Que le dieran un premio Oscar al Pájaro Loco. Ese era uno de los sueños de Mafalda. Un sueño que ya nunca se cumplirá, ni siquiera en la fantasía, porque hoy, a sus 88 años, falleció el caricaturista argentino Joaquín Salvador Lavado, más conocido como Quino, su creador. Junto con él, murió la pequeña revolucionaria quien, casualmente, ayer cumplía 56 años.
Quino, eso sí, había dejado de dibujar a Mafalda en 1973 y se había dedicado a un humor más ácido dirigido a un público adulto. Pero claro, estando vivo, existía al menos la posibilidad de que, algún día, saliera de su lápiz la pequeña criticona otra vez.
“Se murió Quino. Toda la gente buena en el país y en el mundo, lo llorará”, dijo el editor de Ediciones de La Flor, Daniel Divinsky.
Se fue para siempre la fan número uno del Pájaro loco, la niña deslenguada, la niña que odiaba la sopa; la niña pesimista pero soñadora, la niña feminista que criticaba a su amiga Susanita porque lo único que quería era casarse y tener hijos; la niña que pedía que pararan el mundo porque se quería bajar; la niña que se decepcionaba por la falta de agudeza de su madre; la niña escéptica; la niña que se burlaba de los políticos y de los medios de comunicación; la niña que se oponía a las guerras…
Las historias de Mafalda y sus amigos (Susanita, Felipe, Miguelito, Manolito y Libertad) fueron traducidas a 35 idiomas. De generación en generación, especialmente en América Latina, los padres (y las madres aclararía seguramente Mafalda) han traspasado su gusto por estas viñetas a sus hijos.
Todo aquel que ha leído a Mafalda recuerda ese momento en que ella va junto a Susanita por la calle y ven a unos mendigos. Conmovida por la escena, la siempre lúcida niña dice que habría que darle “techo y trabajo a los pobres”, pero su amiga, con nula sensibilidad social, le responde que para qué tanto, que con esconderlos bastaría.
Claro que Quino es mucho más que Mafalda. Su talento para dibujar y su gran agudeza se reflejó en muchas otras tiras cómicas. Con ironía, por ejemplo, en una de sus viñetas políticas se preguntaba: “¿Será posible que en este mundo nadie pueda gobernar tranquilo, por esa maldita manía que tienen los pueblos de querer estar siempre mejor de que están?”.
Quino, además, publicó libros con alta crítica social como “Qué mala es la gente”, “Bien, gracias, y usted”, “Gente en su sitio”, “Potentes, prepotentes e impotentes”, “Quinoterapia” y “Déjenme inventar”, entre muchos otros.
Hoy, fruto del accidente cerebrovascular que sufrió hace unos días, Joaquín Salvador Lavado dejó de respirar. Su legado, eso sí –sobre todo las enseñanzas de la pequeña Mafalda- seguirán vivos.
Para homenajearlo, seleccionamos 10 frases de Mafalda: