Revista Velvet | Un pasaporte a la vida de otros
Cultura Pop

Un pasaporte a la vida de otros

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Un pasaporte a la vida de otros

POR Francisca Olivares | 20 noviembre 2020

Junto a una bióloga marina, un científico computacional, un activista de la vida salvaje, un diseñador industrial, una ingeniera de software y un educador en ciencias ambientales, la fotógrafa documental chilena Tamara Merino es una de los Emerging Explorers 2020 de National Geographic.

“Ser exploradora de National Geographic era un gran sueño, pero jamás pensé que llegaría de esta manera tan inesperada y fortuita”, cuenta emocionada y agradecida Tamara, quien ha enfocado su trabajado en temas humanos y socioculturales. Entre sus referentes femeninos de la fotografía están Paz Errázuriz, Sally Mann, Maggie Steber, Adriana Zehbrauskas, Graciela Iturbide, Lynsey Addario, Stephanie Sinclair, Nan Goldin, Dorothea Lange y Vivian Maier.

La fotografía documental es un pasaporte a la vida de otras personas y mi cámara es ese intermediario que me permite acercarme de un modo casi inconsciente a las personas y contar sus historias de una manera íntima y honesta. A través de ella he tenido la oportunidad de convivir con personas de pensamiento, filosofía y estilo de vida totalmente diferente al mío y que hoy son grandes amigos. Para mí, lo más lindo de cuando viajo es poder hacer contacto con la gente local, convivir con ellos y aprender de su cultura. La fotografía documental no tiene prejuicios, preconceptos o ideas de cómo debería ser el mundo que nos rodea según los cánones de nuestra sociedad, sino que documenta de una manera transversal y honesta la condición humana, nuestro planeta y quienes lo habitan”, comenta Tamara, quien a lo largo de su vida profesional también ha sido premiada por la Fundación Magnum y ha estado en diversas nominaciones de carácter internacional.

–Entre los temas de migración, ¿cuál ha sido tu experiencia más dura al documentarla?

–La historia más compleja que he documentado sobre migración fue un encargo que hice para National Geographic en la frontera de Estados Unidos y México, justo en el momento que estalló la política de “tolerancia cero” contra los migrantes, durante el Gobierno del Presidente Donald Trump, donde se separó a niños, incluidos bebés, de sus familias migrantes una vez que estos ingresaron a territorio estadounidense. Esta fue una historia dura emocionalmente y arriesgada en términos de seguridad, ya que la migración, la política y los carteles de narcotráfico penden de un mismo hilo.

–En esta pandemia, ¿cuáles son para ti los principales desafíos del mundo del arte?

–Los desafíos están en atreverse a reinventarse. A tomar cualquier medio de expresión artística como tu aliado para expresar, narrar, crear empatía, informar de manera honesta y encontrar nuevos puentes narrativos. Con todo lo que está pasando en el mundo, este es un momento de mirar hacia adentro, reflexionar y empezar a usar el arte como puente conector, como terapia colectiva y como la mejor herramienta para volver a contar la historia de la humanidad.

–¿Qué historia relevante crees que ha quedado bajo la sombra de la pandemia de Covid-19?

–Siento que se documentó mucho desde la calle, los funerales y los hospitales. Son historias muy necesarias y que deben ser contadas; sin embargo, siento igual de importante la narración de historias más íntimas, contadas desde el mundo emocional; o sobre comunidades poco representadas, como son los pueblos indígenas, las comunidades LGBTIQ+; los animales en su gran espectro, entre otros. Como seres humanos solemos centrarnos en el “problema” o lo que más llama la atención, pero nos olvidamos de las distintas aristas que tiene un suceso histórico como este.

Además del honor de recibir el reconocimiento como exploradora de National Geographic, gracias a la ayuda financiera del premio, Tamara podrá continuar con Underland, con el que ha documentado distintas comunidades subterráneas alrededor del mundo, como las de Andalucía o Australia. Un proyecto que no deja de soprender desde lo más profundo, y con el que todavía le queda mucho por documentar.

 

En la cocina de su casa, Gabriele Gouellain –una in- migrante alemana– espera en la cocina a su marido que trabaja en la minería. Según el Consejo del Distrito de Coober Pedy, Australia, alrededor del 60 por ciento de los residentes de la ciudad es originario de Europa y habría emigrado a la zona después de la Segunda Guerra Mundial. 2015.

Una imagen de la frontera de México con Estados Unidos. Aquí un hombre se sienta en el borde del Río Grande, donde los migrantes a veces cruzan nadando para ingresar a Estados Unidos. 2018.

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