Revista Velvet se une nuevamente a E! Entertainment, la señal de cable más importante del mundo del entretenimiento y experto en alfombras rojas. Juntos creamos un fashion film como puente entre la MET Gala y la creación en Latinoamérica.

Este 2024, el evento neoyorquino tiene como tema “Sleeping Beauties: Reawakening Fashion”. Un despertar de la moda que llevamos a una pieza audiovisual que juega con la fantasía. Y que también muestra el proceso de trabajo de la diseñadora chilena Ximena Olavarría y la puesta en escena de la actriz Tutú Vidaurre.

Poesía emocional. A eso aspira la MET GALA 2024, cita que se realiza tradicionalmente el primer lunes de mayo en el Museo Metropolitano de Nueva York. Y este próximo 6 el evento –que recauda fondos para el Costume Institute– abre una exposición bajo el tema “Sleeping Beauties: Reawakening Fashion” (“Bellas durmientes: el despertar de la moda”) con medio centenar de obras que recorre cuatro siglos de historia y que esa noche despierta y sale del archivo para mostrarse en su esplendor. Y la apertura convoca a los más glamorosos personajes desde la escena de la moda hasta mundos como la política, música, deportes y redes sociales, entre otros.

La gala del 6 de mayo –y su impactante paseo por la alfombrada escalinata del MET– tiene como dress code “The Garden of Time” (“El jardín del tiempo”), que entusiasma a los invitados a sumergirse en la poesía emocional de la moda a través de la naturaleza y el paso de los años. Una oda a la naturaleza, sostenibilidad y fantasía, que en nuestra película “Storytime” tiene como protagonista a Tutú Vidaurre, quien en el diseño de Olavarría interpreta a una Bella Durmiente contemporánea: una influencer que está dormida porque no logra encontrar su propia identidad.

Tutú Vidaurre, actriz

–Cuéntanos de la heroína que lleva este vestido. ¿Cómo lo construiste para estar en sintonía con el diseño?

–La Bella Durmiente es una historia que nos ha acompañado siempre y que pasa de una generación a otra. Me gusta que la exposición que abre la MET Gala juegue con el concepto tras esos diseños dormidos en los archivos, porque, indirectamente, hoy existen muchas maneras de leer este “cuento de princesas”. La forma en la que yo lo abordé es: “Ya no esperamos a que nos salve un príncipe, ahora nos salvamos solas”. Esa mirada nos empodera y se explora en el fashion film de Revista Velvet y la señal E!, que sigue a la princesa en la lucha consigo misma para conseguir lo que desea. El conflicto es interno y pasa por un proceso de autoconocimiento que, a veces, es destructivo. Pero es un camino que la ayuda a entender dónde se encuentra y a cuestionarse qué es lo que realmente quiere, lo que debe dejar atrás o cambiar, lo que queda perfectamente bien reflejado en los diseños que utiliza.

–En tu día a día, ¿cómo la moda y el diseño traducen la persona que eres al mundo?

–Para mí, la moda es la representación de cómo me siento a diario o de cómo me quiero sentir. Me permito jugar con todos los estilos según como amanezco. Un día puedo ser muy sexy y otro muy ‘coquette’ o usar el estilo tomboy. Voy cambiando constantemente. La variedad es el reflejo de uno y lo que siente como ser humano. No me gusta encasillarme.

–¿Cuál es tu MET Gala inolvidable? ¿Por qué?

–Por distintas razones, la de 2018, “Heavenly Bodies, Fashion and The Catholic Imagination” (“Criaturas celestiales: la moda y el imaginario católico”). Fue justo cuando estaba entrando al mundo de la actuación y esa alfombra roja me abrió la mente para entender esa mezcla de artes, gala y buenos propósitos. Amé las obras de arte que lograron diseñadores y que mostraron las figuras invitadas; las que usaron aires “victorianos” eran fascinantes. Además, hubo toques góticos, celestiales, que estaban mezclados con la modernidad y sensualidad. Una propuesta nada fácil que, para mí, dejó la vara muy alta para las galas futuras.

Ximena Olavarría, diseñadora

–¿Qué te parece el tema 2024 de la MET Gala: “Sleeping Beauties: Reawakening Fashion”?, ¿qué te evoca?

–Encuentro que tiene una forma de expresar el arte que es muy conmovedora y que lo conecta con el cuerpo. Algo que está impregnado de emociones y que me resulta muy inspirador como diseñadora. Un ejercicio de memoria a través del arte que nos transporta a la música, la danza y el cine. Siento que lo que se quiere mostrar es un nuevo renacer de las artes ¡y es fascinante! Porque también hay un despertar de reminiscencias antiguas a través de una suerte de navegación por diferentes épocas del vestuario y de los grandes modistos de la historia y la forma en que ellos trataron de plasmar su espíritu y visión a través de piezas de arte únicas, porque la moda es arte por donde se le mire.

–Nos explicas en detalle tu propuesta inspirada en el tema de este gran evento.

–Fundamentalmente, es una reminiscencia del barroco, toma la estructura arquitectónica de lo que era la crinolina y el corsé que se usaban en la parte interna del diseño, nunca expuesto, siempre bajo capas de envolventes vestidos y brocados. Mi propuesta es llevarlos al exterior, dándole un toque un poco más sensual con transparencias. Así verán que las barbas (armazón) están a la vista y tienen perlas y flores cosidas a mano, con estos último buscó rescatar algunos elementos de la naturaleza. El diseño está cerrado con una capucha muy grande y femenina que emula a una glorieta, que era antiguamente el punto de encuentro de los enamorados y de quienes estaban en estado de introspección. Quise representar la belleza de la musa que está adentro y sale al mundo.

–¿Cuál es el impacto de esta alfombra roja que transmitirá en exclusiva el Canal E!?

–Pienso que el impacto es grande porque la MET gala está vinculada a todos nuestros sentidos. Además, hay expectación frente a lo que cada casa de moda pueda impregnar en sus musas. Son meses de preparación para que todo espectador y los amantes del arte puedan disfrutar y deleitarse con este evento único en el mundo. Es una fiesta para los sentidos que se espera con ansias. Hoy vivimos un mundo que puede llevarnos un poco a la oscuridad, por lo que esta invitación a vivir una fantasía es un verdadero regalo que nos transporta a una realidad paralela. Esta instancia se agradece, aunque dure sólo unos minutos: es soñar despiertos y conectarnos con la belleza, algo que todos necesitamos. Algo que nos hace bien.