Para quienes siguen a Marc Jacobs en redes sociales desde hace algún tiempo, no es nada nuevo que sea extremadamente abierto con su diario vivir y comparta cosas que quizá la mayoría se pensaría dos veces antes de hacerlo. Y, en la era de las redes sociales, el diseñador de 58 años no guarda nada, ni siquiera cuando se trata de su último lifting facial.
La semana pasada, Jacobs sorprendió a muchos con una selfie de si mismo después de una operación, con el rostro envuelto en vendas y algunos tubos de drenaje llenos de sangre. Su pie de foto era simple, el hashtag #LiveLoveLift y una etiqueta a su doctor Andrew Jacono, que de inmediato se llenó de comentarios positivos.
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En un momento donde las fotografías repletas de filtros y ediciones se vuelven una presión social en el mundo real, las intervenciones quirúrgicas y las modificaciones se vuelven más comunes. Sin embargo, el tema continúa siendo un tabú para muchos, y si bien es algo que se ha ido normalizando durante los últimos años, aún hay muchos que sienten vergüenza de aceptar sus retoques.
Es por eso que Jacobs, ha tomado la responsabilidad durante los últimos días de fomentar la transparencia en torno a la cirugía plástica, con el fin de cambiar la actitud social y eliminar el estigma en torno a esto. El diseñador ha estado compartiendo publicaciones diarias sobre como va evolucionando luego de su operación, situación muy contraria lo que todos suelen hacer.
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Jacobs conversó en exclusiva con Vogue y señaló que hace bastante años comenzó con pequeños retoques estéticos como botox, relleno e hilos, pero luego de un tiempo, su doctor del momento le confesó que ya no tenía mucho por hacer por él, y que era momento de hacerse una cirugía, que lo llevó a manos del Dr. Jacono.
«No sentí que tuviera que hacer esto, pero siento que todas estas conversaciones sobre el envejecimiento o sobre la cirugía plástica son como cualquier otra conversación para mí. El problema viene con la vergüenza a su alrededor. Y no quiero vivir mi vida con vergüenza», comentó. «No veo por qué la gente tiene esta vergüenza en torno a la vanidad o mantenerse al día con cierta cosa. Sabes, todos tenemos filtros en nuestros teléfonos. Todos retocamos y filtramos nuestras imágenes. Ese es el mundo en el que vivimos».
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«Es curioso cuántas personas respondieron a mis publicaciones de esa manera como, ‘Gracias por tu transparencia, tu transparencia lo es todo‘. Creo que solo necesitas iniciar una conversación, y entonces tal vez eso tenga un eco resonante que ayude a la gente a sentirse menos avergonzada. Simplemente no creo que haya vergüenza en ser vanidoso».
En cuanto al proceso de curación, el diseñador ha sido completamente abierto, reveló que ha tenido algunas molestias y que incluso se había asegurado de tener a una enfermera monitoreando sus analgésicos ya que tiene un problema con la adicción hace bastantes años y había estado siendo completamente transparente con su agente de AA y todo su equipo detrás.
