Por Ada Albornoz G.

Hay papeles que marcan la vida de los actores para bien o para mal. Luego de sus interpretaciones, muchos famosos han alcanzado la gloria, mientras que otros, terminan con su carrera o se toman un descanso. En el caso de Jason Momoa, tras su interpretación de Khal Drogo en Game Of Thrones, todo se fue cuesta abajo.

Momoa (41) confesó que después de su salida en la exitosa serie su vida tuvo un cambio abrupto. Cuando Khal Drogo fue asesinado en 2011 el intérprete tuvo serios problemas financieros y estuvo a duras cuentas pagando su casa de Topanga Canyon, ubicada en el condado de Los Ángeles, donde vive con esposa Lisa Bonet -ex de Lenny Kravitz- y sus dos hijos Nakoa-Wolf (11) y Lola Iolani (13).

“Estábamos muriéndonos de hambre después de Game Of Thrones, comentó Momoa. No pude conseguir trabajo. Es muy desafiante cuando tienes bebés y estás completamente endeudado”, comentó. Después de sus diez episodios en la serie, el actor hawaiano no pudo conseguir trabajo y las deudas complicaron a su familia.

Además, explicó n una entrevista para EW, cómo, tras haber dado vida a Khal Drogo, la gente se hizo una particular idea de él como actor. Y no precisamente, la mejor. “Durante un tiempo después de la serie, mucha gente me encasilló. Y me dolió mucho. Se pensaban que no hablaba inglés”, y agregó, “No entendían que estaba interpretando a un personaje. No soy como Drogo”. Muchas personas creían que no era capaz de leer un guión y básicamente solo servía pa interpretar guerreros.

Afortunadamente las cosas mejoraron y en 2017 se unió a la Liga de la Justicia con el papel de Aquaman, rol que en 2018 tuvo su propia película y alcanzó un éxito en la taquilla. Al parecer la suerte cambió para el actor, puesto que el próximo año se espera la entrega de Snyder Cut de la Liga de la Justicia y también, en el estreno de Dune, donde comparte con Timothée Chalamet, Zendaya y Rebecca Ferguson, entre otros.