Asimetría, vanguardia y color. Esas tres palabras sirven para definir (o más bien para acercarse someramente) al diseñador japonés Kenzo Takada, quien, a sus 81 años, murió este domingo 4 de octubre a causa del Covid-19.

Con sus colores vibrantes y cortes impensados se ganó un lugar importante en el mundo de la moda. Llegó en los 70 a la capital francesa y, durante muy poco tiempo, hizo una moda similar a la que veía en vitrinas. Hasta que un día todo cambió. “Comencé a preguntarme, ‘¿cuál es mi identidad?, ¿quién soy yo? Yo soy japonés, conozco la cultura y más que los diseñadores parisinos, ¡debo aprovechar esta base, esta oportunidad!’ Tenía escaso presupuesto. Decidí volver a Japón, compré telas de algodón para kimonos –en París no había mucho color– y ellas me dieron fantasía. Las llevé a París y en el económico Marché Saint Pierre (el mercado de telas francés) compré más algodón y mezclé colores. Trabajé con retazos”, declaró a Revista Para Ti.

Así nació la marca Jungle Jap, que en 1980 pasó a llamarse simplemente Kenzo. Bajo ese nombre, y con originales diseños en colores vibrantes y alegres estampados, compitió a la par con marcas como Chanel y Balenciaga. Pese al éxito, en 1993 la vendió al conglomerado LVMH, algo de lo que siempre se arrepintió. “No pensé que quedaría desposeído de mi nombre para siempre. Veía escaparates donde ponían ‘Kenzo’, pero no era yo”, dijo a la revista SModa en 2018.

En 1999 abandonó el diseño de modas y se dedicó a la pintura. Según él, sus mejores años creativos fueron los 70, porque no ganó dinero, pero hizo lo que quiso.

Acá 7 de sus frases:

“La moda es como comer, no debes quedarte siempre con el mismo menú”.

“En los 70 todo era libre. Todo lo que hacíamos tenía un punto de novedad, era genial, no había reglas. Ahora hay demasiadas cosas, demasiados productos. Demasiado de todo”.

“Sólo quería hacer algo diferente de todos los demás”.

“Siento un poco de nostalgia por los desfiles de moda y la energía que hay detrás de ellos. Y lo que más extraño es la gente que trabaja en la moda. Tienen mucha fantasía; son realmente creativos y alegres”.

“La moda se volvió negocio y se perdió parte de la diversión y del misterio”.

“Pensaba que podía pasar la vida sin trabajar; viajes pintura, amigos. Pero no fue suficiente. Necesito estar activo, si no me aburro”.

“Hoy, vayas donde vayas, te encuentras el mismo escaparate con el mismo vestido. La moda se ha vuelto uniforme”.