencial habla de su duro 2021, cuando tuvo que deponer su candidatura “y no hubo solidaridad sino un tremendo silencio…”. Levanta la alerta por el trabajo de la Convención y advierte: “Estamos definiendo el futuro del país, no es un juego de Metrópoli, es el destino de Chile, de esta generación y de las que vienen. Esta puede ser una gran época o la peor de todas”.
Fotos Bárbara San Martín
Ximena Rincón dio esta entrevista desde sus vacaciones fuera del país junto a su familia y su pareja. Senadora por el Maule, una de las figuras más reconocidas dentro de la Democracia Cristiana, viene de transitar por uno de sus años más complejos, sino el que más en términos políticos. Un 2021 en el que esta abogada, exintendenta de Santiago, exministra durante el último gobierno de Michelle Bachelet, dos veces senadora, se lanzó como candidata presidencial luego de ganar las primarias internas de la DC. La parlamentaria recorrió el país, dice que se endeudó, pero solo alcanzó a estar cuatro meses en campaña cuando se vio forzada a deponer su candidatura. ¿La razón? El Partido Socialista –con su excompañero de gabinete Álvaro Elizalde a la cabeza– condicionó el apoyo unitario junto al PPD y el Partido Radical (la ex Concertación) solo con Yasna Provoste como candidata, en esos días presidenta del Senado y por entonces una de las figuras mejor evaluadas en las encuestas por su rol como mediadora ante el gobierno. Y su propuesta de “mínimos comunes” para aplacar la crisis derivada de la pandemia. Pero, como se sabe, en la primera vuelta Yasna Provoste obtuvo el quinto lugar. Un resultado que Ximena Rincón observó desde la testera del Senado, precisamente en el asiento dejado por la exministra de Educación cuando tomó el frustrado desafío. En todo ese tiempo, esta abogada –la primera mujer en presidir la Comisión de Hacienda en la historia de la Cámara Alta– nunca habló públicamente de su desazón, pero en esta conversación con Velvet hace un análisis a fondo, da cuenta de cómo lo vivió junto a su entorno más cercano y reflexiona sobre el futuro del país.
“Lo que me pasó no es un hecho aislado; habla de la situación en la que está nuestra política; hay demasiadas renuncias y poca convicción en defender las cosas en las que creemos y ahí lo mío es un ejemplo más y se extrapola a lo que hoy está pasando con la Convención Constitucional, mientras mi sector guarda silencio, critica en voz baja pero siente miedo de manifestar públicamente su desacuerdo”, dirá en un duro análisis a lo largo de esta entrevista.
“ME CUESTA ENTENDER LA POLÍTICA SIN LA DC”
“Sin lugar a dudas, fue un año intenso, muy complejo… Hasta ahora me cuesta encontrarle una explicación racional”, dice sobre su fallida candidatura en 2021. “No solo participé de una primaria donde fui elegida candidata sino porque recorrí todo el país y estuve con cuantas organizaciones te puedas imaginar. Y que eso no se respetara para mí fue brutal, no solo desde lo personal, sino que político; ofrecí a la ciudadanía un programa, un tipo de gobierno y, que todo eso se pasara a llevar, para mí fue muy fuerte… Por cómo se dieron las cosas, por la falta de sororidad, porque en el partido donde milito desde los 14 años tampoco me dieron una explicación y aceptaron el veto de otro partido político (el PS). Pero no hubo solidaridad, sino que un tremendo silencio… Eso es lo que más me dolió”.
–Nadie salió a defenderla públicamente… Ni de su partido ni de ningún otro. Tiene que haber sido un golpe fuerte…
–Pensé en mil cosas: en renunciar a mi partido, en abandonar a mi bancada, hacer un quiebre en la política… Pero ¿dónde me iba? A lo mejor estaría en el gran partido de los independientes, pero me faltarían mis referentes, mi mundo. No he encontrado dónde estar, no hay un lugar para mí, y además reconozco que me cuesta entender la política sin la DC, un partido tan importante para nuestra historia.
–Cuando dice que faltó sororidad, ¿se refiere a Yasna Provoste, a Carmen Frei?
–A los liderazgos femeninos en general. Hubo silencio, demasiado silencio…
–Usted también calló. No la vimos protestar ni reclamar por la injusticia…
–Porque los tiempos políticos en ese momento lo hacían necesario; había mucho en juego en el país para que mis dolores y mis convicciones ocuparan el primer lugar. Habría sido complejo.
–Finalmente, Yasna Provoste casi quedó última, ¿qué sintió?
–Me reafirmó que no era posible que un par de encuestas hubiesen determinado que bajara mi candidatura, aunque aquellos que se alinearon en mi contra las usaron como su herramienta para justificarse… Mi percepción en el territorio decía algo muy distinto y también la propia ciudadanía les pasó la cuenta por el comportamiento de la ex Nueva Mayoría al abstenerse de participar en las primarias de la centroizquierda (con Jadue y Boric), lo que se vio en el resultado.
Dice que vivió la tormenta “súper acompañada” por su pareja, el empresario textil Christian Cafatti. “En su época universitaria él fue de la DC pero hace tiempo que ya no… Estaba horrorizado, pero es muy apañador al igual que mis hijos, mi madre, mis hermanos y amigos, por quienes no tengo más que amor eterno y agradecimiento. Mis hijos, que son los más críticos de la DC, me decían: ¡mamá, sal de ahí, hasta cuándo sigues en ese partido! Dejaron de creerle hace mucho tiempo, por todo lo que me ha tocado vivir…”.
–En 2021 asumió en la testera de la Cámara Alta, dejada por Provoste cuando ingresó a la carrera presidencial.
–Fue algo que no busqué, pero cuando Yasna asumió como candidata, nuevamente aparecieron ciertas voces que quisieron vetarme. Ahí dije no, se acabó, esto es inaceptable y expresé derechamente en mi bancada que quería reemplazar a Yasna.
–¿Quiénes intentaron bloquearla?
–En los medios salió que a algunos senadores PS y PPD no les parecía que yo fuera presidenta del Senado, así que mandé el artículo a mi bancada diciendo que el veto a mi candidatura ya era suficiente, que esto ya era el colmo y que estaba dispuesta a tomar ese cupo que, por lo demás, era nuestro. Y fue un año intenso, en que me tocó liderar proyectos clave, como el IFE, la PGU, el presupuesto de la Nación, coordinar todo aquello y sacar adelante todos los proyectos, que fueron muchísimos.
“EL PRINCIPAL DESAFÍO DEL GOBIERNO DE BORIC ES UNA CONSTITUYENTE EXITOSA”
Ximena Rincón se amarra el pelo en una cola de caballo. “Hace calor acá”, dice por su lugar de vacaciones, aunque también la temperatura sube a medida que va desplegando sus preocupaciones. “Lo que viví el 2021 es un síntoma de la situación en la que está nuestra política. Hay poca convicción para defender aquello en lo que creemos. Hemos renunciado por temor a enfrentarnos al otro, por miedo a la funa en las redes sociales… Eso se nota en lo que sucede con la Convención Constitucional. Por mi cargo no puedo referirme a los contenidos de las distintas iniciativas, pero por lo que hemos ido conociendo, hay propuestas que serán muy difíciles de realizar en todo orden de cosas. Veo planteamientos revanchistas, de ruptura… Es no entender que el país se construye entre todos y todas, que la apuesta que hicimos de construir una Constitución se está convirtiendo en un texto que interpreta solo a algunos. Sin embargo, los líderes de nuestro sector guardan silencio, no han abierto la boca… No estoy para nada optimista, esa es la verdad. Más bien estoy preocupada, muy preocupada….
–¿Hay miedo a la Convención?
–No sé si sea la palabra… Diría que existe incertidumbre al no saber hacia dónde nos llevará. Miedo habrá si es que se empiezan a consolidar ciertas posiciones que la inmensa mayoría no comparte y donde hasta ahora nadie se atreve a levantar la voz y decir derechamente “no, esto no lo comparto”.
–Usted ha sido de las pocas en su sector que ha dicho estar en contra de la ley de indulto a los llamados presos de la revuelta, una de las banderas de muchos constituyentes. El presidente Boric se comprometió a realizarlo en los primeros días de su gobierno…
–No sé si dentro de Apruebo Dignidad leyeron el proyecto de ley que hay en el Senado, que no tiene ninguna frontera de tiempo… Además, desde el punto de vista jurídico, tampoco puedo indultar a quien no ha sido procesado. Y en cuanto a principios, tampoco puedo liberar a quien ha quemado, asesinado, violentado, delinquido. Son los mínimos respetos que demandamos como sociedad. Me he juntado con la presidenta de la junta de vecinos en Santiago, con aquellos que han sido víctimas de quemas en el Maule, con los emprendedores de los locales comerciales en el centro de Santiago, como los de la antigua Fuente Alemana. He sido de las pocas senadoras que ha estado en terreno y constatar su dolor e impotencia es conmovedor. Ellos no merecen que quienes les destruyeron su vida, un trabajo de años o décadas, sean perdonados simplemente porque a alguien se le ocurrió hacerlo. Pero también en mi calidad de presidenta del Senado envié un oficio a la Corte Suprema para informarme de cuántos son los detenidos entre octubre de 2019 y marzo de 2020 y cuáles tienen asociadas penas privativas de libertad, en el caso de haber sido procesados y cuál es el rango de prisión asociado a los distintos delitos en caso de ser condenados. Y, por todo el tiempo que ha pasado, hay personas que debieron haber salido en libertad hace rato de haber sido juzgados… Entonces mi preocupación también tiene que ver con que no se abuse de la prisión preventiva porque es brutal y tiene que ver con el sistema procesal chileno, no con estos presos en particular.
–Algunos cuentan con irreprochable conducta anterior, en cambio delincuentes detenidos por robos y otros delitos comunes son dejados en libertad sin que cumplan prisión preventiva.
–Claro, hay personas encerradas sin antecedentes; algunos son estudiantes y me he juntado con sus madres… Me he dado el trabajo de escuchar a todos los actores. Si un hijo mío que nunca ha sido detenido estuviera en prisión preventiva y el proceso no avanza pese a que su delito merecía con suerte 365 días, hay algo que está mal.
–¿Cree que al gobierno se le pueda ir de las manos la Convención?
–Hice campaña por el Apruebo para construir una Constitución que nos represente a todos, sin el pecado que tiene nuestra carta actual, que fue escrita por unos pocos representando a una minoría. Necesitamos un texto que nos dé garantías de respeto al Estado de Derecho, las libertades, que promueva las igualdades, etcétera. Una Constitución que nos dé oportunidades, no que las quite. Si eso no ocurre, si se terminan aprobando textos que a mi juicio son preocupantes, que afectan nuestras libertades y el futuro del país, la posibilidad de desarrollarnos y crecer en un Estado que garantice la igualdad y oportunidades para todos y todas, llamaré a no aprobar ese texto constitucional. Y lo digo así de claro. Sería una mala noticia para el país porque todo lo que se logró y lo que significó el acuerdo del 15 de noviembre por la paz (2019) y este proceso constituyente, lo habremos perdido.
Muy seria, continúa:
–El principal desafío de este gobierno es que tengamos una constituyente exitosa, con un texto aprobado de forma contundente por la ciudadanía y que se implemente. Ese será el mayor desafío y también el éxito más importante para el presidente Boric, mucho más que sacar adelante su programa de transformaciones.
–¿Ve la misma preocupación en el gobierno entrante?
–Sí, no podría ser de otra forma; estamos definiendo el futuro del país, no es un juego de Metrópoli, es el destino de Chile, de esta generación y de las que vienen. No es cualquier cosa. Estamos en un cambio de época y esta puede ser una gran época o la peor de todas. Y yo quiero que sea la mejor. Soy positiva por esencia, pero, por primera vez en mucho tiempo, me siento en ascuas, con un gran signo de interrogación por delante.
–Que Gabriel Boric sea uno de los gestores del proceso constituyente, ¿podría facilitar las cosas o es un arma de doble filo?
–Su desafío es difícil por lo mismo, por haber sido parte de los que firmó el acuerdo, lo cual habla de sus características y sus méritos. Por eso insisto en que, más que sacar adelante su programa, será necesario que se apruebe la nueva Constitución.
–¿Lo ve preparado junto a su equipo ministerial, considerando que son una generación primeriza en el poder?
–Absolutamente. No tienen por qué hacerlo mal; han formado un gabinete de primer nivel, conozco a muchos de ellos y tienen todas las competencias. Si juegan bien las piezas, con la mesura que caracteriza al presidente, es posible que salgan adelante.
–¿Cuál será el rol de la DC? Su partido quedó fuera del gobierno por decisión expresa del presidente Boric…
–A la DC hace rato que no la quieren en los partidos de izquierda y manifestaciones hay muchas. Nuestro rol será ayudar en todo lo que se pueda para sacar iniciativas que son muy importantes para el país desde las gobernaciones, los municipios, el parlamento. Los DC que digan que quieren ser gobierno y otra oposición, solo significa que no entienden la situación en la que nos encontramos como partido…
–¿A qué se debe esta animadversión contra la DC, según usted?
–Los partidos de izquierda siempre culpan a la DC de los errores cometidos, pero si uno mira los gobiernos de la Concertación y Nueva Mayoría en términos de indicadores, avances, desarrollo, los mejores fueron los nuestros. Los errores y los logros los hemos cometido todos juntos. Para algunos la DC es un estorbo porque supone un partido político que tiene identidad sello, proyección que molesta porque quisieran ocupar nuestro espacio, que es importante; no en vano tenemos el 10% del Senado, y la cantidad de alcaldes, gobernadores, diputados con los que contamos es enorme.
–Pero algún tipo de autocrítica tendrá…
–Me cuesta hacerla. Por supuesto que hemos hecho cosas que están mal, pero eso no significa que el PS y el PPD vayan tras nosotros para sacarnos de la coalición de gobierno que teníamos.
–¿Cómo es su relación con el presidente Boric?
–Muy buena, nos conocemos hace muchos años y es una persona que está muy inspirada, con un programa de gobierno súper ambicioso, que no es fácil para los tiempos que corren y que necesitará aunar voluntades y las fuerzas para salir adelante.
–Se lo pregunto porque no cayó nada bien cuando a micrófono abierto dijo: “qué mal lo va a pasar el gobierno y yo voy a tomar palco…”.
–Para nada, de hecho, él me hizo una broma por WhatsApp después y nos reímos. Entendió perfecto el contexto y que mis palabras no tenían que ver con él, sino porque ya no la iba a estar presidiendo el Senado y mi puesto está justo al frente de la testera, en el palco… A eso me refería, no al conocido dicho popular. Lo dije porque será un Senado difícil, con un Congreso Nacional dividido, tenso, por las cosas que toca en el próximo periodo, pero no por mi actitud respecto del próximo gobierno; de hecho, no hay nadie que haya colaborado más que yo en sacar adelante los proyectos que le interesaban al presidente electo y lo conversamos al término del año legislativo. Tenemos comunicación permanente.