Revista Velvet | Madre de enfermera voluntaria: “Estoy orgullosa de mi hija”
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Madre de enfermera voluntaria: “Estoy orgullosa de mi hija”

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Madre de enfermera voluntaria: “Estoy orgullosa de mi hija”

POR Vero Marinao | 25 marzo 2020

Catalina (23 años) está en cuarto año de enfermería en La Universidad de los Andes, y hace unas semanas, esa casa de estudios pidió voluntarios para apoyar su clínica. Su vocación afloró de inmediato. Sin embargo, algo la inquietaba; creía que sus padres se opondrían. “Pensó que yo le iba a decir que no fuera, pero le dije ‘obvio que tienes que ir’, y, en la noche, el papá le dijo lo mismo”, recuerda Carolina Wacquez.

“Mi hija ama su carrera por sobre todas las cosas, para ella el tema del voluntariado es súper importante, por eso la apoyamos de inmediato. Estoy super orgullosa, y su papá también”, dice. “Todos los días tengo susto, porque uno lee lo que pasa afuera y, si no me equivoco, en España un 13% de contaminados por coronavirus son gente de la salud, entonces no es menor saber que ella podría contaminarse. Pero tengo súper claro que, si esto fuera una guerra, ella también estaría en la primera línea, atendiendo. Es parte de su vocación. Por eso, mis miedos quedan atrás y no se los transmito, le digo ‘cuídate y toma las medidas de precaución’”, explica Carolina.

Y agrega: “Ella tiene miedo de contaminarnos, pero acá en la casa hemos tomado las medidas de protección. Hace rato que tenemos mascarillas, alcohol gel y desinfectantes. Además, ella no sale ni vuelve con su uniforme puesto; lo trae en una bolsa, y, al llegar, lo lava por separado, no lo junta con la ropa de nosotros”.

Carolina dice que, como toda madre orgullosa, quisiera abrazarla y darle besos, pero sabe que no puede. A veces, si Catalina ha estado todo el día en la casa, sin ningún contacto con el exterior, le da un beso en la cabeza antes de dormir, pero eso ocurre muy de vez en cuando.

“Como mamá me inquieta lo que podría pasar, pero ya solté un poco, confío en ella, en lo prolija que es y en el equipo que está a cargo de ellos (los voluntarios), porque sé que están tomando todas las medidas de seguridad. En lo único que no confío plenamente es en cómo podría reaccionar alguna persona (paciente), pero lo dejo un poco en manos del universo y de su profesionalismo. Además, tenemos asumido que, si nos vamos a contaminar, nos vamos a contaminar, por muchas precauciones que tomemos”, remata Carolina.

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