Durante el rodaje de la película Ghost, se grabó una escena explícita de sexo entre Patrick Swayze y Demi Moore, pero nunca la vimos en pantalla. Lo que pasa es que, poco de después esa toma, filmaron el hoy famoso y sugerente momento en el que los protagonistas tornean una pieza de barro al ritmo de la romántica canción “Unchained Melody” (de The Rigtheous Brothers). La sensualidad abrumadora de esa escena hizo que el director, Jerry Zucker, desechara las imágenes de sexo antes filmadas… Seguramente ese rollo está perdido entre otros millones de materiales descartables de los estudios Paramount. La sensualidad de la alfarería romántica a cuatro manos fue irrefutable.
La historia es simple, pero se ha convertido en una película romántica de culto, de esas que se ven una y otra vez. Sam (Patrick Swayze), y Molly (Demi Moore) son una pareja feliz que vuelve de noche a su casa tras haber ido al teatro. Un ladrón asesina a Sam en un callejón. Su alma queda atrapado en la tierra como fantasma y debe advertir a Molly que también corre peligro. Como no puede hablar y es invisible, decide contactar a una clarividente (Whoppi Golberg) de dudosa reputación, pero que, justo con este caso, se da cuenta de que sí tiene poderes paranormales…
La película tuvo 5 nominaciones a los Premios Oscar y ganó en dos categorías; Mejor Actriz de Reparto para Whoopi Goldberg y Mejor guión original para Bruce Joel Rubin. Tres datos curiosos: no es que se odiaran pero Moore y Swayze nunca fueron amigos, tenían una relación estrictamente profesional (“hola” y “chao”); Bruce Willis se arrepintió toda la vida de rechazar el papel; y Demi Moore creyó que la historia sería un fracaso.
Está disponible en Netflix.