La vitamina D cumple un rol fundamental en nuestro organismo, tanto para grandes como para chicos, ya que es necesaria para la absorción de calcio y fósforo, lo que permite el correcto desarrollo de la estructura de huesos y dientes. Por ende, la falta de vitamina D, ha sido asociada a enfermedades que debilitan los huesos, como el raquitismo en niños y osteomalacia en adultos. Y para disminuir este desequilibrio, se han considerado algunos alimentos que contienen dicha vitamina que, en menor medida, son suplementarios a la falta de sol.

El salmón, pescado de alto contenido graso, es una de las mejores fuentes de vitamina D, ya que contiene casi el 66% de la cantidad recomendada diaria de de esta vitamina. Pero ojo, un salmón altamente procesado, disminuye dicho componente a un 32%. Por otro lado, el jurel o sardinas enlatadas, también podrían ayudar a generar la vitamina de sol, alcanzando un 44% de su ingesta diaria recomendada.

El champiñón es la única fuente de vitamina D de origen vegetal, ya que igual que las personas, lo sintetizan por la exposición al sol. Y en una porción de 100 gramos, puedes triplicar el consumo diario recomendado de vitamina D.

El huevo, por su parte, entrega aportes en sus yemas, por lo que si eres de las personas que sólo consume claras por sus beneficios nutricionales, puedes agregar, aunque sea de vez en cuando, la parte amarilla. Los porcentajes de vitamina que se pueden encontrar en cada huevo no son fijos, ya que dependen de los niveles de exposición a vitamina D que tuvo la gallina. Pero un dato, las gallinas libres, que se pasean por el campo, tendrán 3 a 4 veces más porcentajes.

De todas formas, cabe mencionar que, al igual que el déficit de su ingesta, el exceso de vitamina D también puede ser dañino, ya que puede producir una elevación de los niveles sanguíneos de calcio y fósforo y su acumulación en tejidos blandos como el riñón, corazón o pulmones.