Como suele ocurrir en nuestro organismo, hay ciertas cosas que tienen su origen en la genética, otras en factores externos y el resto en las nunca bien ponderadas hormonas. De seguro habías escuchado hablar del acné hormonal, y si cree que es precisamente lo que te ocurre, debes leer lo siguiente.

Los primero que debes tener en cuenta es que este tipo de acné, se debe precisamente a desequilibrios hormonales. Estos pueden ser debido a la menstruación, ovarios poliquísticos, menopausia u otros factores que aumentan las hormonas andrógenas. Así como también, según los expertos, puede generarse por el uso de productos inadecuados para la piel, ciertos medicamentos o aceites.

Es más, coinciden en que casi todo el acné tiene origen hormonal, pero si es en la etapa adulta hay que investigar.

Características de este tipo de acné

El acné hormonal de la pubertad y adolescencia suele abundar en la zona T, pero cuando hablamos de acné hormonal adulto se ubica alrededor de mandíbula, barbilla y parte baja de las mejillas. Este tipo de brotes comúnmente se manifiesta como puntos blancos y negros, e incluso quistes, los que se inflaman por debajo de la piel y duelen al tacto. Además, a este acné lo suele acompañar una irregularidad menstrual y aumento de vello corporal.

¿Cómo controlarlo?

La mejor forma siempre será de la mano de un tratamiento integral que incluya a un endocrinólogo y un dermatólogo. Y ellos te indicarán el tratamiento a seguir, requiriendo incluso de un ginecólogo o hasta un nutriólogo. Y, por lo general, lo que se suele utilizar son medicamentos orales y un ajuste en la dieta. Esto, porque hay alimentos que lo empeoran.

Alimentos que debes evitar

Los expertos afirman que tu piel es un reflejo de cómo comes, tus horas de sueño, estrés y de cómo estás por dentro. De ahí la importancia que le dan a la alimentación para equilibrar hormonas y lucir una piel brillante. Por lo mismo, sugieren evitar alimentos que contengan:

• Proteína en polvo de suero de leche.
• Leche de vaca (la mayoría de lácteos, excepto fermentados en pequeñas cantidades).
• Barritas de proteína.
• Azúcares simples y pasteles procesados.
• Yogur de sabores.

¿Cómo reemplazarlos?

Si te gusta la leche, puedes cambiar por las vegetales como la leche de almendra, de soya, de avena, de arroz, etc. En el caso de los lácteos, prefiere cantidades moderadas de yogur griego sin endulzantes ni colorantes o kéfir. Y si sueles consumir snacks altos en proteína y con toque dulce, es mejor preparar todo en casa, y elegir ingredientes como harina de almendras y cacao amargo.