Revista Velvet | Solteros: “Hemos tenido tres citas en Zoom”
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Solteros: “Hemos tenido tres citas en Zoom”

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Solteros: “Hemos tenido tres citas en Zoom”

POR equipo velvet | 11 julio 2020
  • “¡Conocí a alguien en pandemia!”
  • “¿Cómo lo hiciste?”

La verdad es que no tengo idea. Todo partió aburrida en mi cama. Entonces, se me ocurrió que para hacer más entretenido este loop eterno podría jotearme a alguien, pero dadas las circunstancias sólo podía ser a través de pantallas. Y pensé, tengo dos opciones, buscar en mi vida pasada el número de mi ex, hablarle, reírme y enojarme, o motivarme y activar mi cuenta de Tinder.

Intrigada sobre cómo sería la dinámica en la app con personas encerradas, comencé el me gusta, no me gusta. Después de la emoción inicial, el momento de humor que surge a partir de algunas descripciones, de enterarme de la soltería de alguno que otro conocido y de responder por quinceava vez el cuestionario “¿Cómo va tu cuarentena y qué serie estay viendo?”, me di cuenta que la dinámica seguía siendo la misma, solo que ahora tristemente no te puedes juntar ni tocar.

Aburrida y lista para volver al modo avión, me encontré con un match que no había abierto. Era un chiquillo que genuinamente me preguntó: “Y tú, ¿cómo estás?”. Esa pregunta se sintió igual al siempre evitado “¿cómo estás?” de terapia. Decidí cortar por lo sano, esquivar las balas y mentir, “Bien, todo súper ¿y tú?”.

Sorprendida de al fin haber enganchado con alguien, llegó mi curiosidad. Hasta ese momento solo sabía su nombre, apellido y, por sus fotos,  aún no confirmaba su cara. Por lo mismo, necesitaba saber más. Básicamente en quince minutos y gracias a su perfil público de Instagram, sabía que su foto era real, dónde había estudiado, que probablemente vota apruebo (un feed súper Che Guevara) y el nombre de su mamá, que no fue tan fácil de encontrar, pero la clave está en siempre partir por las fotos etiquetadas.

Finalizado mi operativo PDI, descubrí lo mejor de todo: teníamos una amiga en común, a quien no le hablaba hace años, pero significaba que podía saber algo que le daría seguridad a mi investigación. En resumen, me contó que era el ex de una amiga suya y que era un “buen cabro” ( es decir, no está funado).

Confiada en mi fuente, le pedí su número y le hablé por WhatsApp. Al poco rato vibró mi celular, leo la pantalla, lo tiro lejos, me paro a buscarlo, lo vuelvo a leer, mierda… una nota de voz. Transpirando helado le puse play, era una voz a todo mi gusto, que me decía que él también me iba a pedir el número porque encontraba mucho más cercana esta manera. Ahora sólo tenía que responder y la vara estaba alta, tenía que hacerlo de la misma manera: con voz. Después de quinientos intentos, rendida, le mandé un audio en el que no dije nada y solo se evidenciaba una risita nerviosa.

A pesar de ese impass había conseguido lo que quería, su número. A los pocos días y acompañada por mi fiel copa de vino decidí llamarlo. Contesta. Disimulé con esfuerzo mi hablar de una tercera copa. Seguimos conversando, nos reímos. Me habla de sus roomies y que ya no tienen tema para conversar. Controlo mi risa, es viernes, obvio que está tomando.

Me pregunta sobre una cita por Zoom, me tomo al seco lo que me quedaba en la copa, le digo que la hagamos. Me responde efusivo y confirma mis sospechas; ambos tenemos más de una copa encima y se nota.

Y así, de un momento a otro, el llamado subió de tono y se transformó en una de esas famosas canciones de reggaetón. “Y solo ten mi número telefónico, para cuando te sientas solo. Me llamas a mi, recuerda que yo, estaré para ti, a todas horas”…

Ya hemos tenido tres exitosas citas por Zoom, y aunque los primeros minutos fueron muy incómodos no fue la experiencia traumática para la que estaba preparada. Incluso, por momentos, me sentí en un bar.

Consciente de que nos conocemos solo por pantallas, fantasear con vernos me resulta muy difícil. Me imagino a dos personas muy torpes a un metro de distancia y con mascarillas. Porque seamos sinceros, estamos en una pandemia y tocarse no es opción por un buen tiempo. Por eso, prefiero evitar pensar, disfrutar de su cyber compañía y esperar a que llegue el día en que podré descubrir cómo huele, en qué momentos se ríe y algo importante… cómo tira.

 

*Tips de soltera en cuarentena

Si conociste a alguien y quieres pasarlo bien: Instagram es un buen aliado. Recuerda que si mandas fotos puedes hacerlo con la opción de que solo la vean una vez (bomba). Además, si haces una llamada privada y la otra persona te saca un pantallazo instantáneamente la aplicación te va a avisar y puedes denunciar en el momento.

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