Uno de los minerales esenciales que hacen al buen funcionamiento del cuerpo humano es el magnesio y, sin embargo, suele ser difícil para muchas personas conseguir la dosis diaria necesaria a partir del alimento. Por esta razón es que el consumo de suplementos de magnesio ha aumentado significativamente.
El magnesio interviene en una gran cantidad de procesos bioquímicos del cuerpo humano. Algunos ejemplos son su impacto en el estado anímico, la salud cardiovascular y las funciones nerviosas y musculares. Algunas marcas como Now foods, Nature made, Wellplus y Solgar, entre otras, producen este tipo de complemento dietario.
El magnesio, como mineral esencial, interviene en varias funciones fisiológicas que van desde la regulación del sueño hasta la salud muscular y, por eso, los suplementos se han vuelto un beneficio para quienes no logran alcanzar los niveles que el organismo necesita con su dieta alimentaria.
Muchas marcas conocidas como Life Extension elaboran el magnesio con otras sustancias que favorecen su absorción. A su vez, también hay otras opciones como el citrato de magnesio, el óxido o el glicinato de magnesio que fabrican las marcas Wellplus, Doctor’s best o Pure encapsulations, todas ellas con amplia reputación en el mercado.
Uno de los beneficios más populares del magnesio es que interviene en la transmisión eléctrica del cerebro a los músculos, colaborando en la regulación de las contracciones musculares, la prevención de calambres y espasmos y, además, ayuda en el proceso de relajación muscular después de un esfuerzo.
En cuanto al sistema nervioso, su papel es el de equilibrar el calcio en el cuerpo para evitar que un desajuste en los valores de calcio provoque la excitación excesiva de los nervios generando tensión muscular y calambres. Tal es así que se suelen observar resultados positivos a partir de su consumo, en torno al rendimiento físico o su recuperación.
El aporte adecuado de magnesio al organismo colabora a la salud cardiovascular puesto que regula la presión arterial, reduciendo la posibilidad de sufrir hipertensión, factor clave en la proliferación de enfermedades cardiovasculares como arritmias o ataques cardíacos.
El magnesio favorece la relajación de los vasos sanguíneos mejorando el flujo de sangre, lo cual reduce la presión sobre las paredes de las arterias, lo que comúnmente se conoce como hipertensión. También, colabora en el equilibrio de los niveles del colesterol LDL y HDL, disminuyendo el primero (popularmente conocido como “malo”) y aumentando el segundo (el “bueno”).
Otro beneficio del magnesio es el de colaborar en los procesos antiinflamatorios del cuerpo. Varios estudios demuestran que el consumo de magnesio se relaciona a bajos niveles de proteína C reactiva, una proteína identificada como marcador inflamatorio. Su consumo, entonces, puede beneficiar a personas que padecen enfermedades inflamatorias crónicas.
Se relaciona el magnesio con la mejora de la calidad del sueño por su aporte a la actividad de los neurotransmisores responsables de apaciguar el sistema nervioso. Promueve el relajamiento muscular y por eso facilita el inicio del sueño mejorando la calidad del mismo. Este aspecto favorece a personas con insomnio o trastornos del sueño por ansiedad o estrés.
Aunque generalmente es el calcio el mineral asociado al sistema óseo, el magnesio se encuentra en un 60% en los huesos y, además, aporta en la regulación del metabolismo de calcio y vitamina D, ambos fundamentales para la densidad de los huesos. Es así, entonces, que favorece a la estructura y la fortaleza del sistema óseo al influir en la actividad celular del mismo.
Presente en los osteoblastos y osteoclastos, promoviendo su equilibrio, el magnesio también colabora en la prevención de la osteoporosis. Suele recomendarse a personas que estén atravesando la menopausia o el período de posmenopausia ya que son más propensas a perder masa ósea.
Mencionamos anteriormente que el magnesio tiene efectos sobre el sistema nervioso. Uno de esos efectos es reducir los niveles de cortisol de nuestro cuerpo. Esta afirmación se basa en estudios que relacionan cifras bajas del nivel de magnesio con síntomas de ansiedad y depresión, lo cual supone que un déficit de magnesio afectaría el estado de ánimo.
El magnesio tiene un efecto calmante sobre el sistema nervioso y puede ayudar a reducir los niveles de cortisol, hormona relacionada con el estrés, o regular la producción de serotonina, un neurotransmisor asociado al estado de ánimo. Las investigaciones han vinculado los niveles bajos de magnesio con la aparición de ansiedad y depresión, lo que sugiere que un déficit de este mineral puede afectar negativamente al estado de ánimo.
El consumo de magnesio mejora la absorción de insulina, hormona encargada de controlar el nivel de azúcar en sangre, optimizando el consumo de glucosa por parte del organismo. Esto es muy importante particularmente para personas que sufren resistencia a la insulina. A su vez, la ciencia ha probado que bajos niveles de magnesio se asocian con más probabilidades de contraer diabetes.
Consecuencia de la capacidad para relajar vasos sanguíneos y desinflamar neuronas, el magnesio ha sido utilizado como tratamiento preventivo para migrañas y dolores de cabeza, ya que se ha probado que personas con este problema suelen tener bajos niveles de magnesio en su organismo.
Suplementar con magnesio puede ser una solución positiva y eficaz tanto para la intensidad como la frecuencia de las migrañas en algunos individuos que sufren esta dolencia. Los especialistas, consideran que el magnesio interviene bloqueando el dolor y bajando el nivel de excitación neuronal, causa que generalmente desencadena la crisis migrañosa.
El aporte al movimiento intestinal y la actividad digestiva es otro de sus usos más comunes y conocidos. Reduce el estreñimiento ya que se comporta como un laxante puesto que atrae agua hacia la zona intestinal y eso facilita el paso de heces.
Con respecto al aporte en la función digestiva, el magnesio contribuye a relajar los músculos digestivos permitiendo una motilidad más fluida y menos espasmos intestinales.
El mejor consejo siempre vendrá de la mano de un médico ya que es el único que tiene las herramientas para evaluar el organismo y, a partir de ahí, recomendar la dosis indicada para para cada paciente. Sin embargo, más allá de esta primera recomendación, es posible conseguir suplementos seguros en farmacias o negocios relacionados a la salud y las rutinas físicas y alimentarias.
El magnesio viene en varias presentaciones y diferentes biodisponibilidades ya que existen, por ejemplo, pastillas, polvos o escamas y, además, puede encontrarse en las siguientes versiones: glicinato de magnesio, óxido de magnesio o citrato de magnesio. El glicinato de magnesio es el que mejor tasa de absorción presenta a nivel digestivo. El óxido, por el contrario, suele generar diarreas por su alta concentración de magnesio elemental.
Ante la duda, se recomienda consultar a un médico para poder elegir la presentación de magnesio adecuada y la dosis según las necesidades específicas y condiciones individuales de salud. No todos los organismos reaccionan de igual manera a los mismos productos.
