Como publicó hace algunos días la prestigiosa revista SModa que pertenece al diario El País de España: “animar al voto a través de poleras, botas y hasta mascarillas se ha convertido en el pan de cada día para actrices de la talla de Diane Keaton, Kerry Washington, Olivia Wilde o Laura Dern; modelos como Kendall Jenner, Bella Hadid, Hailey Bieber o Karlie Kloss (quien, por cierto, está casada con Joshua Kushner, cuñado de Ivanka Trump)”.
Hoy más que nunca moda y política van de la mano. Ya sabemos que la ropa habla y precisamente eso fue lo que inspiró a María Fernanda Aguirre, una de las dueñas y directora creativa de Brandlezz (la marca chilena que tiene entre sus fieles seguidoras a Kel Calderón), para crear los polerones que se vendieron como pan caliente desde el día de su lanzamiento, semanas antes del plebiscito: “Somos comunicadoras antes que todo y Brandlezz ha sido nuestra forma de comunicarnos con el mundo. La marca responde en general a las conversaciones que nosotras tenemos con distintas generaciones. No sacamos poleras por sacarlas; queremos usar ropa que genere discusión”, dice.
“Sin duda, el plebiscito; el aprobar o rechazar es también un factor que ha sido clave. No podíamos no decir ‘loco, si votai; da igual lo que votes; estás hablando, estás siendo parte del futuro’ y ha sido la raja el éxito de la venta porque hemos estudiado a los compradores y muchos van a votar ahora por primera vez y quieren ser parte de la historia. Queremos invitar a todos a que seamos un gang que quiere decidir, y no descansar en un país retro”, agrega la periodista y empresaria.
Aunque la gran mayoría de las marcas prefieren evitar pronunciarse de manera concreta para mantener independencia, el reportaje de El País identifica algunos diseñadores como Thakoon Panichgul, Altuzarra o Tory Burch, quienes han creado productos específicos para apoyar a Joe Biden. Y otras marcas como Patagonia, que fueron un paso más allá y se viralizaron con mensajes como “Vote the assholes out” (algo así como vota para echar a los weones).
Lo importante, en cualquier caso, es levantar la voz y tomar conciencia de la relevancia de participar de las votaciones. Sobre todo en el caso de los países donde se trata de un derecho pero no de una obligación.