La intolerancia a la lactosa afecta a alrededor del 75% de la población mundial, siendo más común de lo que crees. Es más, es probable que de cierta forma, todos la tengamos en mayor o menor medida. Así que es probable que tú también la tengas en mayor o menor medida. Por lo mismo, es esencial tener en cuenta las claves.

La primera aclaración que hacen los expertos es que no es lo mismo intolerancia que alergia a la leche. Y si bien puedes tener intolerancia, los lácteos tienen grandes beneficios y debes conseguir calcio seas o no.

La primera señal de las personas que sufren de esta condición, es que experimentan problemas digestivos cuando comen lácteos. Esto, evidentemente, pueden tener un efecto negativo en la calidad de vida. Y este trastorno digestivo es causado por la incapacidad de digerir la lactosa.

¿Qué causa la intolerancia a la lactosa?

Hay dos tipos principales de intolerancia a la lactosa y sus causas son diferentes. La intolerancia primaria es la más común y se caracteriza por una disminución en la producción de lactasa con la edad, por lo que la lactosa se absorbe mal. Esta puede ser causada parcialmente por genes, afectando del 5 al 17% de los europeos, alrededor del 44% de los estadounidenses y del 60 al 80% de los africanos y asiáticos.

La intolerancia secundaria es menos común y es causada por una enfermedad, como un virus estomacal o algo más serio como la enfermedad celíaca. Esto se debe a que la inflamación en la pared intestinal puede provocar una disminución temporal en la producción de lactasa.

¿Cuáles son los síntomas de la intolerancia a la lactosa?

Si no lo tratas, la intolerancia a la lactosa puede causar graves problemas digestivos. Los síntomas más comunes son hinchazón, calambres abdominales, gases y diarrea. En algunos casos, también pueden experimentar urgencia de ir al baño, náuseas, vómitos, dolor en la parte inferior del abdomen y estreñimiento ocasional.

No consumir lactosa significa evitar los lácteos, los cuales son ricos en nutrientes. Leches y productos que provienen de ella son considerados lácteos, los que son una fuente de proteínas, calcio y vitaminas como A, B12 y D. Por ende, eliminarlos significará obtener estos nutrientes de otros alimentos.

Ahora bien, la mayoría de las personas con intolerancia a la lactosa pueden tolerar pequeñas cantidades de lactosa. Por ejemplo, la mantequilla, el yogur y algunos quesos. Por eso, no siempre es necesario evitarlos por completo los lácteos si eres intolerante a la lactosa., pero no olvides incluir otras fuentes de calcio.